Un exalto cargo del kirchnerismo declara como arrepentido en la causa de los sobornos
Claudio Uberti, hombre de m¨¢xima confianza del expresidente N¨¦stor Kirchner, acuerda beneficios judiciales a cambio de detalles de la red de corrupci¨®n vinculada a la obra p¨²blica
La causa de los ¡°cuadernos de la corrupci¨®n¡± es ya un tsunami judicial de consecuencias imprevisibles. A la lista de empresarios confesos, acusados de pagar sobornos a cambios de contratos de obra p¨²blica, se ha sumado un exalto cargo del kirchnerismo, el primero que se acoge a la figura del arrepentido. Se trata de Claudio Uberti, hombre de m¨¢xima confianza del expresidente N¨¦stor Kirchner en el ministerio de Planificaci¨®n, apuntado como el coordinador de una presunta red de recaudaci¨®n ilegal montada desde la Casa Rosada. Su testimonio puede sumar nuevos detalles, reveladores, a los ya apuntados en ocho cuadernos manuscritos por un ch¨®fer del poder, que durante 10 a?os tom¨® nota de los cientos de viajes que hizo con bolsos cargados de dinero negro.
Uberti no integr¨® la lista inicial de detenidos librada la semana pasada por el juez Claudio Bonadio, pese a que su nombre aparece en los primeros cuadernos escritos por Oscar Centeno, el ch¨®fer de Roberto Baratta, el segundo del todopoderoso ministro de Planificaci¨®n Julio De Vido durante los 12 a?os de kirchernismo. Centeno mencion¨® a Uberti como due?o de las propiedades donde Baratta iba a retirar parte del dinero aportado por debajo de la mesa por las empresas contratistas del Estado. Bonadio pidi¨® finalmente su detenci¨®n cuando otro arrepentido, el extitular de la C¨¢mara de la Construcci¨®n, Carlos Wagner, dijo que Uberti era desde el Estado el articulador de toda la red. Tras permanecer dos d¨ªas pr¨®fugo, el exfuncionario se present¨® finalmente ante el juez el lunes, decidido a negociar su confesi¨®n a cambio de beneficios judiciales.
La causa suma hasta ahora diez arrepentidos, pero Uberti es el ¨²nico que estuvo del lado de los cobradores. Su declaraci¨®n puede ser clave, porque para acceder al favor del juez debe aportar datos novedosos que permitan escalar en la estructura de responsabilidades. Bonadio est¨¢ convencido que en la punta de la pir¨¢mide estuvo primero N¨¦stor Kirchner y luego su heredera pol¨ªtica, Cristina Fern¨¢ndez de Kirchner. La expresidenta present¨® ayer un escrito donde acus¨® a Mauricio Macri de utilizar a los jueces para perseguirla pol¨ªticamente. Por la tarde, Bonadio allan¨® dos pisos en el mismo edificio donde vive Kirchner, propiedad de un empresario que fue cercano al kirchnerismo, en busca de dinero sucio.
El juez no encontr¨® lo que buscaba, pero se cuid¨® de no ingresar al piso de Kirchner, protegida por fueros de senadora. La delaci¨®n de Uberti, sin embargo, pueden complicar la situaci¨®n judicial de la expresidenta. Uberti tiene cuentas pendientes con sus exjefes: fue un hombre poderoso en la estructura kirchnerista hasta que cay¨® en desgracia y fue despedido en 2007 por el caso ¡°de las valijas de Antonini Wilson¡±. El nombre pertenece a un empresario venezolano descubierto cuando intentaba ingresar por Aeroparque, el aeropuerto de vuelos nacionales de Buenos Aires, un malet¨ªn con casi 800.000 d¨®lares. El esc¨¢ndalo le cost¨® el puesto a Uberti, que viajaba en el avi¨®n privado junto a Wilson y era, por entonces, mucho m¨¢s que un empleado de peso en el ministerio de Planificaci¨®n.
