Santos encuentra ox¨ªgeno en el Amazonas en medio de la crisis del proceso de paz

Al presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, le gusta recordar que su primer acto simb¨®lico, el mismo d¨ªa de su posesi¨®n, fue viajar donde los mamos de la Sierra Nevada de Santa Marta, en el extremo norte de Colombia, para celebrar un ritual y alejar los malos esp¨ªritus. Este martes en el Amazonas, en el otro extremo del pa¨ªs y en el ocaso de su Gobierno, rememor¨® que los ind¨ªgenas, al darle la bendici¨®n para asumir la presidencia, le pidieron dos cosas: que buscara la paz y cuidara la madre tierra.

¡°Estamos cumpliendo ese compromiso¡­ gracias a la paz podremos descubrir esa riqueza inmensa que es nuestra biodiversidad¡±, asegur¨® el mandatario en la maloca de una comunidad ind¨ªgena junto a la primera ministra de Noruega, Erna Solberg, de visita oficial en el pa¨ªs andino. El anfitri¨®n firm¨® un decreto para dar autonom¨ªa a las comunidades ind¨ªgenas, declar¨® m¨¢s de ocho millones de hect¨¢reas protegidas que se suman a los m¨¢s de 30 millones actuales en Amazonas y declar¨® el selv¨¢tico departamento libre de minas antipersona.

En una semana cr¨ªtica para la implementaci¨®n del pacto de paz con las otrora Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), hoy convertidas en partido pol¨ªtico, Santos encontr¨® algo de ox¨ªgeno en el llamado pulm¨®n del mundo. El mandatario sell¨® en el coraz¨®n de la Amazonia una renovada alianza con el pa¨ªs escandinavo para proteger la selva y prevenir el cambio clim¨¢tico. Adem¨¢s de ser un apoyo clave en los esfuerzos de paz, Noruega, recelosa de la gesti¨®n de sus aportes, es tambi¨¦n el primer cooperante para Colombia en asuntos ambientales.

¡°Los habitantes de los bosques son los mejores guardianes de esos bosques¡±, apunt¨® Solberg, al subrayar que su pa¨ªs decidi¨® comprometerse en la lucha contra el cambio clim¨¢tico hace diez a?os por medio de la conservaci¨®n de esas ¨¢reas. Bogot¨¢ y Oslo acordaron extender sus compromisos m¨¢s all¨¢ del 2020, en lo que Solberg calific¨® como ¡°la primera alianza ambiciosa del mundo sobre bosques en el marco del Acuerdo de Par¨ªs¡±.

Noruega est¨¢ dispuesta a pagar hasta 50 millones de d¨®lares anuales a cambio de reducciones verificadas hasta 2025, y podr¨ªa extender ese apoyo hasta 2030. El prop¨®sito de Colombia es detener completamente la p¨¦rdida de los bosques en 2030, aunque existen reportes de que la deforestaci¨®n ha aumentado tras la firma del acuerdo de paz.

Adem¨¢s del compromiso de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero como parte del pacto de Par¨ªs, el Gobierno de Santos ha expandido en millones de hect¨¢reas las ¨¢reas declaradas como parques naturales o ¨¢reas reservadas y suele se?alar la lucha para reducir la deforestaci¨®n en la Amazonia como un ejemplo de cooperaci¨®n internacional.

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El Gobierno de Colombia destituye a la responsable de los fondos para la paz

Nunca antes un jefe de Gobierno noruego hab¨ªa visitado Colombia, o puesto un pie en el Amazonas, pero el pa¨ªs n¨®rdico ha aportado generosos recursos. Aunque los cuatro a?os de negociaciones entre el Gobierno y la guerrilla se desarrollaron en La Habana, Oslo fue el escenario de dos importantes hitos. All¨ª se instal¨® la mesa de di¨¢logos, en 2012, y all¨ª tambi¨¦n recibi¨® Santos el Nobel de Paz en diciembre de 2016, d¨ªas despu¨¦s de haber refrendado en el Congreso un pacto renegociado tras el inesperado triunfo del No en el plebiscito sobre el acuerdo original. Noruega fue, junto a Cuba, uno de los dos pa¨ªses garantes, y lo es tambi¨¦n en los di¨¢logos de Quito con la ¨²ltima guerrilla activa del pa¨ªs, el Ej¨¦rcito de Liberaci¨®n Nacional (ELN). Tambi¨¦n ha apoyado a Bogot¨¢ en otros temas clave como el desminado.

Noruega ¡°nos acompa?¨® desde que comenzamos esa traves¨ªa¡±, cuando la mayor¨ªa de la gente cre¨ªa imposible alcanzar un pacto con la guerrilla m¨¢s poderosa del continente, agradeci¨® Santos durante la ceremonia en la comunidad ind¨ªgena Monilla Amena, donde conviven rodeados por bosques primarios nativos huitotos, ticunas y yucunas. Pero la reconciliaci¨®n no se da de la noche a la ma?ana, advirti¨®, en un reconocimiento t¨¢cito de las dificultades actuales.

La implementaci¨®n atraviesa su momento m¨¢s delicado por cuenta de las sospechas de corrupci¨®n en la gesti¨®n de los fondos para la paz y la detenci¨®n de un alto dirigente de la Fuerza Alternativa Revolucionaria del Com¨²n, el partido surgido del acuerdo que conserv¨® las siglas de la guerrilla. El lunes, el Gobierno destituy¨® a la responsable de los fondos para la paz, ante las preocupaciones de donantes sobre el manejo de las aportaciones internacionales al posconflicto, ventiladas inicialmente en una carta de los embajadores de Suiza, Suecia y, precisamente, Noruega. Y esa misma tarde se profundiz¨® la crisis con la sorprendente captura, por pedido de Estados Unidos, de Jes¨²s Santrich, se?alado de delitos relacionados con el narcotr¨¢fico. Construir la paz puede ser m¨¢s dif¨ªcil que firmarla.