¡°Seguir en mi puesto es una cuesti¨®n de respeto a los valores democr¨¢ticos¡±
La magistrada, s¨ªmbolo de la resistencia contra la deriva autoritaria del Ejecutivo polaco, se niega a dejar su cargo, como exige la cuestionada reforma del Supremo, y defiende que ella solo cumple la ley
Rotundamente, no. Malgorzata Gersdorf, presidenta del Tribunal Supremo de Polonia, no piensa abandonar su puesto de trabajo. ¡°Fui nombrada por un mandato de seis a?os, como dispone la Constituci¨®n de este pa¨ªs. Y ninguna ley ni decreto es capaz de cambiar esto. Nadie est¨¢ por encima de la Constituci¨®n¡±. El pasado julio, la magistrada, de 65 a?os, recibi¨® una carta de despido firmada por el presidente de la Rep¨²blica de Polonia, Andrzej Duda, en la que le comunicaba que ella estaba en el grupo de los 27 jueces que hab¨ªan alcanzado la edad m¨¢xima para seguir trabajando.
La nueva reforma del Tribunal Supremo, aprobada por el Gobierno del partido ultraconservador Ley y Justicia (PiS) y que entr¨® en vigor en abril, rebaja la edad de jubilaci¨®n de 70 a 65 a?os, dando v¨ªa libre al presidente de la Rep¨²blica para hacer nombramientos. Pero esta controvertida ley fue paralizada el mes pasado por el Tribunal de Justicia europeo, a petici¨®n de la Comisi¨®n. Bruselas considera que vulnera los principios del Estado de derecho de la sexta econom¨ªa de la UE.
"Ninguna ley o decreto est¨¢ por encima de la Constituci¨®n polaca", asevera la juez
Durante estos cuatro meses, y a pesar de estar oficialmente despedida, Gersdorf se ha presentado todos los d¨ªas en su despacho de la Corte Suprema, ubicado en la plaza Krasinski, en el centro de Varsovia. Aqu¨ª se congregaron este verano centenares de manifestantes que apoyaban la valent¨ªa de esta mujer menuda, experta en Derecho Laboral, que ha puesto en evidencia al Gobierno del pa¨ªs. ¡°Ellos nos daban fuerzas para seguir luchando. Porque seguir en mi puesto es una cuesti¨®n de honor y de respeto a los valores del sistema¡±, explica la magistrada sentada en una de las mesas que componen la geograf¨ªa de su decimon¨®nico despacho.
Algunos han llegado a tildar su actitud de revolucionaria. Gersdorf se ha convertido en un s¨ªmbolo de la resistencia contra las medidas autoritarias del Ejecutivo. ¡°No soy una revolucionaria, simplemente cumplo las normas y me he resistido de una manera pac¨ªfica y tranquila¡±, recalca. Le guste o no, su imagen de este verano, entrando a la Corte Suprema rodeada de ciudadanos que aplaud¨ªan su valent¨ªa (hasta Lech Walesa, Nobel de la Paz y antiguo presidente de la Rep¨²blica, se sum¨® a las movilizaciones) la erigi¨® como una hero¨ªna de la justicia. Desde entonces, en algunas ocasiones le gusta llevar en la solapa de su chaqueta una rosa blanca como la que le regalaron unas manifestantes como ¡°s¨ªmbolo de independencia¡±.
Ni el presidente de la Rep¨²blica ni el Consejo General del Poder Judicial (NCJP, por sus siglas en polaco) la consideran la presidenta del m¨¢ximo ¨®rgano jurisdiccional. Pero ella no se da por aludida. ¡°No me tratan como la presidenta que soy, ni siquiera me han invitado a los actos de celebraci¨®n por el d¨ªa de la independencia de Polonia, que ser¨¢ el pr¨®ximo domingo¡±, cuenta Gersdorf. Los jueces afectados por la reforma pudieron solicitar una pr¨®rroga de su cargo de hasta tres a?os. La concesi¨®n depend¨ªa del presidente Andrzej Duda. De los 12 que pidieron quedarse m¨¢s tiempo, solo cinco obtuvieron el permiso de Duda. Pero ella directamente no lo solicit¨® porque no reconoce la validez legal de esta ley.
La esperanza de la magistrada es el Tribunal de Luxemburgo, que el 16 de noviembre se pronunciar¨¢ sobre la petici¨®n de la Comisi¨®n Europea de imponer medidas cautelares que mantendr¨ªan la suspensi¨®n de la reforma y que exigen que los 27 magistrados afectados por la ley vuelvan al trabajo. ¡°Para nosotros la respuesta europea ha llegado tarde, pero entendemos que las instituciones comunitarias trabajan con otros tiempos. Aunque no podemos considerar todo este tiempo como perdido, porque nos ha valido para que la sociedad polaca fuera consciente de lo que estaba sucediendo con la justicia¡±.
"Han intentado vincularme con el comunismo para desprestigiarme. Yo particip¨¦ en el sindicato Solidaridad para luchar por la libertad del pa¨ªs"
?Ha sentido alguna vez miedo, se ha sentido amenazada?
- ¡°No. Esta situaci¨®n no es f¨¢cil, pero es mi deber seguir aqu¨ª¡±.
Gersdorf, que tambi¨¦n es profesora de Derecho laboral en la universidad de Varsovia, aprovecha las clases para explicar a sus alumnos lo que seg¨²n ella est¨¢ sucediendo en el pa¨ªs. ¡°Este Gobierno no favorece el equilibro de poderes en el que se basa el sistema y tenemos que garantizar el Estado de derecho¡±. Su pulso contra el Ejecutivo la ha puesto en el punto de mira de la opini¨®n p¨²blica. ¡°Para desprestigiarme, han intentado vincularme con el comunismo, y eso me cabrea bastante. Yo fui una de las primeras en apuntarme al sindicato Solidaridad en la universidad en los a?os ochenta, cuando todos luch¨¢bamos contra el comunismo a favor de la libertad de este pa¨ªs¡±, defiende con vehemencia.?
Esta madre de familia, hija de juristas, esposa tambi¨¦n de un experto en leyes, ha sido la primera mujer en ocupar el cargo de presidenta de la Corte Suprema. Ella le resta importancia y recuerda que hay muchas magistradas en la judicatura polaca. Hace una d¨¦cada, hastiada de la vida como asesora en un despacho privado de abogados, decidi¨® presentar su candidatura como jueza del Supremo. ¡°Ya ten¨ªa suficiente dinero y un puesto as¨ª es el m¨¢ximo reconocimiento que se puede tener¡±.
El procedimiento para conseguir plaza fue largo y complicado. Superadas todas las pruebas, su candidatura tuvo que ser avalada por el entonces presidente del Gobierno, Lech Kaczynski, fallecido en un accidente a¨¦reo en 2010. ¡°Ya nos conoc¨ªamos, crecimos en el mismo patio del vecindario¡±, cuenta. ¡°Los Kaczynski eran muy famosos en el barrio, eran los ¨²nicos gemelos y salieron hasta en una pel¨ªcula¡±.
Gersdorf coincidi¨® tambi¨¦n con Lech Kaczynski en la facultad de Derecho. ¡°Siempre nos hemos tratado con respeto, pero con Jaroslaw [que dirige ahora el pa¨ªs en la sombra] no he tenido trato¡±, zanja y cambia de tema. ¡°Solo espero que al final el Gobierno acate la sentencia del Tribunal Europeo de Justicia y que todo vuelva a la normalidad¡±. Admite que este pulso que mantiene le est¨¢ afectando personalmente, pero se reafirma: ¡°Mi postura es inexorable¡±.
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