Combates de artiller¨ªa entre fuerzas iraqu¨ªes y kurdas elevan la tensi¨®n
Las tropas de Bagdad arrebatan la ¨²ltima comarca de Kirkuk a los kurdos
El Ej¨¦rcito de Irak ha recuperado este viernes la ¨²ltima comarca de la provincia de Kirkuk que quedaba en manos kurdas, seg¨²n ha informado el Mando de Operaciones Conjuntas iraqu¨ª. Pero a diferencia de lo sucedido en la capital provincial el lunes, los Peshmerga han plantado cara a las fuerzas federales. El intenso duelo artillero se ha prolongado durante varias horas y ha permitido descargar la furia apenas contenida de las tropas kurdas frustradas por la p¨¦rdida de Kirkuk. ¡°Quieren empujarnos a la l¨ªnea de 2003¡±, asegura un oficial de seguridad kurdo, alentando la idea de que no se trata de un ataque limitado como afirman los portavoces militares de Bagdad.
¡°Hemos cortado el paso por los combates¡±, indica un peshmerga en el puesto de control del Sherawa, a medio camino entre Kirkuk y Erbil, la capital de la regi¨®n aut¨®noma de Kurdist¨¢n. Al otro lado de la demarcaci¨®n, apenas un par de kil¨®metros m¨¢s al sur, se encuentra el objeto de la batalla: Altun Kupri, que en turco significa Puente Dorado y que los kurdos conocen como Perd¨¦, una comarca habitada por una poblaci¨®n mixta de 56.000 turcomanos y kurdos, que se distribuyen en 36 aldeas sobre una extensi¨®n de 500 kil¨®metros cuadrados.
S¨®lo cruzan los veh¨ªculos militares. En sentido contrario, llegan grandes camiones con las excavadoras que han estado abriendo trincheras, y algunos coches particulares. Sus ocupantes, todos hombres, no prosiguen hacia Erbil, sino que se sientan a observar la batalla. ¡°Saqu¨¦ a mi familia el martes¡±, cuenta Zamal, que viene de Nadrawa, una aldea que ahora queda en medio de los movimientos de tropas. A su alrededor una muchedumbre variopinta de hombres armados, uniformados y sin uniformar, regulares y voluntarios, se declaran dispuestos a pelear.
¡°El ataque empez¨® poco despu¨¦s de las ocho [de la ma?ana]¡±, explica en medio de las explosiones el coronel Badi¨¢, de los servicios de seguridad (Asaish). ¡°Pero est¨¢bamos en alerta desde las tres de la madrugada cuando supimos que decenas de veh¨ªculos militares hab¨ªan salido de Kirkuk en direcci¨®n a Perd¨¦¡±, a?ade. El oficial atribuye el asalto a las Unidades de Movilizaci¨®n Popular, las milicias mayoritariamente chi¨ªes entrenadas por Ir¨¢n. En su opini¨®n, quieren trasladar la frontera interna hasta donde se encontraba en 2003, cuando la intervenci¨®n de Estados Unidos derrib¨® a Sadam Husein. Eso significar¨ªa el repliegue kurdo hasta Qushtapa, 22 kil¨®metros m¨¢s al norte y lo que es m¨¢s grave, la p¨¦rdida del campo de petr¨®leo de Khurmala, un poco m¨¢s al oeste.
Sin embargo, el general Raad Baddai, del Ej¨¦rcito iraqu¨ª, ha asegurado que Altun Kupri ser¨¢ ¡°la ¨²ltima zona¡± que sus tropas recuperen al norte de Kirkuk. Los kurdos desconf¨ªan. Desde que Bagdad lanz¨® la operaci¨®n en represalia por el refer¨¦ndum de independencia, viven sometidos a una intensa campa?a de propaganda que intenta desviar el malestar (y las responsabilidades) por la p¨¦rdida de esa regi¨®n petrolera y del resto de los territorios que los Peshmerga hab¨ªan ganado desde 2014 en su lucha contra el Estado Isl¨¢mico (ISIS). Los medios locales y la mayor¨ªa de los entrevistados, incluidos los soldados, se muestran convencidos de que el avance de las fuerzas federales es una maniobra de Ir¨¢n, a quien consideran el verdadero poder detr¨¢s del Gobierno de Bagdad.
¡°Quieren quedarse el petr¨®leo¡±, dice uno. ¡°Son los Pasdar¨¢n quienes est¨¢n disparando contra nuestras posiciones, por eso son tan precisos¡±, apunta otro. Qasem Soleimani, el jefe de la Fuerza Qods, la rama externa de los Pasdar¨¢n, aparece una y otra vez como el brazo en la sombra. ¡°Est¨¢ en Kirkuk¡±, insiste un combatiente como si lo hubiera visto con sus propios ojos.
