Gaza, de la bancarrota a la desesperaci¨®n suicida
El colapso econ¨®mico de la Franja tras una d¨¦cada de bloqueo moviliza a una poblaci¨®n sin futuro contra la frontera israel¨ª
Los j¨®venes de Jan Yunis acarrean neum¨¢ticos viejos, espejos met¨¢licos y cubos de pl¨¢stico hasta la frontera del sureste de Gaza. Han levantado un campamento en el pago de Jusaa, a 400 metros de las mirillas de precisi¨®n de los francotiradores del Ej¨¦rcito de Israel. La llegada de cada cargamento es celebrada con gritos de j¨²bilo por centenares de veintea?eros en paro. Se preparan para volver a movilizarse esta semana en un nuevo viernes de la ira tras las multitudinarias manifestaciones del 30 de marzo.
¡°Los neum¨¢ticos arder¨¢n para crear una cortina de humo, los espejos servir¨¢n para deslumbrar a los soldados y los cubos capturar¨¢n las grandes bombas lacrim¨®genas¡±, detalla el jeque tribal Zaqi Derdessi, de 60 a?os, ante la atenta mirada de los muchachos en una de las tres decenas de tiendas erigidas. ¡°Los mayores somos la cadena que une a estos chicos con el pasado¡±, predica el venerado jeque del este de la Franja, tocado con una kufiya roja sobre la t¨²nica negra que denota su rango.
En las protestas se han contabilizado en Jusaa tres de las 19 muertes registradas hasta ahora ¡ªla ¨²ltima se produjo ayer en Al Bureij, en el centro del enclave palestino¡ª y 350 de los 1.400 manifestantes heridos. ¡°No tenemos miedo de que nos disparen¡±, corean los j¨®venes arrobados en derredor suyo con un fervor casi suicida.
Despu¨¦s de m¨¢s de una d¨¦cada de bloqueo terrestre y mar¨ªtimo desde Israel, al que se ha sumado Egipto en el ¨²ltimo lustro, y de tres guerras consecutivas con el Ej¨¦rcito hebreo, la econom¨ªa del enclave presenta un encefalograma plano. Con una tasa de desempleo del 44% ¡ªla m¨¢s elevada del planeta, seg¨²n el Banco Mundial¡ª, que se eleva al 62% en el caso de los menores de 30 a?os, dos terceras partes de los dos millones de habitantes de la franja palestina viven por debajo del umbral de la pobreza y precisan de la ayuda internacional para subsistir.
¡°La guerra de 50 d¨ªas del verano de 2014 supuso una cat¨¢strofe: las bombas arrasaron 900 f¨¢bricas y 5.000 locales de negocio¡±, constata el presidente de la Asociaci¨®n de Empresarios de Gaza, Al¨ª Hayek. ¡°El prolongado bloqueo y los recortes de transferencias y de electricidad impuestos el a?o pasado por el Gobierno de la Autoridad Palestina han acabado por rematar la agonizante econom¨ªa, y el poder adquisitivo de las familias se ha desplomado hasta un 80%¡±, asevera el dirigente patronal.
¡°Israel no permite la importaci¨®n de camiones ni de otros equipos industriales porque tienen doble uso, civil y militar. Muchos ya habr¨ªan emigrado, si pudieran, pero estamos aislados¡±, sostiene Hayek.
M¨¢s de 60.000 funcionarios dependientes de la Autoridad Palestina han visto reducidos sus salarios en un 30% a causa de la disputa entre el Gobierno del presidente Mahmud Abbas con los l¨ªderes de Ham¨¢s, el movimiento islamista que gobierna de facto en el enclave mediterr¨¢neo tras hacerse con el poder por las armas en 2007.
El efecto domin¨® no se hizo esperar: la mayor¨ªa de los gazat¨ªes ya solo consumen productos b¨¢sicos. Hasta el Ej¨¦rcito israel¨ª ha verificado que el tr¨¢fico de camiones a trav¨¦s del paso de Kerem Shalom, el ¨²nico que opera para mercanc¨ªas en la frontera, se redujo en m¨¢s de un tercio durante 2017.
Marchas del Retorno
El profesor de ingl¨¦s Ahmed Al¨ª, de 65 a?os, con kufiya negra, tambi¨¦n apela a los j¨®venes de Jusaa a una ceremonia de recuerdo del pasado. Las Marchas del Retorno convocadas por los partidos palestinos intentan precisamente defender el derecho de los refugiados a regresar a sus lugares de origen.
Las movilizaciones se prolongar¨¢n hasta mediados de mayo, coincidiendo con el 70? aniversario de la creaci¨®n del Estado de Israel, que los palestinos conmemoran bajo el nombre de Naqba (desastre, en ¨¢rabe). ¡°Tal vez yo no pueda volver nunca a Ashdod [ciudad portuaria situada al sur de Tel Aviv], pero mis hijos o mis nietos lo lograr¨¢n alg¨²n d¨ªa¡±, aventura el profesor Al¨ª.
El ministro de Defensa de Israel, Avigdor Lieberman, inspeccion¨® ayer la zona fronteriza con Gaza. ¡°Todos aquellos que se acerquen a la valla pondr¨¢n su vida en peligro¡±, advirti¨®. ¡°Conocemos bien a la mayor¨ªa de los muertos [en las protestas], son activistas de las alas militares de Ham¨¢s y de la Yihad Isl¨¢mica¡±.
Human Rights Watch (HRW), ONG con sede en Estados Unidos, considera que el ¡°uso de munici¨®n real contra manifestantes desarmados que no supon¨ªan una amenaza inminente¡± fue ordenada ¡°ilegalmente por altos mandos israel¨ªes¡±.
Prisi¨®n por deudas a causa de la crisis
?¡°El hambre produce violencia, por eso no van a faltar j¨®venes desesperados que se acerquen m¨¢s de lo debido a la valla fronteriza con Israel¡±, sentencia Al¨ª Hayek, presidente de la patronal local, quien revela que Gaza se ha convertido ¡°en uno de los pocos lugares del mundo en los que un millonario puede levantarse un d¨ªa convertido en mendigo¡±.
Este es el caso de Ziad Bahor, de 38 a?os, un mayorista de confecci¨®n textil que facturaba 100.000 euros al mes hasta hace un a?o. ¡°Importaba de China, de Turqu¨ªa, de Israel¡±, recuerda, ¡°y ten¨ªa m¨¢s de una docena de empleados; ahora he cumplido ocho meses de c¨¢rcel por no poder pagar a mis acreedores¡±. A ¨¦l le adeudan los detallistas, a los que suministraba prendas de marcas como Diesel o Puma, cerca de medio mill¨®n de euros.
El negocio de la moda se ha hundido en el enclave palestino. Bahor tiene pendiente con los fabricantes del sector el pago de una cantidad similar. Gaza es tambi¨¦n uno de los pocos lugares del globo donde subsiste la prisi¨®n por deudas. De los 42.000 empresarios declarados en quiebra, 600 se encuentran en prisi¨®n. ¡°Ya no duermo en casa¡±, revela el mayorista moroso a la fuerza, ¡°si me sorprende un acreedor acabo entre rejas¡±.
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