Los conflictos territoriales y la violencia llevan al ¨¦xodo a m¨¢s de 12.000 ind¨ªgenas en M¨¦xico
Tzotziles, rar¨¢muris y nahuas, entre las v¨ªctimas del desplazamiento interno forzado en 2017
Un asesinato y el fuego devorando sus casas obligaron a 5.000 ind¨ªgenas tzotziles a huir de Chalchihuit¨¢n, Chiapas, al sureste de M¨¦xico,?en octubre del a?o pasado. Atrapados en el fuego cruzado de un conflicto territorial, este grupo tuvo que abandonar su hogar. En la caravana iban al menos 2.000 menores y 100 mujeres embarazadas. El fr¨ªo, el hambre y las enfermedades vencieron a once de ellos, quienes fallecieron en la huida de una zona acosada por las balas, los saqueos y las amenazas de muerte.?
No fueron los ¨²nicos. M¨¢s de 12.000 ind¨ªgenas, principalmente de los Estados mexicanos de Chiapas, Chihuahua y Guerrero, abandonaron sus casas intempestivamente para sobrevivir ante el acecho de grupos paramilitares, delincuentes y narcotraficantes durante 2017. El a?o pasado, esta poblaci¨®n fue la m¨¢s afectada por el desplazamiento interno forzado, representando un 60% de los casos respecto a las 20.390 v¨ªctimas a nivel nacional, seg¨²n el m¨¢s reciente informe de la Comisi¨®n Mexicana de Defensa y Promoci¨®n de los Derechos Humanos (CMDPDH).
Ind¨ªgenas, activistas, peque?os empresarios, comerciantes, ganaderos son algunos de los rostros de los desplazados por la violencia en M¨¦xico. Solo en 2017, ocurrieron?25 episodios masivos de esta problem¨¢tica que ocasion¨® la muerte de 14 personas en el pa¨ªs, de acuerdo con el documento elaborado por esta asociaci¨®n civil.?
Brenda P¨¦rez, la coordinadora de esta ¨¢rea en la CMDPH, ha detallado que en la mayor¨ªa de los episodios la causa del desplazamiento fue la violencia de grupos armados organizados, seguido de las agresiones pol¨ªticas, los conflictos territoriales y sociales.?El uso de armas de fuego, amenazas e intimidaci¨®n, el saqueo de viviendas, el robo de animales y la destrucci¨®n de casas fueron constantes en todos los relatos reconstruidos gracias al apoyo de los afectados, los organismos civiles y medios locales.
En la cartograf¨ªa de estos pasos errantes sobresalen los desplazados de Chiapas,?Guerrero?y Sinaloa. Estos Estados mexicanos sumaron 15.005 v¨ªctimas, lo que supone casi un 74% de los afectados a nivel nacional. Adem¨¢s, en su mayor¨ªa eran personas que proven¨ªan de zonas rurales. ¡°En estas zonas rurales, vemos una tendencia a huir a zonas urbanas dentro del mismo municipio debido a la violencia desatada por grupos criminales, por una situaci¨®n de disputas por tierras y conflictos pol¨ªticos¡±, indica P¨¦rez.?
Pese al balance de muertes y a las miles de v¨ªctimas que a?o con a?o se reportan, la portavoz de esta asociaci¨®n civil lamenta que?en M¨¦xico el tema del desplazamiento interno forzado sigue siendo un tema sin identidad, ni diagn¨®stico oficial.?¡°Los desplazados internos no tienen un marco de protecci¨®n, est¨¢n como en una especie de limbo jur¨ªdico en donde nadie les confiere derechos. Las personas desplazadas quedan a merced de la voluntad de los gobiernos locales¡±, indica.
Frente a este vac¨ªo jur¨ªdico y estad¨ªstico, la CMDPDH ha creado su propia metodolog¨ªa para dimensionar un problema, que en muchos casos, es un efecto colateral de la violencia que asola al pa¨ªs. De 2006 a 2017 este colectivo cifra un acumulado de 329.917 v¨ªctimas. No obstante, P¨¦rez admite que ¨¦sta aproximaci¨®n es m¨ªnima respecto a la problem¨¢tica real. El miedo a las represalias por parte de los afectados y la falta de voluntad pol¨ªtica han obstaculizado el acopio de informaci¨®n.
En el balance de los 11 a?os que se ha evaluado el ¨¦xodo forzado en M¨¦xico, agrega P¨¦rez, las causales y los protagonistas de la migraci¨®n forzada se han ampliado. Detr¨¢s de esas casas abandonadas, de parcelas en el olvido, existen historias de violencia, amenazas, secuestros y muerte. Entre estas cicatrices figura la de Maricela Orozco, de 46 a?os, quien en menos de 48 horas perdi¨® a sus dos hijos y tuvo que abandonar Veracruz para salvaguardar la vida y la del resto de su familia.
En su caso, la muerte llam¨® a su casa en Medell¨ªn, Veracruz el 14 de marzo de 2014. Ese d¨ªa su hijo Gerson Quevedo, de 19 a?os, fue secuestrado. Sus padres pagaron el rescate, pero el joven no aparec¨ªa. En la desesperaci¨®n, su hermano menor, Alan Quevedo, de 15 a?os, sali¨® en su b¨²squeda. Solo encontr¨® la muerte. Un grupo armado lo acribill¨®. Maricela, fue en auxilio de Alan, pero con cinco disparos en el cuerpo fue imposible salvarlo.
Envuelta en el luto, en la zozobra de encontrar a? su otro hijo y el miedo de ser asesinados, la familia Orozc¨® Quevedo abandonaron inmediatamente su casa. Erraron durante semanas en las viviendas de familiares y amigos, hasta que finalmente encontraron apoyo de un colectivo en la Ciudad de M¨¦xico. Desde la capital, esta familia emprendi¨® una voraz b¨²squeda por su hijo mayor. ¡°Yo le dec¨ªa a mi esposo, lev¨¢ntate, lev¨¢ntate que Gerson nos espera¡±, relata.
Ellos vivieron durante tres a?os en un ag¨®nico comp¨¢s en aras de hallar con vida a Gerson. Pero en diciembre del a?o pasado las autoridades les entregaron los restos de su hijo desaparecido. Ahora, con l¨¢grimas en los ojos, Maricela asegura que lo ¨²nico que le queda es honrar la memoria de sus dos hijos ayudando a otros padres que sufren la misma tragedia y pidiendo al Estado justicia para las v¨ªctimas de la violencia.
Una exigencia que comparte P¨¦rez. Ella asegura que en M¨¦xico debe crearse una ley general para la prevenci¨®n y atenci¨®n al desplazamiento interno forzado. En el pa¨ªs existen dos legislaciones locales, en Chiapas y en Guerrero, sin embargo, la falta de reglamentos impiden su correcta aplicaci¨®n. ¡°Una persona es suficiente, una comunidad es suficiente para generar pol¨ªticas p¨²blicas que deban atender a esta poblaci¨®n", concluye.
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