La cumbre europea busca un acuerdo de m¨ªnimos para rebajar la tensi¨®n
Los Veintiocho buscan salidas a la crisis pol¨ªtica relacionada con la migraci¨®n, un pacto para avanzar en la reforma del euro y temen m¨¢s medidas proteccionistas de Trump
La Uni¨®n Europea ha sido siempre una idea en busca de una realidad. Durante los 10 ¨²ltimos a?os la realidad era muy cruda: una crisis financiera, econ¨®mica, social, migratoria, de seguridad, pr¨¢cticamente existencial que estuvo a punto de hacer a?icos la idea europea. Pero las grandes crisis son al final pol¨ªticas: indefectiblemente pol¨ªticas. Y ah¨ª, en la pol¨ªtica, ha terminado la policrisis europea: los l¨ªderes de la UE se re¨²nen este jueves y ma?ana viernes en Bruselas con un dramatismo que no encuentra respaldo en los n¨²meros. La histeria pol¨ªtica, especialmente en el terreno migratorio, no tiene base real. Los flujos han ca¨ªdo a plomo desde el mill¨®n largo de entradas de 2015 a los menos de 50.000 en lo que va de 2018, y aun as¨ª la canciller Angela Merkel se juega su Gobierno si no consigue resultados, e Italia llega a la cumbre tensando la cuerda como avanzadilla de los populismos en el continente. En el plano econ¨®mico sucede algo parecido: la recuperaci¨®n ha llegado, el desempleo cae, los d¨¦ficits p¨²blicos est¨¢n controlados pero la Europa rica sigue desconfiando de la periferia e impide reforzar el euro con medidas de mutualizaci¨®n de riesgos imprescindibles para que la pr¨®xima crisis no se lleve por delante la eurozona.
Las discrepancias en el terreno econ¨®mico y en el asunto migratorio tienen un denominador com¨²n: nadie termina de fiarse de nadie. Alemania lleva a?os reclamando responsabilidad para compartir riesgos financieros: la periferia ha hecho grandes esfuerzos por ese flanco, pero en la cumbre apenas se esperan peque?os pasos en la uni¨®n bancaria y no hay nada ¨Cnada¡ª de un presupuesto anticrisis del euro, pese a que Berl¨ªn y Par¨ªs lo pactaron en una minicumbre hace unos d¨ªas. El presidente franc¨¦s, Emmanuel Macron, va a tener que mostrar todo su talento para vender esos magros avances como el refuerzo de la eurozona que prometi¨® a los franceses en campa?a.
En el cap¨ªtulo migratorio la situaci¨®n es parecida, pero se complica por las soflamas pol¨ªticas de varios pa¨ªses del Este, a las que se han ido sumando varios Estados miembros de Centroeuropa con populistas a bordo del Gobierno. "Es una invasi¨®n y debe pararse", ha expresado crudamente el primer ministro h¨²ngaro, Viktor Orb¨¢n, ampar¨¢ndose en "la voluntad de la gente" antes de entrar al encuentro. Estos son los asuntos m¨¢s importantes que se tratar¨¢n.
Migraci¨®n: operaci¨®n salvar a Merkel. La minicumbre del pasado domingo se cerr¨® sin resultados concretos, aunque con compromisos de avanzar en grupos reducidos de pa¨ªses. Y los socios b¨¢varos de la CDU de Merkel han dado 15 d¨ªas a la canciller para volver a Berl¨ªn con algo. Italia, Grecia y Espa?a rechazan la reforma del asilo que quiere la canciller, con un modelo que atribuye de manera permanente la responsabilidad del solicitante de asilo (y del migrante econ¨®mico) al primer pa¨ªs de entrada. Esa reforma lleva atascada desde 2015, y seguir¨¢ durmiendo el sue?o de los justos mientras el Norte, capitaneado por Alemania, no rebaje el nivel de exigencia de responsabilidades de los pa¨ªses del Sur. El otro foco de conflicto son los pa¨ªses del Este, cerrados en banda a acoger demandantes de asilo que arriben a las costas europeas en situaciones de crisis.
En este contexto, las opciones que ganan peso son m¨¢s realistas: el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, busca la manera de blindar las fronteras exteriores de la UE y argumenta que resistirse solo abre camino a los m¨¢s radicales. ¡°Puede que algunos piensen que soy muy duro en mis propuestas. Pero cr¨¦anme, si no nos podemos de acuerdo en eso, ver¨¢n propuestas verdaderamente duras de tipos verdaderamente duros¡±, ha advertido antes de empezar la cumbre.
