Marcelo Rebelo de Sousa: ¡°Sobre Catalu?a, nuestra postura es no intervenir en la vida de otro Estado¡±
El presidente de Portugal se?ala que su pa¨ªs y Espa?a, conjuntamente "tenemos que rehacer nuestras relaciones dentro de Europa"
Catedr¨¢tico constitucionalista, ministro, l¨ªder del Partido Socialdem¨®crata, periodista de prensa, comentarista de televisi¨®n, consejero del Museo de Arte Antiguo, cat¨®lico, casado y separado, padre de dos hijos y abuelo de cinco nietos, todo eso y much¨ªsimo m¨¢s es El profesor, Marcelo Rebelo de Sousa (Lisboa, 1948), el presidente de Portugal que el lunes inicia una visita a Espa?a de tres d¨ªas de duraci¨®n.
Pregunta. En marzo de 2015 accedi¨® al cargo con el voto de la mayor¨ªa absoluta de los electores. Dos a?os en que ha ocurrido casi todo en Portugal, del desastre bancario a presidir la ONU y el Eurogrupo. ?Cu¨¢l es su balance?
Respuesta. Cuando inici¨¦ mi mandato la situaci¨®n del pa¨ªs era dif¨ªcil. Hab¨ªa una gran divisi¨®n en la vida pol¨ªtica portuguesa,. El centro derecha consideraba que ten¨ªa derecho a gobernar porque hab¨ªa ganado las elecciones y la izquierda tambi¨¦n porque ten¨ªan mayor¨ªa parlamentaria. En ese ambiente muy crispado, yo me preguntaba sobre la continuidad del Gobierno, sobre la relaci¨®n con Bruselas y la reacci¨®n de los mercados. Fueron meses muy tensos. Mirando hacia atr¨¢s, tengo que decir que el balance es positivo: hay estabilidad social y pol¨ªtica y ganamos la credibilidad de los mercados financieros.
P. Usted es un pol¨ªtico del PSD que llega a la Presidencia y se encuentra con un Gobierno socialista, apoyado por Bloco y PC. ?C¨®mo es la cohabitaci¨®n?
R. El presidente no es una personalidad partidista; no puedo establecer relaciones en funci¨®n del color del Gobierno. No puedo convertirme en oposici¨®n de los gobiernos ni en oposici¨®n de la oposici¨®n.
P. Uno de sus poderes es vetar leyes. Ya ha vetado siete. ?No le crea malestar con los partidos y el Gobierno?
R. Hago todo lo que puedo para evitarlo. En la web de Presidencia dejo claro que no veto por una posici¨®n personal, sino porque entiendo que mi raz¨®n corresponde a un generalizado sentido colectivo.
No es bueno transformar el Tribunal Constitucional en ¨¢rbitro pol¨ªtico a la fuerza entre Gobierno y oposici¨®n
P. Vet¨® nada menos que la ley de financiaci¨®n de los partidos (exenci¨®n del IVA y fin del l¨ªmite a los ingresos privados).
R. Soy favorable a que, esencialmente, la financiaci¨®n de los partidos sea p¨²blica, pero no vet¨¦ la ley por eso, sino porque no hubo el m¨ªnimo debate p¨²blico que permitiera a los portugueses conocer la raz¨®n de esos cambios. Cuando se rectific¨® en uno de los puntos yo continuaba en desacuerdo, pero ya hab¨ªa habido un debate p¨²blico y la firm¨¦.
P. Tambi¨¦n vet¨® la ley sobre maternidad subrogada y algunos recordaron su condici¨®n de cat¨®lico.
R. En ese caso, observ¨¦ al Parlamento que no hab¨ªa tenido en cuenta ninguna de las preocupaciones del Consejo Nacional de ?tica. Los diputados incorporaron algunas de ellas, no todas, pero s¨ª muchas apreciables y la firm¨¦.
P. Otro de sus poderes paralizantes es pedir al Tribunal Constitucional una fiscalizaci¨®n preventiva de la ley.
R. Nunca lo he hecho. En los ¨²ltimos a?os el Tribunal Constitucional fue llamado a intervenir muchas veces. Yo prefiero el veto pol¨ªtico y evitar el camino jur¨ªdico. No es bueno transformar el Tribunal Constitucional en ¨¢rbitro pol¨ªtico a la fuerza entre Gobierno y oposici¨®n.
P. Dos a?os despu¨¦s, su popularidad ha subido al 88% de los encuestados; eso, sin duda, al llamado presidente de los afectos le da un plus de autoridad.
R. La pol¨ªtica se hace con personas. La relaci¨®n personal puede facilitar la pol¨ªtica y para eso es preciso hablar. Al llegar, decid¨ª recibir cada dos meses a partidos, sindicatos y patrones. As¨ª yo conozco lo que ellos piensan y ellos conocen lo que yo pienso, sin crispaci¨®n y en privado. Lo habitual es llamar a consultas en situaciones cr¨ªticas, cuando ya las posiciones est¨¢n muy marcadas. El di¨¢logo constante ayuda a mejorar el clima pol¨ªtico. Hay que cultivar el di¨¢logo.
