Enrique Krauze: ¡°El l¨ªder populista toca resortes muy primitivos¡±

En un continente de caudillos, donde nacionalismo y revoluci¨®n han sido dominantes desde las independencias, proclamarse p¨²blicamente liberal tiene algo de quijotesco, pero el historiador mexicano Enrique Krauze (Ciudad de M¨¦xico, 1947) asume el riesgo y su ¨²ltimo libro, El pueblo soy yo (editorial Debate), es toda una declaraci¨®n de principios. El autor de Biograf¨ªa del poder estuvo recientemente en Madrid para presentar su obra y un documental, con el mismo t¨ªtulo, sobre Venezuela, un pa¨ªs que conoce bien y sobre el que opina que ¡°estamos asistiendo a su muerte¡±. En El pueblo soy yo, Krauze traza una anatom¨ªa del poder en Am¨¦rica Latina y advierte contra el auge del populismo en nuestros d¨ªas.

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PREGUNTA.??Qu¨¦ es para usted el populismo?

RESPUESTA.?B¨¢sicamente es una forma de dominaci¨®n donde un caudillo carism¨¢tico llega al poder por la leg¨ªtima v¨ªa de los votos y luego establece un contacto directo con sectores ampl¨ªsimos de la poblaci¨®n que termina por subvertir las instituciones de la democracia y las libertades. El populismo no tiene una identidad ideol¨®gica.

P.??No hay un populismo de izquierdas y otro de derechas?

R.?No, para m¨ª es el hechizo de ese l¨ªder carism¨¢tico sobre un sector ampl¨ªsimo del pueblo por encima de las leyes, las instituciones y las libertades propias de la democracia. En el siglo XX el ejemplo m¨¢s acabado fue el de Juan Domingo y Eva Per¨®n, pero sus caracter¨ªsticas espec¨ªficas se eclipsaron porque fue un siglo de grandes dictadores de izquierdas y de derechas. Pero cuando cesaron las dictaduras puras y duras, lo que renaci¨® sorprendentemente fue el populismo.

P.??Las redes sociales tienen parte de culpa en esta actualizaci¨®n del populismo?

R.?Inciden muy poderosamente. ?C¨®mo explicar el fen¨®meno Donald Trump o el Brexit sin las redes sociales? Pero el primer brote populista del siglo XXI fue el de Hugo Ch¨¢vez y todav¨ªa no hab¨ªa redes sociales. El hechizo de Ch¨¢vez sobre el pueblo venezolano se realiz¨® con su presencia a todo lo largo y ancho del pa¨ªs y, sobre todo, en la televisi¨®n. Lo que es fundamental es el uso del micr¨®fono y de la imagen. Ahora en el siglo XXI es todo eso junto a las redes sociales, pero lo fundamental es la comunicaci¨®n hipn¨®tica de un l¨ªder con la gente. Y el l¨ªder promete el para¨ªso en la Tierra; no promete mejorar la sociedad. Va m¨¢s all¨¢. Promete redimirla. Tocan resortes muy primitivos y profundos de los seres humanos como la aspiraci¨®n religiosa, as¨ª que su atracci¨®n es tan antigua como la humanidad.

P.?En su libro defiende que el ¨¦xito del hombre fuerte, del caudillo, en Am¨¦rica Latina tiene una ra¨ªz espa?ola.

R.?Un historiador extraordinario, Richard Morse, maestro m¨ªo que muri¨® en 2001, sosten¨ªa que la ra¨ªz profunda de esta veneraci¨®n por la figura del monarca y del hombre fuerte viene de la tradici¨®n espa?ola, en particular de la filosof¨ªa postulada por Francisco Su¨¢rez, jesuita, que simplificada consiste en que Dios le da la soberan¨ªa plena al pueblo, pero el pueblo entrega el poder al monarca. Si el monarca falla gravemente, la salida es el tiranicidio, postulado por otro jesuita, el padre Mariana. Estas teor¨ªas que parecen caducas sobreviven en el subsuelo mental de Am¨¦rica Latina, dice Morse. Eso explica por qu¨¦ un d¨ªa Octavio Paz me dijo esta frase que nunca escribi¨®: ¡°Enrique, deseng¨¢?ese usted, M¨¦xico nunca se consolar¨¢ de no haber sido una monarqu¨ªa¡±. M¨¦xico siempre ha tenido monarcas-presidentes, desde Porfirio D¨ªaz hasta todos los del PRI. Si a esto se a¨²na la tradici¨®n del siglo XIX de los hombres fuertes, si se unen las dos im¨¢genes, la del monarca y la del caudillo, ?qu¨¦ lugar queda para la democracia liberal? Muy poco.

