Las lecciones que deja el Tribunal para la antigua Yugoslavia en su despedida
Tras m¨¢s de dos d¨¦cadas de trabajo, con 161 acusados y 154 procesos, el tribunal echa el cierre tras haber juzgado a los principales responsables de la guerra de los Balcanes
Aniversario y despedida. El Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (TPIY) cumple 24 a?os y echa el cierre este jueves en una solemne ceremonia en su sede de La Haya, tras haber juzgado a los principales responsables de genocidio y cr¨ªmenes de guerra y contra la humanidad perpetrados en las guerras de los Balcanes (1991-2001). Un conflicto regional convertido en una amenaza para la paz y la seguridad internacional, que oblig¨® al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas a crear el TPIY en 1993. Ahora que sus 161 acusados, 154 procesos, 83 sentencias y 19 absoluciones impiden la negaci¨®n de los delitos, y que la aplicaci¨®n de la justicia humanitaria internacional facilit¨® en 2002 la creaci¨®n de la Corte Penal Internacional, queda lo m¨¢s dif¨ªcil: la reconciliaci¨®n de unas comunidades todav¨ªa antag¨®nicas.?
La labor del TPIY ha demostrado ¡°el poder de la justicia internacional en unos territorios donde hab¨ªa desaparecido la ley y el orden¡±, en palabras de Carmel Agius, su presidente, nacido en Malta. O, como dice la jueza costarricense Elisabeth Odio Benito, ¡°sac¨® la ley de los libros y la puso en la calle¡±. Ella se estren¨® en este Tribunal, fue luego vicepresidenta de la Corte Penal Internacional y ahora trabaja en la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Asegura que ¡°todo lo que ahora nos parece normal, desde calificar de crimen de guerra la violaci¨®n de una mujer en un conflicto armado, a la protecci¨®n de las v¨ªctimas, es gracias al TPIY¡±. Aunque subraya que ¡°no se le puede pedir a ninguna corte que logre la paz, mucho menos cuando este tribunal se cre¨® con la guerra ya en marcha¡±, su reflexi¨®n trasciende lo ocurrido en la antigua Yugoslavia. Se?ala, en particular, sacudidas como la del Estado Isl¨¢mico (ISIS, en sus siglas en ingl¨¦s). ¡°Por definici¨®n, estos tribunales especiales [ad hoc, en t¨¦rminos t¨¦cnicos] tienen fecha de caducidad. Pero ante cr¨ªmenes como los que estamos viendo en Siria, ser¨ªan una buena soluci¨®n. Porque el terrorismo es un crimen contra la humanidad, y el veto de Rusia en el Consejo de Seguridad de la ONU complica elevar el caso sirio a la Corte Penal¡±.?
Agius y Odio Benito?han participado esta semana en el simposio que ha puesto fin a los trabajos del TPIY. La jornada mostr¨® el esfuerzo de una labor ¡°que nadie pens¨® que llevar¨ªa 24 a?os completar¡±. ¡°Pero hemos perseverado y quedar¨¢ una versi¨®n reducida de la corte para las apelaciones¡±, como record¨® Agius, y tambi¨¦n una cierta amargura.
Paddy Ashdown, el pol¨ªtico liberal brit¨¢nico, tambi¨¦n presente en el acto, lo resumi¨® as¨ª: ¡°La paz no es un hecho aislado, es un proceso y tambi¨¦n el asunto m¨¢s pol¨ªtico de todos¡±. Entre 2002 y 2006, fue Alto Representante para Bosnia Herzegovina y supervis¨® la aplicaci¨®n de los acuerdos de paz de Dayton de 1995. ¡°El TPIY ha contribuido a la aplicaci¨®n de la justicia internacional y, con ello, a la paz en momentos peligrosos, pero no nos enga?emos¡±, apunt¨®. ¡°No habr¨¢ verdadera paz en los Balcanes hasta que desaparezcan los pol¨ªticos que mandaban entonces y siguen ah¨ª. La radicalizaci¨®n de los j¨®venes no es privativa de Bosnia. La hemos visto en el islam y entre la extrema derecha europea. En Bosnia, la reconciliaci¨®n est¨¢ estancada porque la comunidad internacional no lo ha hecho bien; ha fallado la voluntad y ha arraigado la refutaci¨®n de los hechos¡±.?
Ah¨ª, en el rechazo a aceptar la culpa propia, y en la derrota de la educaci¨®n para evitar victimismos, hicieron hincapi¨¦ dos expertas. Jelena Krstic, directora del Centro de Derecho Humanitario, de Belgrado, asegur¨® que ¡°nadie ha le¨ªdo en Serbia la sentencia de cadena perpetua por el genocidio de Srebrenica contra Ratko Mladic, el exgeneral serbobosnio. ¡°La ciudadan¨ªa bloquea la verdad y los pol¨ªticos abusan de ello para mantenerse en el poder. Entre todos, han hecho sitio a la negaci¨®n colectiva de lo ocurrido¡±. Nerma Jelacic, musulmana bosnia, que fue la jefa de comunicaci¨®n del TPIY, a?adi¨® que ¡°la verdad est¨¢ en los archivos del tribunal y es preciso el apoyo internacional para que se puedan consultar en la propia regi¨®n y la gente sepa lo que pas¨®. Es nuestro deber hablar de la verdad, si no es imposible seguir adelante¡±. La jueza Odio Benito lo resumi¨® luego en dos palabras: ¡°Voluntad pol¨ªtica¡±.
Slobodan Praljak, ¡°doble criminal de guerra¡±
El suicidio del exgeneral bosniocroata, Slobodan Praljak, acusado de cr¨ªmenes de guerra contra musulmanes bosnios, sorprendi¨® el pasado 29 de noviembre a todos en el Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia. Sus familiares desconoc¨ªan sus intenciones; los otros cinco acusados que completaban el caso se asombraron al verle ingerir un l¨ªquido misterioso [luego de supo que era cianuro]; las televisiones del mundo emitieron el directo una escena confusa, y Carmel Agius, presidente de la sala de apelaciones donde se le¨ªa el fallo, suspendi¨® la sesi¨®n. Pero solo durante unos minutos. La lectura deb¨ªa continuar, porque los dem¨¢s procesados ten¨ªan derecho a escuchar el veredicto. Ahora que Praljak ha sido enterrado en su tierra, Agius lo califica de "doble criminal de guerra". Porque "no acept¨® su condena de 20 a?os, en 2013, en primera instancia, y tampoco que la apelaci¨®n ratificara esa pena". "Hoy, todo el mundo sabe que no estaba preparado para aceptar la justicia. Todo fue inesperado, pero si pretend¨ªa criticar, cometi¨® un gran error. Consigui¨® todo lo contrario, que le vieran como realmente era", dice Agius, mientras siguen su curso las investigaciones abiertas por la justicia holandesa y el propio Tribunal.
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