Israel y Arabia Saud¨ª, acercamiento en la misma trinchera diplom¨¢tica frente a Ir¨¢n
Israel y Arabia Saud¨ª han vuelto a coincidir en la trinchera diplom¨¢tica. Durante la reciente Conferencia de Seguridad de M¨²nich, tanto el primer ministro israel¨ª, Benjam¨ªn Netanyahu, como el ministro saud¨ª de Exteriores, Adel al Jubeir, acusaron a Ir¨¢n de expansionismo militar en Oriente Pr¨®ximo y denunciaron el acuerdo nuclear. Es el ¨²ltimo ejemplo de una creciente?convergencia de intereses pol¨ªticos que ha desatado todo tipo de especulaciones sobre si esa alianza de facto frente al enemigo com¨²n puede llegar a cuajar. Una calculada pol¨ªtica de gestos ha hecho aflorar en los ¨²ltimos meses se?ales de acercamiento m¨¢s all¨¢ de las relaciones encubiertas que han mantenido hasta ahora
Suscita revuelo porque se trata una pareja diplom¨¢tica at¨ªpica; no s¨®lo no mantienen relaciones, sino que Arabia Saud¨ª ni siquiera reconoce la existencia de Israel. Aunque el Reino del Desierto no particip¨® directamente en ninguna de las guerras contra el Estado jud¨ªo del siglo pasado, siempre ha defendido el derecho a la soberan¨ªa de los palestinos. Riad apadrin¨® en 2002 la llamada Iniciativa ?rabe de Paz, que en esencia implica el reconocimiento de Israel a cambio de la retirada de los territorios que ocup¨® en 1967. Tras d¨¦cadas de antagonismo emergen signos de cooperaci¨®n entre ambos pa¨ªses, que ven en el auge de Ir¨¢n una amenaza a sus intereses regionales.
Si lo que es malo para Teher¨¢n es bueno para Israel, la mano tendida del general Gadi Eisenkot, jefe del Estado Mayor israel¨ª, se plasm¨® negro sobre blanco en la entrevista sin precedentes concedida en noviembre al diario digital saud¨ª Elaph, editado en Londres. Eisenkot ofrec¨ªa compartir informaci¨®n de inteligencia con los saud¨ªes frente a Ir¨¢n, al que acus¨® de representar ¡°la gran amenaza real para la regi¨®n¡±.
Fue el pistoletazo para una carrera de mensajes de acercamiento, como el del ministro de Energ¨ªa, Yuval Steinitz, al reconocer a una cadena de radio estatal que Israel ha establecido contactos encubiertos con Arabia Saud¨ª sobre preocupaciones compartidas ante el expansionismo iran¨ª. ¡°Las relaciones se est¨¢n desarrollando, con los saud¨ªes y con otros pa¨ªses ¨¢rabes y musulmanes¡±, precis¨® Steinitz, ¡°pero preferimos mantenerlas en secreto, ya que as¨ª lo desea la otra parte¡±.
Medios como el diario Haaretz ha informado tambi¨¦n de?reuniones regulares entre militares israel¨ªes y saud¨ªes en el centro de operaciones conjunto en el que se coordinan Jordania, Arabia Saud¨ª y EE UU. El ministro de Inteligencia, Yisrael Katz, asegur¨® a la prensa israel¨ª que hab¨ªa invitado al pr¨ªncipe Mohamed a visitar Israel al pr¨ªncipe heredero saud¨ª, Mohamed Bin Salm¨¢n, conocido por las siglas MBS, a visitar el Estado jud¨ªo como ¡°l¨ªder del mundo ¨¢rabe¡±, en el curso de una entrevista con Elaph, aunque finalmente el portal digital omiti¨® esa parte de sus declaraciones.
Por esas mismas fechas, la embajadora israel¨ª en Viena visit¨® el Centro Internacional para el Di¨¢logo Interreligioso e Intercultural Rey Abdal¨¢ Bin Abdulaziz,?y difundi¨® su foto ante la bandera saud¨ª. La diplomacia de las fotos hab¨ªa empezado en enero de 2017 en Davos, cuando la exministra de Exteriores Tzipi Livni se fotografi¨® con el exjefe de los servicios secretos saud¨ªes Turki Bin Faisal, y tambi¨¦n public¨® la imagen en Twitter.
Acuerdo nuclear con Ir¨¢n
Los observadores sit¨²an el principio del acercamiento durante la negociaci¨®n del acuerdo nuclear de 2015 entre Ir¨¢n y las grandes potencias, al que tanto?Arabia Saud¨ª como Israel se opusieron desde el principio y al que ahora responsabilizan de la consolidaci¨®n regional de la Rep¨²blica Isl¨¢mica. Hasta entonces, el af¨¢n saud¨ª por armarse para hacer frente a su rival de la otra orilla del golfo P¨¦rsico tambi¨¦n suscitaba inquietud? en el Estado hebreo.
