El Gobierno de Marruecos, atrapado en el fracaso
La coalici¨®n de cinco partidos que preside desde hace a?o y medio el islamista El Otmani se ve impotente ante la crisis de Alhucemas y el boicot ciudadano a tres empresas l¨ªderes
El martes 5 de junio se produjo un hecho ins¨®lito en Marruecos. El ministro de Asuntos Generales y de la Gobernanza, Lahcen Daudi, perteneciente al islamista Partido Justicia y Desarrollo (PJD), se manifest¨® frente al Parlamento junto a decenas de trabajadores de la empresa Centrale Danone, para protestar contra el boicot ciudadano a¨²n vigente que comenz¨® el 20 de abril contra tres empresas l¨ªderes en el mercado marroqu¨ª: la leche de Centrale Danone, el agua Sidi Ali y las gasolineras Afriquia. El objetivo de la campa?a an¨®nima era denunciar la carest¨ªa de vida y el r¨¦gimen de oligopolios.
Daudi recibi¨® un aluvi¨®n de cr¨ªticas incluso dentro de su propio partido, por considerar que se hab¨ªa manifestado contra la voluntad de una gran parte del pueblo que secunda el boicot. El ministro se vio conminado a presentar su dimisi¨®n en junio. No obstante, para que esta se haga efectiva ha de ser aprobada por el rey. As¨ª que, un mes despu¨¦s de dimitir, Lahcen Daudi sigue ejerciendo de ministro. El suspense de la dimisi¨®n refleja el desconcierto y las divisiones internas de un Gobierno formado por cinco partidos que en apenas un a?o y medio de existencia se ha visto desbordado por la crisis social de Alhucemas y por el boicot ciudadano.
El rey de Marruecos destituy¨® como jefe de Gobierno al islamista Abdelil¨¢ Benkir¨¢n, del PJD, despu¨¦s de que le fuera imposible formar Gobierno durante seis meses de negociaciones. Mohamed VI nombr¨® en su puesto a Saaded¨ªn el Otmani, segundo hombre del PJD. Y El Otmani acept¨® enseguida las condiciones que le impon¨ªan los otros partidos a Benkir¨¢n. Pero hoy en d¨ªa, cuando a¨²n le quedan tres a?os para concluir su mandato, el Gobierno parece encallado ante los grandes desaf¨ªos del pa¨ªs.
Ahmed Chiba, alto funcionario del ministerio de Finanzas y miembro fundador de la Red Marroqu¨ª de Defensa de los Bienes P¨²blicos, considera que si algo est¨¢ claro en la gesti¨®n de este Gobierno es que el cambio prometido en 2011 durante la Primavera ?rabe no ha tenido lugar. ¡°El mensaje¡±, se?ala Chiba, ¡°ha sido claro: ¡®No esper¨¦is un Gobierno pol¨ªtico fuera del que se encuentra dentro del Palacio Real¡¯. A la hora de la verdad, incluso la gesti¨®n de los asuntos corrientes los ejecuta el Gabinete real. El Gobierno de El Otmani no dirige ni la pol¨ªtica, ni la econom¨ªa, ni las finanzas, ni lo social. Esta es una situaci¨®n aceptada y muy c¨®moda tanto para los partidos del Gobierno como para los de la oposici¨®n¡±.
El Gobierno de El Otmani no dirige ni la pol¨ªtica, ni la econom¨ªa, ni las finanzas, ni lo social. Es el Gabinete real quien lo hace
¡°Afortunadamente para el poder¡±, a?ade Chiva, ¡°el pa¨ªs ha tenido este a?o una campa?a agr¨ªcola favorable que ha permitido una distensi¨®n social. ?Pero hasta cu¨¢ndo? La ausencia de un Gobierno capaz de tomar iniciativas es compensada por la fuerte presencia de las fuerzas de seguridad. El Estado es incapaz de responder pol¨ªticamente a las exigencias de la situaci¨®n, deja manos libres al aparato de seguridad que se dedica a dictar su conducta a otras instituciones, en concreto al aparato judicial, con el fin de apagar todos los movimientos sociales. Esto no tardar¨¢ en reinstalar el Estado policial de los a?os del plomo [en referencia a la d¨¦cada de los ochenta, con Hassan II] que ya cre¨ªamos olvidados¡±.