El apoyo de Teher¨¢n al Gobierno iraqu¨ª est¨¢ fuera de toda duda, pero las alegaciones kurdas se basan m¨¢s en sentimientos que en hechos. Est¨¢ siendo muy duro encajar que los idealizados peshmergas, literalmente ¡°los que se enfrentan a la muerte¡±, se retiraran sin disparar un tiro de todas sus posiciones, excepto en Tuz Khurmatu (al sur de Kirkuk) y ahora en Altun Kupri / Perd¨¦.
¡°Kirkuk fue vendido¡±, admite bajando la vista Said Bahadin Mohamed, un antiguo coronel peshmerga que a sus 75 a?os se ha acercado al frente, elegantemente vestido con el traje nacional kurdo, para mostrar su solidaridad con los combatientes. ?C¨®mo se sinti¨® al saberlo? ¡°Una traici¨®n es una traici¨®n en cualquier pa¨ªs, y el nuestro no es lo suficientemente fuerte¡±, a?ade en referencia a que una facci¨®n de la Uni¨®n Patri¨®tica del Kurdist¨¢n (UPK) alcanz¨® un acuerdo con Bagdad para no combatir.
Friad A. Ahmad, que acaba de llegar agotado de la primera l¨ªnea tras varias horas de combate, sabe de qu¨¦ habla el veterano. ¡°Yo estuve luchando en Kirkuk el primer d¨ªa, pero cuando el cuerpo del Ej¨¦rcito de la UPK se retir¨®, recibimos orden de replegarnos¡±, relata, poniendo de relieve la divisi¨®n de los militares kurdos, cuya lealtad se divide entre la UPK y su rival hist¨®rico, el Partido Democr¨¢tico de Kurdist¨¢n (PDK). ¡°S¨®lo tenemos armas para defendernos, no para atacar¡±, se duele este hombre con 12 a?os de experiencia militar.
De repente, un proyectil silba sobre el gent¨ªo que observa el combate. Los profesionales se echan al suelo de forma instintiva. Curiosos y periodistas salen corriendo de forma atropellada. Unos metros m¨¢s all¨¢, arde una de las camionetas desde la que los kurdos estaban lanzando katyushas. Enfrente, cruza reba?o de ovejas guiadas por su pastor. Son las once y media de la ma?ana. Una hora m¨¢s tarde, el Ej¨¦rcito anuncia que ha tomado Altun Kupri, pero a la retaguardia siguen llegando ambulancias, refuerzos y veh¨ªculos con munici¨®n. Los kurdos no se f¨ªan.
Solos frente al mundo
Varias decenas de desplazados kurdos de Kirkuk se han manifestado este viernes frente al Consulado de EE. UU. en Erbil. ¡°Las UMP, como el ISIS, est¨¢n atacando al pueblo de Kurdist¨¢n¡±, rezaba la pancarta. Se refer¨ªa a las Unidades de Movilizaci¨®n Popular, el paraguas que agrupa a las milicias que apoyan al Ej¨¦rcito iraqu¨ª y que son sobre todo chi¨ªes, y el Estado Isl¨¢mico, el grupo extremista sun¨ª contra el que han luchado tanto fuerzas federales como kurdas.
El Gobierno de Erbil intenta establecer un paralelismo entre ambos en busca de la simpat¨ªa internacional. Los kurdos se han sentido abandonados por sus aliados, en especial EE. UU., que rechaz¨® su refer¨¦ndum de independencia y se ha mostrado neutral ante la campa?a militar para recuperar los territorios en disputa lanzada como represalia por Bagdad.
Los portavoces kurdos no se cansan de repetir que las operaciones son obra de las milicias chi¨ªes ¡°con armamento facilitado por EE. UU. al Ej¨¦rcito iraqu¨ª¡±. Es algo que destacan al principio de todos los comunicados. Es una afirmaci¨®n enga?osa. Las fuerzas federales que han recuperado (sin apenas resistencia hasta ayer) los territorios que los Peshmerga conquistaron a partir de 2014 est¨¢n constituidas por unidades militares, antiterroristas, de la polic¨ªa federal y de las milicias que apoyan al Ej¨¦rcito. El Servicio Antiterrorista ha sido directamente entrenado por EE. UU. y tanto el Ej¨¦rcito como la Polic¨ªa han recibido material norteamericano. Nadie puede asegurar que algunas milicias no se beneficien de ello, pero en principio han sido entrenadas (y pertrechadas) por Ir¨¢n.
La sensibilidad de su presencia entre la poblaci¨®n llev¨® al primer ministro iraqu¨ª, Haider al Abadi, a pedir que fuera s¨®lo la polic¨ªa federal la que se ocupara de la seguridad dentro de la ciudad de Kirkuk. De todas formas, la comunidad turcomana, la segunda en n¨²mero tras los kurdos, tambi¨¦n ha formado su propia milicia que est¨¢ encuadrada en las UPM.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.