Un embajador paralelo
C¨®mo en una pel¨ªcula de esp¨ªas, los argentinos supieron que Uberti oficiaba de ¡°embajador paralelo¡± en Caracas, a cargo de coordinar el dinero en efectivo que el gobierno de Hugo Ch¨¢vez, rebosante de petrod¨®lares, aportaba por lo bajo a su amigo N¨¦stor para financiar la campa?a electoral. Uberti pag¨® con su puesto el descubrimiento de la valija con d¨®lares, v¨ªctima de una oficial aeroportuaria que no estaba al tanto de la maniobra y actu¨® seg¨²n el protocolo. Wilson se refugi¨® en Estados Unidos, Uberti fue despedido, la causa de las valijas nunca tuvo procesados y todo sigui¨® igual. Hasta ahora.
La memoria minuciosa del ch¨®fer Centeno destap¨® el caso de corrupci¨®n m¨¢s explosivo del que Argentina tenga memoria. S¨®lo comparable al Lava Jato brasile?o, se diferencia de aquel en que los cargos involucrados son de un gobierno anterior. Pero los empresarios involucrados, cerca de una docena, controlan o controlaron empresas vinculadas a la obra p¨²blica que antecedieron, convivieron y sobrevivieron al kirchnerismo, al punto de que muchas de ellas son contratistas del gobierno de Macri.
Empresarios y cargos est¨¢n acusado de integrar el ¡°club de la obra p¨²blica¡±, como se llam¨® a un sistema presuntamente ideado desde la Casa Rosada para beneficiar a constructora amigas que se repart¨ªan las obras de infraestructura, fijaban los costos en forma arbitraria y pagaban, a cambio, entre el 10% y el 20% del monto de la obra como soborno.
Otro ch¨®fer arrepentido
Hasta donde llegar¨¢ la onda expansiva de la cadena de delaciones est¨¢ por verse. Uberti tendr¨¢ datos nuevos para aportar a la investigaci¨®n, y deber¨¢ complicar a¨²n m¨¢s a sus superiores, como De Vido y Fern¨¢ndez de Kirchner, si pretende obtener los beneficios previstos para los arrepentidos. A la novela iniciada por ¡°los cuadernos de la corrupci¨®n¡± se suma ahora el testimonio de otro ch¨®fer, excompa?ero de Centeno y testigo, ¨¦l tambi¨¦n, de c¨®mo sus autom¨®viles se cargaban con bolsos llenos de d¨®lares que circulaban entre empresarios pagadores y funcionarios cobradores.
A diferencia de Centeno, el nuevo colaborador no tiene cuadernos con sus memorias y ha preferido mantener su nombre en reserva. S¨®lo se sabe que durante a?os condujo a Jos¨¦ Mar¨ªa Olazagasti, secretario privado de De Vido. La voz p¨²blica del ch¨®fer es Roberto Costa, senador provincial de Cambiemos, la alianza pol¨ªtica de Macri. "El d¨ªa viernes vino con un sobre lleno de informaci¨®n. Son varios los ch¨®feres que han venido a verme y quieren que se resguarde su identidad hasta tanto se hable con el juez. Unos cincuenta Centenos hubo¡±, dijo Costa a medios argentinos.
Esta ma?ana, el abogado de Costa, Tom¨¢s Farini Duggan, se present¨® ante el juez Bonadio para comunicarle que estaban ante otro arrepentido de peso. Como una serpiente que se muerde la cola, el testimonio del ch¨®fer complicar¨¢ a Uberti, el arrepentido m¨¢s flamante. El abogado Farini tambi¨¦n sac¨® del caj¨®n del olvido el caso de las valijas de Antonini Wilson y cont¨® que aquella tarde en la que interceptaron en aeroparque casi 800.000 d¨®lares sin declarar, Uberti logr¨® pasar por otro sitio unos 4 millones de d¨®lares.
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