Los socios quieren cerrar las puertas a los migrantes econ¨®micos (lo que no tienen derecho al asilo). Por un lado, la Uni¨®n quiere acelerar los fondos a los pa¨ªses de origen y tr¨¢nsito de la migraci¨®n (Turqu¨ªa y el Norte de ?frica). Adem¨¢s, pretende reforzar la polic¨ªa de fronteras con 10.000 agentes adicionales.
Pero la propuesta estrella es la creaci¨®n de ¡°plataformas de desembarco¡± fuera de la UE:los l¨ªderes pretenden definir los contornos de esa propuesta con un acuerdo de m¨ªnimos. La canciller alemana, Angela Merkel, ha advertido del requisito previo: dialogar con los pa¨ªses candidatos a acogerlas: ¡°Podemos hablar sobre el desembarco de barcos en otros pa¨ªses, por ejemplo en ?frica del norte. Pero tenemos que hablar con esos pa¨ªses, no lo podemos hacer a sus espaldas¡±.
Esas plataformas est¨¢n avaladas por las agencias de la ONU. Y cuentan con el respaldo de los pa¨ªses del Norte, que estar¨ªan dispuestos a financiarlas. El objetivo declarado de Tusk es ¡°romper el modelo de negocio de las mafias¡±: tener reglas m¨¢s claras para evitar disputas como la reciente crisis del Aquarius, y llevar ese tipo de buques a plataformas de desembarco en el Norte de ?frica (antes de que entren en aguas territoriales europeas). Los l¨ªderes llevan semanas tratando de retorcer el lenguaje y de buscar enjuagues legales para disipar las dudas al respecto. Pero Merkel necesita algo m¨¢s: pretende firmar acuerdos bilaterales o multilaterales con varios Estados miembros, que permitan devolver a los demandantes de asilo desde Alemania hacia el territorio por el que entraran en el bloque comunitario. El Gobierno austriaco, cada vez m¨¢s cercano al Ejecutivo populista italiano en el asunto migratorio, rechaz¨® de plano esa posibilidad; Grecia, en cambio, ha abierto la puerta a esa opci¨®n. El Norte quiere resultados, y los quiere ya: varios pa¨ªses amenazan sottovoce con cerrar las fronteras (y acabar con Schengen) si Grecia, Italia y Espa?a no consiguen controlar sus fronteras y no aceptan de vuelta a los solicitantes de asilo, tal como obligan las leyes europeas.
¡°La crisis migratoria es una revoluci¨®n¡±, cuenta el polit¨®logo Ivan Krastev, ¡°y ha cambiado ya radicalmente la naturaleza de las pol¨ªticas democr¨¢ticas a nivel nacional: lo que vemos en Europa no es una riada populista contra las ¨¦lites, o no solo¡±. Europa ha estado danzando con las crisis desde Lehman Brothers, pero la crisis migratoria es la m¨¢s fea: la ¨²nica genuinamente europea, que desaf¨ªa el modelo social, econ¨®mico y pol¨ªtico de la UE. ¡°La idea [de Francis Fukuyama] de que la democracia liberal occidental gan¨® la batalla de las ideas est¨¢ en ca¨ªda libre: la crisis migratoria ha cambiado las respuestas y las preguntas, obliga a los europeos a cuestionarse sus valores. Europa corre el riesgo de dejar de ser garante del universalismo liberal, de ser cada vez m¨¢s parroquiana¡±, cierra Krastev, autor del soberbio After Europe (University of Pennsylvania Press).
