La grandeza de la boa constrictor democr¨¢tica en el cuello de Trump, Netanyahu y dem¨¢s
Las democracias han perdido su fuerza expansiva de finales de milenio, pero retienen capacidad de regeneraci¨®n interna


La democracia navega en esta d¨¦cada en aguas procelosas. Tras la ¨¦poca dorada de expansi¨®n posterior a la ca¨ªda del muro de Berl¨ªn, el n¨²mero de sociedades que han abrazado el modelo se ha estancado, como destacan los informes del centro de estudios Freedom House. En el seno de las mismas sociedades democr¨¢ticas, poderosos y en muchos sentidos justificados sentimientos de malestar y decepci¨®n marcan un camino accidentado. La extendida corrupci¨®n y una gesti¨®n frecuentemente ineficaz corroen su tejido y la adhesi¨®n, no a sus ideales, pero s¨ª a sus resultados.
Aun as¨ª, conviene no subestimar el poder de regeneraci¨®n ¡ªy por tanto progreso¡ª de las democracias. Por ejemplo, las boas constrictor judiciales que paulatinamente se enroscan y se encierran alrededor del cuello de Donald Trump y Benjam¨ªn Netanyahu tienen rasgos de esperanzadora grandeza.
El fiscal especial Mueller avanza implacable en su investigaci¨®n sobre la trama rusa pese a la lluvia diaria de fuego procedente de la Casa Blanca. Paul Manafort, exjefe de campa?a de Trump, es ya el quinto acusado del entorno del presidente que acepta su culpa. Como otros, empieza a colaborar con la justicia. Alexis de Tocqueville estar¨ªa sin duda orgulloso en ver la acci¨®n de Mueller: la democracia en la Am¨¦rica del siglo XXI todav¨ªa tiene elementos inspiradores
En Israel, una democracia que afronta graves retos existenciales ¡ªentre otras cosas, por reformas que cristalizan un coacervo de derechos reconocidos ¨²nicamente a sus ciudadanos jud¨ªos y no a los dem¨¢s¡ª puede sin embargo celebrarse que las autoridades judiciales cierran el cerco de m¨²ltiples investigaciones alrededor del primer ministro y su esposa. No es descartable que en alg¨²n momento estas puedan cortar su larga trayectoria de poder. Altos dirigentes pol¨ªticos israel¨ªes han acabado en la c¨¢rcel, en otros s¨ªntomas admirables. La casi absoluta falta de depuraci¨®n de responsabilidades de los militares proyecta una terrible sombra sobre estas luces en ambos casos. Pero las luces existen.
M¨ªrese el caso de Espa?a. Podr¨¢n apreciarse m¨¢s o menos los planes y el sentido de Estado del actual Gobierno espa?ol, pero la acci¨®n independiente de la justicia que ha revelado la corrupci¨®n end¨¦mica en el anterior partido gobernante deber¨ªa insuflar algo de fe.
Pero la regeneraci¨®n tambi¨¦n procede del libre intercambio de ideas, aunque vivamos en un tiempo en el que muchas suenan muy retr¨®gradas. China est¨¢ dando pasos de gigante, entre otras cosas en el terreno tecnol¨®gico y acad¨¦mico. Pero por lo general parece que los centros de pensamiento e investigaci¨®n de las sociedades democr¨¢ticas siguen siendo los m¨¢s atractivos. No subestimen el potencial de la libre circulaci¨®n de ideas y de las boas constrictor judiciales en las democracias.
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