May cede ante los eur¨®fobos y evita la dimisi¨®n del ministro del Brexit

Theresa May ha superado una nueva crisis en su Gobierno. Esta vez, a cuenta de un plan para evitar que vuelva una frontera f¨ªsica a Irlanda en el caso de que la salida de la UE se produzca sin acuerdo. El ministro del Brexit, David Davis, hab¨ªa amenazado con dimitir si May no modificaba su propuesta de continuar indefinidamente en la uni¨®n aduanera de no alcanzarse un acuerdo nuevo. La primera ministra ha sofocado la rebeli¨®n limitando a un a?o el plan de contingencia. Los eur¨®fobos cantan victoria. Pero, una vez m¨¢s, el vago compromiso dif¨ªcilmente convencer¨¢ en Bruselas.

Se est¨¢ convirtiendo en la din¨¢mica habitual en las negociaciones del Brexit, y es poco alentador para Reino Unido: la energ¨ªa negociadora de Theresa May se agota en arduas batallas internas, antes incluso de cruzar el canal de la Mancha y tratar de acercar posturas con los Veintisiete, que son la verdadera contraparte. La primera ministra ha logrado este jueves sacar adelante un plan de contingencia dirigido a evitar el desastre en la frontera irlandesa en el caso en que no se alcance un acuerdo de salida. El ministro del Brexit, David Davis, figura clave en el Gobierno no solo por su cargo, sino porque ejerce de puente entre los dos bandos en que el asunto europeo divide al Gabinete, hab¨ªa amenazado con dimitir si la primera ministra segu¨ªa adelante con su intenci¨®n de no poner una fecha l¨ªmite al plan de contingencia.

Finalmente, tras un d¨ªa de fren¨¦ticas negociaciones en Downing Street, May ha a?adido una fecha: el plan de contingencia durar¨ªa solo un a?o. Rebeli¨®n sofocada. Davis se queda. Pero tanto los negociadores Bruselas como el primer ministro irland¨¦s, Leo Varadkar, ya han advertido de que un plan de contingencia con una fecha final no es una soluci¨®n factible.

El objetivo del plan es evitar que un fracaso en las negociaciones del Brexit lleve al levantamiento de una frontera f¨ªsica entre la naci¨®n brit¨¢nica de Irlanda del Norte y la Rep¨²blica de Irlanda, miembro de la UE, algo que Londres y Bruselas se han comprometido a que no suceder¨¢. La vuelta de los controles fronterizos, advierten desde diversos frentes, podr¨ªa hacer rebrotar el conflicto sectario que sacudi¨® la regi¨®n hasta finales del siglo pasado.

Para evitarlo ¨Cy evitar tambi¨¦n un trato espec¨ªfico para Irlanda del Norte, a lo que los socios unionistas de May se oponen con u?as y dientes- el plan prev¨¦ que, en caso de no alcanzar un acuerdo de salida para el final del periodo transitorio en enero de 2021, Reino Unido contin¨²e en la uni¨®n aduanera con la UE. La pertenencia a la uni¨®n aduanera, descartada ya por el Gobierno, es una clara l¨ªnea roja para los partidarios del Brexit pues impedir¨ªa a Londres cerrar acuerdos comerciales con terceros pa¨ªses. Por eso el sector m¨¢s eur¨®fobo del partido Conservador brit¨¢nico recela de un plan que temen pueda convertirse en la situaci¨®n definitiva: solo est¨¢n dispuestos a aceptarlo si tiene una fecha final clara.

La redacci¨®n del plan de contingencia produjo una nueva batalla entre los dos bandos en que el tema europeo divide al Gobierno de la debilitada Theresa May. Un conflicto que ha vuelto a atascar las negociaciones y ha provocado incluso presiones a la libra esterlina, debido a los temores de los inversores ante la falta de avances.

El tenor final del texto es fruto de un compromiso que el sector eur¨®fobo vende como una victoria. Dice literalmente que el Gobierno ¡°espera¡± que un futuro acuerdo comercial a largo plazo reemplace el plan de contingencia al final de 2021. La vaguedad de la redacci¨®n permite apagar la rebeli¨®n interna, pero constituye poco m¨¢s que una nueva patada hacia delante que dif¨ªcilmente satisfar¨¢ a nadie. Los diputados conservadores m¨¢s pro Brexit considerar¨¢n que el plazo no est¨¢ lo suficientemente marcado. Cualquier intento de concretarlo m¨¢s ser¨¢ con toda seguridad rechazado por la UE que, presionada por Irlanda, quiere una garant¨ªa legal de que no habr¨¢ una vuelta a una frontera f¨ªsica en la isla.

Pasa el tiempo y los avances en las negociaciones del Brexit est¨¢n poco menos que atascados, principalmente porque el Gobierno brit¨¢nico parece incapaz de consensuar su propia postura en la mesa negociadora. La publicaci¨®n de un prometido nuevo documento detallando m¨¢s la postura del Gobierno ha sido aplazada. Igual que la decisi¨®n definitiva sobre el tipo de relaci¨®n aduanera con la UE que quiere Londres, con el Ejecutivo divido entre dos opciones poco desarrolladas. La semana que viene, la gran ley de salida de la UE vuelve para continuar su tramitaci¨®n a la C¨¢mara de los Comunes, que tendr¨¢n que debatir las nada menos que 15 enmiendas introducidas por los lores. Cada vez parece m¨¢s probable que Reino Unido llegue al final del plazo de negociaci¨®n con una factura a abonar de 45.000 millones de euros y un vago boceto de lo que ser¨¢ la relaci¨®n futura. De ser as¨ª, cuando el acuerdo llegue al Parlamento en octubre, los diputados tendr¨¢n que plantearse si eso es algo que pueden aceptar.