Euro: sin zanahorias despu¨¦s de los palos. Europa es panglossiana con las crisis: de casi todas ellas ha salido reforzada en los ¨²ltimos 60 a?os, los momentos cr¨ªticos han sido catalizadores para dar pasos adelante impensables hasta entonces, y los l¨ªderes europeos creen firmemente que siempre ser¨¢ as¨ª. Pero la ¨²ltima sacudida, con los episodios de Espa?a e Italia pero sobre todo con la posibilidad de ruptura del euro por Grecia, dej¨® muy tocada la confianza entre los socios de la moneda ¨²nica. Los l¨ªderes saben que el euro est¨¢ incompleto. Alemania y Francia se han puesto manos a la obra para reforzarlo. Pero esta no ser¨¢ precisamente la madre de todas las cumbres para reformar la moneda europea: apenas hay consenso para poner en marcha el respaldo del fondo de resoluci¨®n bancaria (para cerrar bancos sin provocar una sacudida) y para apuntalar el Mecanismo de rescate (Mede), que empieza a dar los primeros pasos hacia un Fondo Monetario Europeo. El fondo de garant¨ªa de dep¨®sitos est¨¢ lejos: los l¨ªderes aprobar¨¢n un calendario para poner en marcha un debate que permita tener un plan para crear ese mecanismo. La frase exacta en las conclusiones de la cumbre es un trabalenguas: ¡°Trabajar en una hoja de ruta para iniciar las negociaciones pol¨ªticas para el fondo de garant¨ªa com¨²n¡±. El presupuesto del euro est¨¢ a¨²n m¨¢s lejos: no aparecer¨¢ en las conclusiones de la cumbre, seg¨²n el ¨²ltimo borrador al que ha tenido acceso este diario, y si finalmente aparece alguna referencia ser¨¢ en la forma de ¡°un plan para un plan para un plan¡±, ironiza una fuente europea.
La ¨²ltima minicumbre entre Merkel y Macron para la reforma del euro lleg¨® tarde, y apenas ha tenido tracci¨®n (en parte, por la histeria pol¨ªtica desatada por el desaf¨ªo migratorio). Berl¨ªn y Par¨ªs acordaron en Meseberg una seria de (peque?os) pasos en la direcci¨®n de m¨¢s integraci¨®n, que incluyen un presupuesto de la eurozona con la forma de un seguro de desempleo europeo, y avances en la uni¨®n bancaria. La declaraci¨®n de Meseberg, sin embargo, contiene dentro una especie de bomba de relojer¨ªa: cuando un pa¨ªs necesite un rescate del futuro Fondo Monetario Europeo, la idea es que eso conlleve una reestructuraci¨®n de deuda semiautom¨¢tica, a trav¨¦s de cl¨¢usulas en los contratos de compraventa de bonos. El presidente del Eurogrupo, M¨¢rio Centeno, incluy¨® esa posibilidad en su carta a Donald Tusk para preparar la cumbre. La idea ser¨¢ excelente en un mundo ideal en el que todos los pa¨ªses del euro cumplieran las reglas fiscales, no tuvieran d¨¦ficit y acumularan deudas p¨²blicas inferiores al 60% del PIB: no es el caso de varios pa¨ªses, encabezados por Italia, que han puesto el grito en el cielo.
A¨²n no se ve la pr¨®xima crisis en el horizonte. Pero la situaci¨®n pol¨ªtica en Italia es explosiva; los primeros signos de desaceleraci¨®n en la eurozona est¨¢n claros; Trump y su proteccionismo pueden provocar que el viento cambie a nivel global; y los mercados pueden tener ya un ojo puesto en Italia si el Gobierno aprueba al menos parte de los planes de expansi¨®n fiscal que prometi¨® y las ideas francoalemanas sobre reestructuraci¨®n semiautom¨¢tica de la deuda terminan calando.
Europa versus anglosajones. ¡°Las relaciones transatl¨¢nticas est¨¢n bajo una inmensa presi¨®n por las pol¨ªticas del presidente Donald Trump. Desgraciadamente, las divisiones van m¨¢s all¨¢ del comercio¡±, escribe Tusk en su invitaci¨®n a la cumbre. ¡°Deber¨ªamos estar listos para preparar a la UE para el peor escenario¡±, apunta el presidente del Consejo. No se espera un gran debate sobre ese asunto, pero la preocupaci¨®n es evidente si la guerra comercial prosigue: Washington prepara sanciones contra varias empresas europeas relacionadas con el gasoducto Nord Stream 2, entre Rusia y el continente.
En cuanto al Brexit, los l¨ªderes tienen previsto constatar que la negociaci¨®n sigue enquistada en Irlanda. Y Espa?a ha presionado para incluir la tradicional referencia a Gibraltar: si no hay acuerdo bilateral sobre el pe?¨®n (las divergencias son notables sobre el uso del aeropuerto o el tabaco), Gibraltar podr¨ªa quedarse fuera del acuerdo transitorio.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.