Dos cambios pol¨ªticos han impulsado la aproximaci¨®n. Por un lado, a principios de 2015?accedi¨® al trono saud¨ª el rey Salm¨¢n, quien, junto a su hijo y heredero el pr¨ªncipe Mohamed Bin Salm¨¢n, ha mostrado una sorprendente disposici¨®n a asumir riesgos de pol¨ªtica exterior. Por otro, la llegada a la Casa Blanca, dos a?os despu¨¦s, de Donald Trump, quien intenta convencer a los pa¨ªses ¨¢rabes de que reconozcan el papel clave del Estado jud¨ªo en Oriente Pr¨®ximo.
En Riad no se han desmentido las se?ales de aproximaci¨®n emitidas por Israel y, aunque de forma necesariamente m¨¢s discreta dada la naturaleza de su sistema pol¨ªtico, tambi¨¦n ha hecho algunos gestos. El pasado noviembre, Mohamed Bin Abdulkarim Isa, un exministro de Justicia saud¨ª muy pr¨®ximo al pr¨ªncipe heredero, declaraba que ¡°ning¨²n acto de violencia o terrorismo que trate de justificarse invocando el islam est¨¢ justificado en ninguna parte, incluido Israel¡±, seg¨²n lo publicado por el diario hebreo Maariv. Se trata de una cr¨ªtica a los ataques contra israel¨ªes inusual en el mundo ¨¢rabe.
La ausencia de relaciones diplom¨¢ticas ha prevalecido finalmente, como se comprob¨® a finales de diciembre cuando el Gobierno saud¨ª neg¨® el visado de entrada al equipo israel¨ª convocado por la Federaci¨®n Internacional de Ajedrez para participar en un campeonato organizado en la capital del reino.
El presidente de Estados Unidos ha buscado, a trav¨¦s de su yerno y enviado especial para la regi¨®n, Jared Kushner, la colaboraci¨®n saud¨ª para presionar a los palestinos a aceptar un acuerdo con Israel. Se muestra convencido, no s¨®lo de que puede poner fin a ese conflicto y lograr la ¡°soluci¨®n definitiva¡±, sino de que ese acercamiento mejorar¨ªa las relaciones del Estado hebreo con sus vecinos, lo que har¨ªa m¨¢s vulnerable a Ir¨¢n. No parece haber conseguido su prop¨®sito. MBS convoc¨® al veterano presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, en la capital saud¨ª para presentarle un plan de paz que, seg¨²n fuentes palestinas, resultaba inaceptable.
"Un gran error de Mohamed Bin Salm¨¢n"
¡°Es un gran error de MBS, que va a da?ar la imagen de Arabia Saud¨ª y dar un triunfo a Israel¡±, interpreta el analista saud¨ª Jamal Khashoggi. ¡°Terminar¨¢ por descubrir que no puede conseguir mucho de Israel. Por un lado, presionar a los palestinos (¡) no va a ninguna parte porque, incluso bajo ocupaci¨®n, son mucho m¨¢s libres que la mayor¨ªa de los ¨¢rabes para expresar sus opiniones y manifestarse¡±, explica en conversaci¨®n telef¨®nica. Adem¨¢s, a?ade, ¡°los israel¨ªes no van a luchar contra Ir¨¢n por nosotros¡±.
Khashoggi, cuyo estilo directo le ha obligado a autoexiliarse, opina que por el actual camino ¡°Israel lograr¨¢ el premio de la normalizaci¨®n con otro Estado ¨¢rabe, y no uno cualquiera, sino Arabia Saud¨ª¡±, mientras que ¨¦ste no va a conseguir lo que quiere de aqu¨¦l. ¡°Israel no va a enviar a sus soldados a Alepo a luchar contra los iran¨ªes, s¨®lo interviene [como en los recientes bombardeos en Siria] cuando sus intereses est¨¢n amenazados¡±, concluye.
No todo el mundo est¨¢ de acuerdo en la evaluaci¨®n de beneficios. ¡°La clave aqu¨ª son las relaciones abiertas. En gran medida, Arabia Saud¨ª ya est¨¢ consiguiendo mucho de lo que necesita de Israel, sin una relaci¨®n p¨²blica debido a sus posiciones compartidas sobre Ir¨¢n. Pero a¨²n tienen diferencias en otros asuntos¡±, precisa Gregory Gause, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad A&M de Texas y especialista en Arabia Saud¨ª. Entre las discrepancias cita la reciente crisis libanesa, en la que Riad buscaba un enfrentamiento, pero Israel dio un paso atr¨¢s, pero el mayor obst¨¢culo ser¨ªa, y esta es una opini¨®n compartida entre los analistas, ¡°el coste de opini¨®n p¨²blica que el Gobierno saud¨ª tendr¨ªa que pagar¡±.
