Las sotanas ya no frenan las balas en M¨¦xico

La parroquia San Isidro en Los Reyes, a la salida de la Ciudad de M¨¦xico, a un lado de la carretera hacia Puebla, es tan austera como el barrio que la alberga.

Paredes blancas, suelo de cer¨¢mica y coquetas plantas en las paredes. Su est¨¦tica y sus ingresos son tan miserables que el arco de entrada es una porter¨ªa de f¨²tbol a la que le falta el larguero, porque no lleg¨® el dinero para el travesa?o.

A sus 71 a?os, el p¨¢rroco Luis L¨®pez no ten¨ªa m¨¢s aspiraciones que jubilarse en Michoac¨¢n, su tierra natal. Sin grandes retos terrenales, sus ¨²ltimos a?os los ejerci¨® de tierno gu¨ªa espiritual y pastor de un reba?o en una colonia complicada, construida a base de cemento y techos de l¨¢mina, donde la mayor¨ªa de negocios son tiendas de comestibles, talleres o venta de pollo.

El cuerpo del religioso apareci¨® en el mes de julio en su habitaci¨®n. Ten¨ªa las manos atadas, la boca tapada con cinta adhesiva y hab¨ªa sido apu?alado en el cuello y en el pecho.

Despu¨¦s de 11 a?os como sacerdote, sus vecinos; gente humilde, piadosas madres, ancianas y alg¨²n joven tatuado, lo recuerdan con cari?o. ¡°Era buena gente y muy lindo con todos. No hac¨ªa mal a nadie y a todos nos gustaba. A veces pecaba de exceso de confianza porque la colonia se ha puesto muy fea y la inseguridad es permanente¡±, dice, con dos bolsas en la mano, una parroquiana que prefiere no dar su nombre.

El padre Luis es el ¨²ltimo religioso muerto de una lista que se ha multiplicado por cinco en la ¨²ltima d¨¦cada. Durante el gobierno del expresidente Carlos Salinas hubo cuatro curas asesinados, con Ernesto Zedillo tres y con Vicente Fox otros cuatro.

Sin embargo, tras la llegada al poder de Felipe Calder¨®n (2006-2012) y el comienzo de la guerra entre y contra los c¨¢rteles, murieron 25 sacerdotes. En los cinco a?os de gobierno de Enrique Pe?a Nieto se mantiene la tendencia y cada dos meses es asesinado un religioso. Seg¨²n el Centro Cat¨®lico Multimedial entre 2012 y 2017 han sido asesinados 18 curas, cinco laicos, un seminarista y hay dos desaparecidos.

¡°No se trata de una violencia en forma de persecuci¨®n como en la Guerra Cristera o la que mantiene el ISIS, es de otro tipo. En esta se incluyen extorsiones, secuestros, torturas y asesinatos", resume Omar Sotelo, fundador de este centro avalado por la Iglesia dedicado a estudiar la violencia contra religiosos.

El aumento de asesinatos coincide con un repunte de la violencia que afecta a todos y que deja hasta el momento m¨¢s de 21.000 muertos en lo que va de 2017, uno de los m¨¢s violentos de los ¨²ltimos a?os. Seg¨²n Sotelo, ¡°los sacerdotes a?aden a esto que son personas inc¨®modas para el crimen organizado porque denuncian a los pol¨ªticos, ayudan a migrantes, socorren a los heridos y conocen bien a la gente de sus pueblos¡±.

La violencia contra religiosos incluye dos hitos recientes: el asesinato hace unos meses de un sacerdote en plena misa en la Catedral y la explosi¨®n de un artefacto explosivo en la arquidi¨®cesis. A ello se a?aden dos tristes r¨¦cords: M¨¦xico es el ¨²nico pa¨ªs en el que ha sido asesinado un cardenal (Juan Jes¨²s Posadas Ocampo, en Guadalajara en 1993) y es, por noveno a?o consecutivo, el pa¨ªs en el que hay m¨¢s sacerdotes asesinados en un pa¨ªs que no est¨¢ en guerra.

En el ¨²ltimo a?o, los religiosos han recibido 800 amenazas de muerte, un 50% m¨¢s respecto a 2016, pero entre los expertos que llevan a?os analizando la violencia religiosa llama la atenci¨®n el ensa?amiento y la brutalidad. ¡°La figura del sacerdote se ha desacralizado como gu¨ªa y pastor de la comunidad. Con el asesinato de un sacerdote se manda el mensaje claro de que si mato un cura, puedo matar a cualquiera¡±, resume.

Sotelo sonr¨ªe ante la pregunta de si necesitar¨ªan medidas especiales como en el caso de los periodistas. ¡°Nosotros no queremos botones de p¨¢nico, escoltas¡­somos curas no podemos trabajar as¨ª. ?Qu¨¦ se puede hacer entonces? Que se resuelvan los casos¡±, sentencia. De estos asesinatos, un 70% corresponde al crimen organizado, seg¨²n sus datos.

¡°Se trata de una persecuci¨®n silenciosa a la que suele acompa?an la difamaci¨®n¡±, dice Julieta Appendini, directora de Ayuda a la Iglesia Necesitada M¨¦xico, una organizaci¨®n que estudia la violencia religiosa en todo el mundo.

"Cada vez que muere un sacerdote extienden un manto de calumnias e infamias sobre el padre para manchar su nombre", se?ala Appendini, quien apunta que "la mayor¨ªa de las agresiones tienen que ver con ataques de la delincuencia organizada, no del narco", matiza. "Los sacerdotes est¨¢n m¨¢s expuestos porque son actores en la primera l¨ªnea de fuego defendiendo a pobres, migrantes o marginados¡±, resume.

Para el historiador Jean Meyer: ¡°hay una propagaci¨®n de la delincuencia y de la deshonestidad en general. Se supone que estamos en un pa¨ªs estad¨ªsticamente cristiano, donde la mayor¨ªa de la poblaci¨®n es cat¨®lica y los que no, son evang¨¦licos, protestantes (...) pero, por otro lado, en lo que va del sexenio, casi 20 sacerdotes han sido asesinados, m¨¢s de la mitad por su valent¨ªa, porque predicaban contra el crimen organizado; algunos sencillamente para robarles, y eso, en un pa¨ªs como M¨¦xico era una cosa absolutamente impensable, un tab¨²; el sacerdote podr¨ªa ser un brib¨®n, un abusador, lo que sea, pero la funci¨®n sagrada lo amparaba; incluso en los momentos m¨¢s ¨¢lgidos de la Revoluci¨®n y el anticlericalismo mexicano no hab¨ªa eso", dijo en una entrevista en el diario mexicano El Universal.

Seg¨²n padre Alejandro Solalinde, el sacerdotes m¨¢s amenazado de M¨¦xico, entre los motivos de esta desacralizaci¨®n es que ¡°hay una feligres¨ªa alejada de su parroquia y unas parroquias alejados de sus ovejas¡±, explica a este peri¨®dico.

El responsable del crimen del padre Luis result¨® ser el ayudante del p¨¢rroco, Celso, de 24 a?os, quien confes¨® que mat¨® al cura cuando lo sorprendi¨® robando las limosnas de la iglesia.

La nota de prensa del Episcopado estaba acompa?ada de una cita del Nuevo Testamento: "Enjugar¨¢ las l¨¢grimas de sus ojos y no habr¨¢ ya muerte ni llanto (...) porque el mundo viejo habr¨¢ pasado". Sin embargo, el mundo nuevo que llega, es a¨²n m¨¢s violento.