El exmilitar franc¨¦s que mat¨® a la ni?a Ma?lys reconoce otro crimen y se investiga una decena de asesinatos m¨¢s
Una c¨¦lula policial reconstruye la vida de Nordahl Lelandais para cruzar los datos con los de otras personas desaparecidas
Durante seis meses, el exmilitar franc¨¦s Nordahl Lelandais resisti¨® las presiones, las pruebas cada vez m¨¢s contundentes y las duras condiciones de detenci¨®n a las que estaba sometido. Finalmente, a mediados de febrero, reconoci¨® lo que a casi nadie a esas alturas le quedaba ya duda alguna: que ¨¦l era el responsable de la muerte de Ma?lys De Araujo, una ni?a de nueve a?os que desapareci¨® sin dejar rastro a finales de agosto durante la celebraci¨®n de una boda en Pont-de-Beauvoisin, en el sureste de Francia. Lelandais era uno de los invitados y su modo de actuar durante esa noche y el d¨ªa siguiente despert¨® las sospechas inmediatas de la polic¨ªa, aunque ¨¦l insisti¨® en su inocencia casi medio a?o.
Esta vez ha tardado un poco menos en admitir un segundo asesinato al que tambi¨¦n hab¨ªa sido ligado, el del cabo Arthur Noyer, que hab¨ªa desaparecido en abril del a?o pasado muy cerca de donde luego lo hizo la ni?a, y cuyo cr¨¢neo fue hallado en septiembre. El exmilitar fue imputado en diciembre, cuando ya estaba en la c¨¢rcel por Ma?lys. Ninguno de los casos tienen una relaci¨®n aparente entre s¨ª, lo que constituye uno de los quebraderos de cabeza al que se enfrentan los expertos. Pero hay otra duda m¨¢s acuciante a¨²n: ?Puede ser que Lelandais sea responsable de otras muertes sin resolver?
Es lo que investiga la polic¨ªa intensamente. Lelandais, de 35 a?os, ostenta incluso el dudoso honor de tener todo un equipo policial de ¨¦lite dedicado en cuerpo y alma a su caso. Se trata de la c¨¦lula Ariane, creada a comienzos de a?o en la secci¨®n judicial de la gendarmer¨ªa de Pontoise, al noroeste de Par¨ªs. Compuesta por investigadores expertos, su objetivo exclusivo es realizar un exhaustivo ¡°recorrido de la vida¡± de Lelandais durante los ¨²ltimos 15 a?os, consultando todas las bases judiciales y tambi¨¦n prestatarios privados como operadores de telefon¨ªa, transportes o aseguradoras, seg¨²n la emisora RTL.
Todo ello para ¡°fijar en el tiempo y el espacio¡± al sospechoso, con el objetivo de confirmar d¨®nde se encontraba en el momento de la desaparici¨®n de las personas que potencialmente podr¨ªan ser otras v¨ªctimas suyas. Fue precisamente la triangulaci¨®n de su tel¨¦fono y el de Noyer, que los situ¨® en la misma ¨¢rea en el momento de la desaparici¨®n del cabo, lo que permiti¨® establecer la pista m¨¢s seria en este segundo caso. Lelandais reconoci¨® en febrero que lo hab¨ªa recogido cuando hac¨ªa autostop, pero sigui¨® negando cualquier responsabilidad en su muerte. Ahora ha admitido que tambi¨¦n lo mat¨®.
La lista de posibles asesinatos es larga. Nada m¨¢s saberse que Lelandais era sospechoso tambi¨¦n de la muerte del joven cabo ¡ªfue imputado por ese caso en diciembre¡ª, los familiares de desaparecidos en los ¨²ltimos a?os empezaron a reclamar que se buscara una eventual relaci¨®n con el exmilitar. Hasta una veintena de familias acudieron en los ¨²ltimos meses a las autoridades, seg¨²n la emisora BFM TV. Los investigadores se han tomado en serio alrededor de una decena de casos.
A la par, contin¨²an las pesquisas sobre los dos asesinatos confirmados. Porque en ambos siguen sin respuesta demasiadas preguntas, empezando por el porqu¨¦. La confesi¨®n de Lelandais sobre el militar puede adem¨¢s complicar su ya de por s¨ª dif¨ªcil defensa en el caso de Ma?lys, puesto que pone m¨¢s en entredicho a¨²n sus aseveraciones de lo de la peque?a fue una muerte ¡°accidental¡±.
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