¡°A¨²n sigue habiendo bastante sentimiento antiisrael¨ª y simpat¨ªas propalestinas en el mundo ¨¢rabe, y eso incluye a los saud¨ªes¡±, explica Gause en un correo electr¨®nico. ¡°Las ventajas que Arabia Saud¨ª obtiene de la relaci¨®n entre bambalinas con Israel no ser¨ªan mucho mayores si la relaci¨®n fuera p¨²blica, pero aumentar¨ªan considerablemente los costes internos¡±.
De momento, el propio Trump ha puesto un obst¨¢culo para oficializar esa relaci¨®n cada vez menos secreta. Su decisi¨®n de reconocer Jerusal¨¦n como capital de Israel yde trasladar la embajada de EE UU desde Tel Aviv ha frenado nuevos gestos de aproximaci¨®n ante el car¨¢cter altamente simb¨®lico de la Ciudad Santa, que acoge el recinto de la mezquita de Al Aqsa, tercer lugar sagrado de islam, precisamente tras La Meca y Medina. En su reciente intervenci¨®n ante el Consejo de Seguridad de la ONU, el presidente Abbas ha excluido a EE UU como mediador exclusivo entre israel¨ªes y palestinos y ha propugnado una conferencia internacional de paz bajo un mecanismo multilateral, en el que si duda espera poder contar con Arabia Saud¨ª como patrocinador del di¨¢logo con Israel.
Visitantes del Golfo en la Ciudad Santa
Mientras Israel y Arabia Saud¨ª intercambian se?ales de entendimiento, destacados representantes de monarqu¨ªas del Golfo que se mueven en la ¨®rbita de Riad han visitado en las ¨²ltimas semanas Jerusal¨¦n. Bahr¨¦in ha sido de los primeros en enviar gestos de acercamiento al Estado jud¨ªo. Una delegaci¨®n interconfesional del peque?o reino viaj¨® a la Ciudad Santa en diciembre ¡ªpoco despu¨¦s de la pol¨¦mica declaraci¨®n de Donald Trump que la reconoc¨ªa como capital de Israel¡ª, con el objetivo de promover la tolerancia religiosa.
Los movimientos de Bahr¨¦in resultan especialmente indicativos, vistos los precedentes en que ha actuado como punta de lanza de la diplomacia saud¨ª (como sucedi¨® con el boicoteo a Qatar). Adem¨¢s, tiene el bagaje perfecto para romper el hielo: aunque sus dirigentes, como el resto del Golfo, invocan a menudo la causa palestina y nunca han establecido relaciones oficiales con Israel, mantienen contactos desde hace dos d¨¦cadas. No en vano, Bahr¨¦in es la ¨²nica petromonarqu¨ªa que cuenta con una comunidad jud¨ªa aut¨®ctona.
Tres de decenas de delegados de Bahr¨¦in, entre los que adem¨¢s de jud¨ªos figuraban cristianos, budistas, hinduistas y musulmanes, acudieron a Jerusal¨¦n en medio de la sordina oficial del Gobierno israel¨ª, y del abierto rechazo de los palestinos, cuyos representantes se negaron a recibirles.
M¨¢s discretamente a¨²n para las autoridades del Estado hebreo ha sido el paso hace apenas un mes del ministro de Asuntos Exteriores de Om¨¢n, Yusuf Bin Alawi, por la mezquita de Al Aqsa, en el sector este de Jerusal¨¦n ocupado y anexionado por Israel. Fotografiado en la primera p¨¢gina del Times of Oman, su imagen frente a la dorada c¨²pula del Domo de la Roca parece marcar el inicio de una campa?a isl¨¢mica de respuesta a la decisi¨®n de Trump.
¡°Se trata de reforzar la presencia musulmana en Jerusal¨¦n¡±, se?ala el analista saud¨ª Jamal Khashoggi, quien explica que ¡°hay un llamamiento de l¨ªderes musulmanes en Turqu¨ªa, Malasia y otros pa¨ªses para que los musulmanes tengan una mayor presencia en esa ciudad y no la dejen en manos israel¨ªes¡±.
El ministro de Exteriores de Om¨¢n acababa de efectuar una visita oficial a Palestina, donde fue recibido por el presidente Mahmud Abbas. "Los ¨¢rabes tienen la obligaci¨®n de visitar la mezquita (de Al Aqsa) si pueden hacerlo", declar¨® a France Presse Bin Alawi.
Aunque Israel ha guardado silencio sobre su presencia en el recinto de la Explanada de las Mezquitas, dif¨ªcilmente pudo acceder el jefe de la diplomacia oman¨ª sin la autorizaci¨®n, o al menos la anuencia, del Gobierno. No era su primer viaje a Jerusal¨¦n. En 1995, fue recibido por el entonces primer ministro (en funciones) Sim¨®n Peres, y al a?o siguiente ambos pa¨ªses firmaron un acuerdo para intercambiar oficinas comerciales. Pero el acercamiento se abort¨® con el estallido de la segunda Intifada en el a?o 2000.
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