Reformas
David Goeury, polit¨®logo franc¨¦s asociado al centro de an¨¢lisis marroqu¨ª Tafra, cree que adem¨¢s de las crisis sociales del boicot, el Rif y la localidad minera de Yerada, el Gobierno ha fallado en responder a las otras exigencias de la gente, como son las reformas de la Educaci¨®n, la Sanidad y la Justicia. ¡°La dureza de las condenas contra los presos del Rif ha chocado a una gran parte de la poblaci¨®n, no solo a los militantes. Es verdad que esas condenas en primera instancia seguramente van a ser reducidas en un tribunal de apelaciones. Pero el descontento de la poblaci¨®n se habr¨ªa evitado si se hubiera emprendido una reforma de la justicia que lleva ya m¨¢s de dos a?os paralizada¡±.
En cuanto a la Educaci¨®n y la Sanidad, Goeury recuerda que los ministros responsables de esos sectores fueron despedidos el 24 de octubre por el rey a causa de su incompetencia en resolver la crisis de Alhucemas y se tard¨® tres meses en nombrar a los nuevos titulares. ¡°Eso no ha permitido emprender reformas de fondo¡±, se?ala. Goeury indica que las ¨²ltimas evaluaciones que el Observatorio Nacional de Desarrollo Humano ha hecho sobre los profesores son ¡°dram¨¢ticas¡±. En efecto, el estudio publicado en 2017 reflejaba que los alumnos obten¨ªan mejores notas en franc¨¦s (47,6 sobre 100) que sus profesores (41). ¡°Solo en Matem¨¢ticas los docentes estaban por encima del nivel de los alumnos¡±, a?ade Goeury. ¡°Pero sus competencias pedag¨®gicas son tan d¨¦biles que ni siquiera tienen conocimientos para ense?ar las matem¨¢ticas. La clase media opta por los colegios privados e invierte un 30% de sus ingresos en la educaci¨®n de sus hijos. Pero los colegios privados tienen una pedagog¨ªa a¨²n peor que solo compensan con m¨¢s horas de clase¡±.
Respecto al boicot, Goeury indica que es la clase media urbana, la m¨¢s integrada, la que est¨¢ expresando su descontento. ¡°El motivo oficial del boicot es denunciar la carest¨ªa de vida. Pero, en realidad, la verdadera raz¨®n de su descontento es la falta de horizontes. El aumento constante de los costes de la educaci¨®n en un sector privado de calidad muy mediocre reduce el poder de compra y alimenta las contestaciones masivas. El boicot est¨¢ debilitando mucho al Gobierno¡±.
¡°En definitiva¡±, concluye Goeury, ¡°el retraso en la ejecuci¨®n de las reformas que deber¨ªa permitir la aplicaci¨®n de la Constituci¨®n de 2011 se hace cada vez m¨¢s insoportable para los ciudadanos¡±.
¡®Ni resultados ni labia¡¯
Mohamed Benabid, director del diario marroqu¨ª L'Economiste, considera que la marca de este Gobierno ha sido la procrastinaci¨®n, el retraso de los problemas. "Muchos asuntos se han convertido en cat¨¢strofes pol¨ªtica, desde Alhucemas al boicot contra tres empresas", se?ala.
Benabid critica al islamista Partido de la Justicia y el Desarrollo (PJD), formaci¨®n que encabeza el Gobierno de coalici¨®n formado por cinco partidos, ¡°por no haber ocupado el espacio pol¨ªtico del que dispone¡±. ¡°Aunque el PJD gan¨® las elecciones comunales de 2015, sus representantes no han sabido capitalizar la red territorial con que cuentan, sobre todo en las ciudades, para superar las urgencias econ¨®micas y sociales a nivel central¡±.
Benabid, doctor en Ciencias de la Informaci¨®n de la Universidad de Par¨ªs 8 y doctor en Ciencias de administraci¨®n de l'Instituto Superior de Comercio y Administraci¨®n de Empresas (ISCAE), cree que es importante reparar en el estilo del jefe de Gobierno, Saaded¨ªn el Otmani. ¡°Mientras su antecesor, [Abdelil¨¢ Benkir¨¢n], compensaba su d¨¦ficit de resultados con su labia pol¨ªtica, El Otmani no parece tener ni resultados ni labia¡±.
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