P. Va a iniciar una visita de tres d¨ªas por Espa?a. ?C¨®mo son las relaciones entre los dos pa¨ªses ib¨¦ricos?
R. Excelentes. Desde que entramos en democracia hubo un viraje hist¨®rico, de la buena relaci¨®n institucional pasamos a una amistad fraternal democr¨¢tica. Siempre; con Juan Carlos I y Eanes, Soares, Sampaio y Cavaco, y ahora lo son con Felipe VI y conmigo. En dos a?os hemos coincidido una decena de veces. Eso significa mucho tiempo de di¨¢logo, lo que hace toda la diferencia.
P. ?Hay proyectos comunes, de Portugal y Espa?a, para esta Europa vacilante?
R. Muchos. El hecho de estar en un extremo del oeste cuando Europa camina para el este significa que los dos pa¨ªses, conjuntamente, tenemos que rehacer nuestra estrategia de relaciones dentro de Europa. Somos los dos pa¨ªses del sur y a veces no es f¨¢cil explicarles a los del norte los problemas del Mediterr¨¢neo, del norte de ?frica o de las emigraciones.
La indefinici¨®n europea ha sido aprovechada por los eurocr¨ªticos
P. Esa direcci¨®n n¨®rdica de Europa ha dejado que China ocupe comercialmente ?frica y hasta Iberoam¨¦rica.
R. Europa no se puede olvidar de esos continentes, donde Espa?a y Portugal tienen un conocimiento que otros pa¨ªses europeos no tienen. Es preciso que Europa anticipe las evoluciones y ah¨ª nosotros, espa?oles y portugueses, tenemos mucho que decir.
P. Los partidos independentistas catalanes tratan de implicar a pa¨ªses europeos en sus campa?as. ?Cu¨¢l es la posici¨®n de Portugal?
R. La posici¨®n de Portugal es hoy la misma que siempre fue y que ser¨¢, por una cuesti¨®n de principios: respetar la soberan¨ªa del estado espa?ol, respetar su Constituci¨®n, sus leyes y el funcionamiento de sus instituciones, no interviniendo en la vida interna de otro estado, en este caso del espa?ol.
P. ?Por qu¨¦ resurgen los ultranacionalismos en esta Europa?
R. Europa ha estado mucho tiempo en comp¨¢s de espera. Es uno de los riegos que tenemos que encarar. Hemos perdido mucho tiempo en materia de uni¨®n monetaria y bancaria, en empleo, migraciones y en el fortalecimiento de la posici¨®n de Europa en el mundo. El pasado a?o fue un largu¨ªsimo impasse por las elecciones en diversos pa¨ªses. Existe una verdad b¨¢sica: si hay un vac¨ªo en el espacio pol¨ªtico y quien lo debe ocupar no lo hace, otro lo ocupar¨¢. La indefinici¨®n europea ha sido aprovechada por los eurocr¨ªticos. No puede haber una pol¨ªtica europea fuerte con sistemas pol¨ªticos de estados miembros, d¨¦biles. En muchos casos, los sistemas que tenemos no acompa?an la evoluci¨®n de los nuevos tiempos.
P. Usted es un hombre, prudentemente, optimista. ?Qu¨¦ camino ha de seguir Europa?
R. Tenemos de seis a nueve meses, preferir¨ªa seis, para dar pasos fundamentales en la uni¨®n econ¨®mica y monetaria; aprobar el cuadro financiero plurianual, definir la pol¨ªtica de seguridad y defensa, y buscar un plan com¨²n para migraciones y refugiados. Es fundamental que de las elecciones europeas salga una Comisi¨®n Europea fuerte y solo lo ser¨¢ si su base de apoyo es fuerte. La campa?a de las elecciones de mayo de 2019 tiene que ser una expresi¨®n de propuestas positivas y no de insatisfacci¨®n. Tenemos que plantear qu¨¦ Europa queremos hasta 2025.
P. De momento, los que no quieren una Europa fuerte y unida parecen mejor organizados.
R. El contexto mundial no es f¨¢cil. Corremos el riesgo de volver a la guerra fr¨ªa, con m¨¢s protagonistas en liza y sin canales de comunicaci¨®n. En la anterior guerra fr¨ªa hab¨ªa reglas y se manten¨ªan abiertos canales informales entre hemisferios. Es preciso que los creemos porque si caemos en una nueva guerra fr¨ªa nada hay peor que la incomunicaci¨®n. Eso significa que cada uno no comprende al otro y en ese escenario un error de percepci¨®n lleva a un error de actuaci¨®n, a la precipitaci¨®n. Hay que recrear canales de di¨¢logo m¨¢s all¨¢ de las divergencias y los conflictos. Es esencial.
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