La Bronca

En vista de que el Tribunal Electoral ha asentado un precedente que pr¨¢cticamente anuncia la Bronca por venir, me permito presentar de manera extempor¨¢nea y como debe de ser la n¨®mina de medio mill¨®n de muertos que han firmado voluntariamente en apoyo a mi candidatura; entre ellos, destaco a Benito Ju¨¢rez, Cantinflas, Mar¨ªa Conesa y Josefa Ortiz de Dominguez. A?ado doscientas fotocopias con firmas falsificadas pero aut¨¦nticas de siete coristas del antiguo teatro Fr¨²-Fr¨², doce mariachis ap¨®crifos, un jockey enano que gan¨® dos carreras en 1984 y la firma garigoleada de Jacinto Benjumea (antiguo custodio de monos en el zool¨®gico de Chapultepec).

Cuento con veintitr¨¦s mil firmas endebles del cuerpo de bomberos de Tlacochahuaya, Oaxaca, el equipo michoacano de nado sincronizado, la liga de damas decentes de Lagos de Moreno, Jalisco y la n¨®mina completa de la escuela independiente de taquigraf¨ªa, corte y confecci¨®n del sindicato ¨²nico de voladores de Papantla. En mi af¨¢n por cabalgar en caballo de hacienda hacia la Grande, yo tambi¨¦n puedo aportar palabras altisonantes, insultos directos, met¨¢foras campiranas y ¨¦glogas improvisadas apoyado en el esp¨ªritu intangible de doce momias de Guanajuato que me apoyaron en su momento con sus firmas, en el mismo papiro donde firmaron a mi favor todos los dibujos animados de mi infancia, el inventor del agua de Jamaica y el recientemente c¨¦lebre mono ara?a de Reforma. De que llego, llego digo yo, pero qui¨¦n sabe a d¨®nde porque ya puestos a jugarle a la democracia enredada y considerando que en realidad, la caballada est¨¢ m¨¢s que flaca, quisiera someter a consideraci¨®n del Tribunal Electoral que las poco m¨¢s de dos millones de firmas que he logrado reunir gracias a la magia del Internet, la fotocopia y el papel carb¨®n se me abonen para una posible participaci¨®n en el concurso de Miss M¨¦xico o como discreto aval para la compra de seis u ocho trajineras en las chinampas de Xochimilco para m¨¢s o menos garantizarme un futuro en este valle de l¨¢grimas donde la ¨²nica candidata independiente que entreg¨® cuentas en n¨²meros negros y un listado de firmas confirmadas como leg¨ªtimas sea descartada por la misma xenofobia de siempre, mientras que los dem¨¢s firmantes de los dem¨¢s candidatos deambulen como zombies en el oprobioso escenario de la simulaci¨®n y el despilfarro donde s¨®lo cuento de veras con mi fiel perro faldero, la jirafa que so?¨¦ de ni?o, una flor que trasplantaron mis hijos con buena mano y el cad¨¢ver incorrupto de un poeta decimon¨®nico que intent¨® calar en versos la irremediable la bronca recurrente en la que caemos.