P.?Def¨ªname a tres populistas: Trump, Ch¨¢vez y L¨®pez Obrador.

¡°Todo fanatismo de la identidad conduce a la violencia. La ¨²nica manera de salir de la trampa es la libertad, la tolerancia¡±

R.?En el libro tambi¨¦n hablo de Fidel Castro, aunque no se le puede considerar un populista. Pero s¨ª tuvo su momento muy al principio, citaba a Jes¨²s a cada paso. Los cubanos, y no solo ellos ¡ªmi generaci¨®n completa¡ª, lo ve¨ªan como un redentor del continente. Bol¨ªvar y Mart¨ª hechos uno en Fidel. El populismo llega al mismo punto, como estamos viendo en Venezuela, pero m¨¢s lento. Si las dictaduras estrangulan, el populismo desangra. Trump es el ejemplo paradigm¨¢tico: el populista toma el micr¨®fono, moviliza, divide a la sociedad entre buenos y malos y finalmente subvierte el orden democr¨¢tico. Est¨¢ por verse qu¨¦ va a ocurrir con L¨®pez Obrador. Tiene un aura religiosa, una misi¨®n genuinamente sentida por ¨¦l de salvar al pueblo mexicano de sus males: la corrupci¨®n, la violencia, la inseguridad, la impunidad, la desigualdad, la pobreza. Sinceramente, cree que puede hacer un cambio profund¨ªsimo, y 30 millones de mexicanos lo creen tambi¨¦n. Su triunfo es absolutamente leg¨ªtimo. Lo ¨²nico que le reclamo es que por encima de la democracia est¨¢ la libertad.

P.??Est¨¢ eso en peligro en M¨¦xico?

R.?Creo que existe el riesgo de una libertad de expresi¨®n acotada. Ahora bien, creo que L¨®pez Obrador va a tener un sentido de tolerancia, de prudencia, a la luz de los fracasos que los Gobiernos populistas han tenido en el mundo, para comportarse con un sentido mucho m¨¢s republicano. No lo podemos saber¡­ Pero M¨¦xico no es Venezuela. Tiene una econom¨ªa globalizada, con problemas, sin duda, pero con crecimiento. Venezuela ha tenido siempre una econom¨ªa extremadamente dependiente del petr¨®leo. M¨¦xico tiene una frontera con EE UU, tiene el tratado de libre comercio, y por otro lado Ch¨¢vez era un militar y L¨®pez Obrador no. El militarismo venezolano es muy acerado, en M¨¦xico no. Las diferencias son muy grandes. Ahora, si nos vamos al estilo personal, a todos estos l¨ªderes les caracteriza algo que s¨ª creo que comparten: que con ellos empieza una etapa hist¨®rica, no un cambio del Gobierno, sino un cambio de r¨¦gimen. Y no necesitamos un cambio de r¨¦gimen, necesitamos un Gobierno que gobierne bien.

P.??C¨®mo van a ser las relaciones entre Trump y L¨®pez Obrador?

R.?Creo que se van a llevar bien¡­ A Trump le simpatizan las figuras fuertes y L¨®pez Obrador lo es. Creo que va a tener una actitud de dignidad, va a entender que si Trump quiere adoptar posturas discriminatorias, va a poder apelar a su base, que es el pa¨ªs entero. L¨®pez Obrador es capaz, si Trump se vuelve loco, de organizar una marcha hasta Washington. Espero por su parte una defensa mucho m¨¢s activa de los mexicanos all¨¢. M¨¦xico no puede ser reh¨¦n del racismo de Trump.

P.?Trump ha defendido en la ONU el patriotismo frente a la globalizaci¨®n. ?Ad¨®nde estamos yendo?

R.?Todo fanatismo de la identidad conduce a la violencia. La ¨²nica manera de salir de la trampa de la identidad fan¨¢tica es la libertad entendida como la entendieron desde los griegos hasta los padres fundadores de Estados Unidos: una actitud natural de respeto a la individualidad y de empat¨ªa o tolerancia hacia los otros. Ah¨ª donde un grupo de personas declara que el ¡°nosotros¡± es superior al ¡°ustedes¡± est¨¢n dadas las ra¨ªces de la violencia.