El mariscal Al Sisi no quiere rival electoral
Ahmed Shafiq, el m¨¢s serio competidor de Al Sisi, desmiente estar secuestrado por el Gobierno egipcio
Ni tan siquiera la condici¨®n de oficial del Ej¨¦rcito y ex primer ministro es una garant¨ªa para esquivar el duro acoso del r¨¦gimen egipcio, como ha comprobado, Ahmed Shafiq, un conocido pol¨ªtico conservador. El pasado fin de semana, tan solo d¨ªas despu¨¦s de anunciar su candidatura a las elecciones presidenciales de la pr¨®xima primavera, Shafiq protagoniz¨® un misterioso culebr¨®n, que incluy¨® su abrupta deportaci¨®n de Emiratos ?rabes Unidos y su desaparici¨®n durante 24 horas tras su llegada a El Cairo. Sus tribulaciones representan un claro mensaje de que el r¨¦gimen del mariscal Abdelfat¨¢ Al Sisi, que probablemente comunicar¨¢ en breve su voluntad de presentarse a la reelecci¨®n, no permitir¨ªa una verdadera competici¨®n en los pr¨®ximos comicios.
Mientras el pa¨ªs entero se preguntaba por el paradero del comandante y su familia denunciaba su ¡°rapto¡± por parte de las autoridades, Shafiq reapareci¨® por sorpresa el domingo por la noche en la pantalla del canal de televisi¨®n egipcio Dream TV. ¡°Ahora estoy aqu¨ª en el pa¨ªs, y creo que soy libre para meditar m¨¢s sobre este asunto, para explorarlo, salir a la calle y hablar con la gente... tengo la posibilidad de investigar m¨¢s y ver qu¨¦ hace falta¡±, declar¨® en referencia a su intenci¨®n de concurrir a los comicios en una entrevista telef¨®nica. Adem¨¢s, desminti¨® estar ¡°secuestrado¡±, si bien no ofreci¨® nuevos detalles sobre su extra?a llegada a Egipto.
La misma noche, su abogada, Dina Adly, comunic¨® a trav¨¦s de su cuenta de Facebook que hab¨ªa podido visitar a su cliente en un hotel situado en un distinguido suburbio cairota, donde le ¡°confirm¨® que su estado de salud es bueno, y que no existe ninguna investigaci¨®n judicial en su contra¡±. Shafiq, de 76 a?os, fue el ¨²ltimo primer ministro del derrocado dictador Hosni Mubarak, y ya se present¨® a las elecciones presidenciales de 2012, en cuya segunda vuelta fue derrotado por un escaso margen por el islamista Mohamed Morsi. Poco despu¨¦s, ante el temor de ser encarcelado en un proceso pol¨ªtico, se traslad¨® a Emiratos ?rabes Unidos, donde residi¨® hasta su reciente deportaci¨®n. Ni tan siquiera su absoluci¨®n a finales de 2013 le convenci¨® de retornar a Egipto.
Curiosamente, tras hacer p¨²blico su deseo de presentarse a las elecciones la semana pasada, la prensa oficialista egipcia empez¨® a acusar a Shafiq de mantener v¨ªnculos con los proscritos Hermanos Musulmanes, una alegaci¨®n utilizada habitualmente contra cualquier adversario del r¨¦gimen. De tendencia neoliberal y con carisma entre algunos sectores de la sociedad egipcia, el excomandante de las Fuerzas A¨¦reas podr¨ªa ser el m¨¢s peligroso rival de Al Sisi si los comicios fueran libres. Seg¨²n varios analistas, cuenta con el apoyo de algunos grandes empresarios preocupados por el creciente peso de las compa?¨ªas militares en la econom¨ªa egipcia gracias al favoritismo de las autoridades en la adjudicaci¨®n de contratos p¨²blicos.
Su tempestuosa expulsi¨®n de Abu Dabi fue precedida de una rara controversia. El entorno de Shafiq denunci¨® que las autoridades emirat¨ªes le hab¨ªan prohibido salir del pa¨ªs, cosa que estas negaron inmediatamente. El hecho de que Emiratos, junto a Arabia Saud¨ª, sea uno de los m¨¢s fieles aliados del r¨¦gimen egipcio ha servido para alimentar a¨²n m¨¢s las suspicacias.
Los otros dos aspirantes declarados a la presidencia, el abogado progresista Jaled Ali y un militar poco conocido, el coronel Ahmed Konsowa, tambi¨¦n han padecido el hostigamiento del r¨¦gimen. El primero, fue condenado a tres meses de c¨¢rcel por haber realizado un gesto obsceno tras un juicio. El segundo, fue arrestado la semana pasada por haber difundido un v¨ªdeo en el que expresaba opiniones pol¨ªticas, una acci¨®n en teor¨ªa prohibida a los uniformados.
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