El partido de las FARC busca alianzas para entrar en Gobiernos locales

El movimiento pol¨ªtico nacido en septiembre de 2017 de las cenizas de las FARC ha chocado con el profundo rechazo de la sociedad colombiana, que no olvida los cr¨ªmenes de medio siglo de conflicto armado, y a¨²n no ha logrado hacerse un hueco en el mapa de partidos. Sus resultados en las elecciones legislativas del pasado marzo fueron testimoniales -cerca de 85.000 votos- y, con esta premisa, la Fuerza Alternativa Revolucionaria del Com¨²n, que mantuvo las siglas de la antigua guerrilla, renunci¨® a participar en las presidenciales de mayo. Ahora, con los comicios regionales y municipales de 2019 a la vista, la formaci¨®n se propone "acceder a Gobiernos locales" con candidaturas propias o alianzas.

Esta es una de las metas fijadas por el tercer Consejo Nacional de los Comunes, m¨¢ximo ¨®rgano de direcci¨®n del partido, celebrado el fin de semana en Melgar, en el centro del pa¨ªs. "Trabajaremos por acuerdos program¨¢ticos, con candidaturas propias, c¨ªvicas o de convergencia pol¨ªtica democr¨¢tica, escogidas bajo reglas de juego que contemplen la m¨¢s amplia participaci¨®n, bajo el principio de la unidad no excluyente. Ofrecemos nuestros contingentes territoriales para la consolidaci¨®n de procesos unitarios del campo popular y democr¨¢tico, que reconozcan la existencia de nuestro partido y sus aspiraciones program¨¢ticas", se?ala la declaraci¨®n pol¨ªtica de la FARC.

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M¨¢s all¨¢ de la ret¨®rica habitual propia de los proyectos de unidad popular, lo relevante es que la formaci¨®n -que dej¨® las armas, se desmoviliz¨® y se sienta en el Congreso colombiano en virtud de los acuerdos alcanzados con el Gobierno de Juan Manuel Santos- busca capitalizar el voto de la izquierda, que en la contienda presidencial alcanz¨® cotas hist¨®ricas. "Las elecciones de 2019 en departamentos y municipios representan una oportunidad para consolidar los avances obtenidos por sectores democr¨¢ticos, progresistas y de izquierda en las elecciones parlamentarias y presidenciales". contin¨²a el an¨¢lisis de la ejecutiva, encabezada por Rodrigo Londo?o, Timochenko.

En realidad, el apoyo que obtuvo en segunda vuelta Gustavo Petro frente al actual presidente, Iv¨¢n Duque, es mucho m¨¢s complejo. Aparte de la distancia m¨¢s que notable entre el senador, que tambi¨¦n tuvo un pasado en la guerrilla del M-19, y el programa de la FARC, sus ocho millones de votos est¨¢n encarnados en buena medida por un electorado de centro o simplemente antiuribista. Es decir, un abismo los separa de los postulados de la antigua organizaci¨®n insurgente, pr¨®ximos a la llamada revoluci¨®n bolivariana que, por ejemplo, defiende Nicol¨¢s Maduro en Venezuela.

Aun as¨ª, este partido, dividido y desactivado, trata de encontrar un espacio en la agenda pol¨ªtica, que en los ¨²ltimos meses ha estado marcada por protestas y manifestaciones.? "Estamos comprometidos en contribuir -con esp¨ªritu unitario- a la organizaci¨®n de las luchas y de la movilizaci¨®n social y popular en campos y ciudades", asegura. "La reciente movilizaci¨®n estudiantil -con sus diversas organizaciones, sus renovados y frescos liderazgos, y sus logros-, constata la vigencia de la acci¨®n pol¨ªtica en la calle y la demostraci¨®n de que si se act¨²a en torno a prop¨®sitos comunes, as¨ª haya diferencias, es posible lograr avances democr¨¢ticos y por el buen vivir y el bienestar de las grandes mayor¨ªas. Particular atenci¨®n merecer¨¢n las aspiraciones campesinas, de los pueblos ¨¦tnicos y de las mujeres", agrega la formaci¨®n.?

Una de las prioridades de la FARC es, en cualquier caso, es cumplimiento estricto de lo pactado en La Habana y la seguridad de los excombatientes. "M¨¢s que la intenci¨®n de cumplir con lo acordado, lo que estamos apreciando hasta el momento es un singular asedio para socavar los fundamentos de lo convenido, en el que se conjugan las m¨¢s variadas y p¨¦rfidas modalidades", llega a afirmar el partido, que pretende usar los retrasos y los obst¨¢culos en la implementaci¨®n del proceso como un instrumento de batalla pol¨ªtica.

Aunque Timochenko se mostr¨® convencido de que el excomandante Jes¨²s Santrich, acusado de un delito de narcotr¨¢fico, no ser¨¢ finalmente extraditado a Estados Unidos, lanz¨® una advertencia sobre la inseguridad "jur¨ªdica y f¨ªsica" de sus militantes. "Denunciamos", destaca el comunicado, "el asesinato de 89 exguerrilleros; reclamamos la definici¨®n de la situaci¨®n de 1.111 los camaradas a¨²n reconocidos como integrantes de las FARC. [...] Todo ello constituye una vulneraci¨®n de nuestros derechos pol¨ªticos y de las condiciones convenidas para el tr¨¢nsito a la vida pol¨ªtica legal".