La ¡®diplomacia del beso¡¯ se estrella contra el muro de la Casa Blanca
Emmanuel Macron y los europeos buscan alternativas ante la imposibilidad de controlar a Donald Trump
Un desfile militar en Par¨ªs y una cena en la Torre Eiffel. Abrazos y besos en la Casa Blanca. Expresiones mutuas de respeto y admiraci¨®n. ?Un romance transatl¨¢ntico?
La capacidad de los europeos ¡ªy de su l¨ªder m¨¢s visible, el presidente franc¨¦s Emmanuel Macron, protagonista de las citadas escenas con su hom¨®logo estadounidense¡ª para apaciguar a Donald Trump se han estrellado con estr¨¦pito ante la decisi¨®n de Estados Unidos de abandonar el acuerdo nuclear con Ir¨¢n.
La diplomacia del beso, como se ha llamado el intento de Macron de usar la sinton¨ªa personal para persuadir a Trump, ha resultado in¨²til. Toda esperanza de que Trump se ablandase, rectificase, aceptase alguna sugerencia de sus aliados se ha esfumado. Trump pag¨® con desprecio los intentos de los europeos ¡ªadem¨¢s de Macron, la canciller alemana Angela Merkel y el ministro brit¨¢nico de Exteriores, Boris Johnson¡ª que desfilaron por Washington en d¨ªas previos a la decisi¨®n sobre el acuerdo nuclear. Y cre¨® una situaci¨®n en la que las empresas europeas que hacen negocio con Ir¨¢n se ven hoy amenazadas por las sanciones de EE UU.
Lo avisaba hace unas semanas, en una entrevista con EL PA?S y otros medios europeos, Fran?ois Hollande, antecesor de Macron: ¡°En diplomacia est¨¢n las relaciones personales, la calidad de los argumentos, la inteligencia de las situaciones. Pero usted no puede hacer nada ante un presidente o un jefe de Gobierno que persiga intereses sin tener en cuenta el bien com¨²n, y que s¨®lo conozca la relaci¨®n de fuerza¡±.
Dilemas europeos
Evitar el enfrentamiento con Estados Unidos y, al mismo tiempo, aprovechar el momento para impulsar una Europa m¨¢s fuerte y aut¨®noma. Tras la retirada de Donald Trump del acuerdo nuclear con Ir¨¢n, las potencias de UE hacen equilibrios para encontrar la respuesta justa.
"Francia es el pa¨ªs mejor posicionado para coordinar una respuesta: el presidente Macron es el ¨²nico dirigente hoy en condiciones de hablar con todas las partes: Europa, Ir¨¢n, Rusia y Estados Unidos", comenta Alexandra De Hoop Scheffer, directora en Par¨ªs del laboratorio de ideas German Marshall Fund of the United States.
El dilema ante la ruptura del pacto nuclear es de dif¨ªcil soluci¨®n. ¡°De un lado, [los europeos] desean evitar la escalada con Washington; del otro, convencer a Ir¨¢n de que siga en el acuerdo nuclear de 2015¡±, dice De Hoop Scheffer. El problema: preservar el acuerdo requiere mantener las inversiones en Ir¨¢n, y esto impone una ¡°negociaci¨®n dura¡±, dice la experta, con EE UU, que amenaza con sancionar a las empresas que negocian con Ir¨¢n.
Los europeos tuvieron un aperitivo hace un a?o, cuando Trump abandon¨® el acuerdo contra el cambio clim¨¢tico. Perseveraron, aunque con distinta intensidad.
Merkel, esc¨¦ptica y pragm¨¢tica, dijo desde el primer momento que Europa deber¨ªa tomar su destino en sus propias manos: la alianza transatl¨¢ntica ya nunca volver¨ªa ser igual.
Macron era realista: Trump hab¨ªa sido elegido para liderar el pa¨ªs m¨¢s poderoso del planeta para los pr¨®ximos cuatro a?os y hab¨ªa que aprender a trabajar con ¨¦l. No hab¨ªa alternativa. Y era voluntarista: confiaba en que su proverbial capacidad de seducci¨®n moviese a Trump, ni que fuese un mil¨ªmetro. Fracas¨® con el acuerdo clim¨¢tico y lo logr¨® con el ataque a Siria del mes pasado. Seg¨²n Macron, ¨¦l convenci¨® a Trump de limitar el ataque a las instalaciones qu¨ªmicas y de dejar m¨¢s tiempo las fuerzas estadounidenses en el pa¨ªs.
La respuesta europea a la violaci¨®n del acuerdo con Ir¨¢n dar¨¢ una indicaci¨®n sobre el futuro de la relaci¨®n transatl¨¢ntica. El m¨¦todo Macron no consiste s¨®lo en la caricatura de los besos y abrazos. Al presidente de EE UU, por ejemplo, le ofreci¨® renegociar el acuerdo para incluir m¨¢s contenciosos adem¨¢s del programa nuclear. El presidente franc¨¦s no parece haber abandonado esta v¨ªa.
Otra v¨ªa, no re?ida con la anterior: adaptarse a un mundo en el que los europeos perder¨¢n el paraguas de EE UU. Trump, seg¨²n esta visi¨®n, no es un accidente. Su antecesor, Barack Obama, fij¨® como prioridad de su pol¨ªtica exterior un giro estrat¨¦gico hacia Asia que, sin la brutalidad de Trump, ya marcaba distancias con Europa.
La tercer¨ªa v¨ªa ser¨ªa la de la confrontaci¨®n. Esta semana, en un art¨ªculo, dos excargos de la Administraci¨®n Obama aconsejaba a los europeos que respondiesen a los insultos de Trump con medidas dr¨¢sticas como la retirada de embajadores de Washington. Pero, en una UE dividida y llena de peque?os Trumps o aspirantes a serlo, no parece la respuesta m¨¢s veros¨ªmil.
¡°Donald Trump ha sido elegido por el pueblo estadounidense¡±, dec¨ªa Macron a EL PA?S y otros medios en junio de 2017. ¡°El problema es que todav¨ªa no ha elaborado el marco conceptual de su pol¨ªtica internacional. Por tanto, su pol¨ªtica puede ser imprevisible, y para el mundo es una fuente de inquietud¡±.
Casi un a?o despu¨¦s, la realidad se impone. Como hace dos a?os los l¨ªderes del Partido Republicano en EE UU que pensaban controlar a Trump, como hace un a?o y medio quienes esperaban pisar el Despacho Oval le transformar¨ªa, como los moderados que le rodeaban en la Casa Blanca y se supon¨ªa que frenar¨ªan sus impulsos, ahora es el turno de los europeos.
Nadie ha podido cambiar a Trump hasta ahora. Los europeos, ni el h¨¢bil Macron en su versi¨®n m¨¢s seductora, constatan definitivamente que tampoco ellos lo har¨¢n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.