As¨ª se salvaron dos joyas de la naturaleza de Europa
La resistencia de la sociedad civil polaca y la intervenci¨®n de las instituciones europeas preservaron de la destrucci¨®n las turberas del valle del r¨ªo Rospuda y el bosque de Bialowieza
Si no hubiera sido por el Parlamento Europeo, la Comisi¨®n Europea y el Tribunal de Justicia de la Uni¨®n Europea, no se habr¨ªa podido preservar lo m¨¢s valioso que tenemos los polacos. Las dos perlas de nuestra naturaleza habr¨ªan sido destruidas.
A los polacos les resultar¨¢ evidente lo que voy a exponer. A la mayor¨ªa de los lectores de Polonia no hace falta explic¨¢rselo porque, o bien lo saben, o bien sienten que es justo as¨ª. Pero como este texto lo leer¨¢n tambi¨¦n lectores de otros pa¨ªses, algo tengo que explicar. En nuestro pa¨ªs no tenemos demasiadas cosas de las que jactarnos o de las que sentirnos orgullosos. Y no me refiero a hechos del pasado, como las batallas importantes, o a personajes como Federico Chopin o Maria Sklodowska-Curie. Nuestro pa¨ªs, como pocos en el mundo, fue destruido por las dos guerras mundiales y el comunismo, por lo que no contamos con muchos monumentos. No nos podemos comparar con Italia, Francia o Espa?a, y ni siquiera con la vecina Rep¨²blica Checa. Hasta las grandes ciudades como Cracovia parecen un pariente pobre de Viena, Praga o Budapest. No somos conocidos en el mundo por los relojes o por el chocolate, y tampoco somos unos fen¨®menos en ning¨²n deporte. Pero tenemos algo realmente genial, una naturaleza completamente ¨²nica. Y sentimos un gran apego hacia ella.
En esta relaci¨®n no se trata solamente de aprovechar sus recursos. Es cierto que a los polacos les encanta recoger setas, pero yo no siento la misma afici¨®n por la caza. Nuestro expresidente Bronislaw Komorowski, para ser elegido, tuvo que prometer que dejar¨ªa de cazar. Para la mayor¨ªa de los polacos, los animales salvajes son un s¨ªmbolo de libertad y cohabitantes de nuestro pa¨ªs m¨¢s que una reserva para abastecernos de carne o piel.

Los n¨²meros lo demuestran. En Polonia, un pa¨ªs de tama?o m¨¢s bien mediano porque es m¨¢s peque?o que Francia, Espa?a, Alemania, Finlandia y Suecia, y muy densamente poblado (nuestra densidad de poblaci¨®n es solo ligeramente inferior a la de Dinamarca, y superior a la de, por ejemplo, Portugal), hay muchos animales salvajes. Tenemos la mayor poblaci¨®n de bisontes del mundo. M¨¢s de 1.600 de estos mam¨ªferos terrestres que est¨¢n entre los m¨¢s grandes de Europa, y en realidad, los ¨²ltimos representantes de la megafauna de nuestro continente, viven en libertad en nuestro pa¨ªs.
Adem¨¢s, unos 100 osos y cerca de 2.000 lobos habitan en Polonia. Los polacos sienten m¨¢s bien simpat¨ªa hacia ellos y los protegen. Es una cantidad asombrosa, sobre todo si tenemos en cuenta que, a excepci¨®n del extremo sur, no somos un pa¨ªs monta?oso. Tampoco tenemos demasiados bosques, porque la proporci¨®n en relaci¨®n con el ¨¢rea del pa¨ªs es menor que la media europea. Sin embargo, entre los que tenemos, se encuentran dos verdaderas perlas. La m¨¢s maravillosa de ellas es el Bosque de Bialowieza, el ¨²ltimo bosque de tierras bajas tan bien conservado de nuestro continente. Escribir¨¦ sobre ¨¦l en un momento.
Desafortunadamente, incluso en nuestro pa¨ªs, de vez en cuando a los pol¨ªticos se les ocurre una idea descabellada como destruir alguna parte de nuestra naturaleza. A menudo se apoyan en las necesidades de desarrollo. Antes de que se produjera nuestra entrada en la Uni¨®n Europea, pod¨ªan hacer con nuestra naturaleza lo que se les antojara, porque incluso si algo estaba prohibido por la ley polaca, siempre encontraban la manera de salt¨¢rsela o cambiarla.
Victoria sobre el r¨ªo
Ese fue el caso del Rospuda, un peque?o r¨ªo que fluye en el extremo noroccidental del Bosque de August¨®w, ubicado en el noreste de Polonia. Este r¨ªo serpentea a trav¨¦s de un incre¨ªble valle de turba. No es grande, apenas tiene m¨¢s de 10 kil¨®metros cuadrados. Pero es ¨²nico. En este lado de los Urales no se encuentran unas turberas tan bien conservadas.
En esta peque?a zona crecen m¨¢s de una docena de especies de orqu¨ªdeas, m¨¢s que en el Parque Nacional de Biebrza, que tambi¨¦n protege los pantanos y es el parque nacional m¨¢s grande de Polonia. En ella habitan los urogallos, y en los bosques colindantes, los mochuelos alpinos, los picos dorsiblancos y las ¨¢guilas pomeranas tejen sus nidos. La zona estaba segura hasta que en los a?os noventa del siglo pasado se decidi¨® construir una v¨ªa r¨¢pida que atravesara la turbera, la circunvalaci¨®n de August¨®w, que formar¨ªa parte de la V¨ªa B¨¢ltica que conecta los pa¨ªses b¨¢lticos con Polonia.

A pesar de las protestas de los ecologistas y de que existiesen otras alternativas para el trazado de esta ruta, los pol¨ªticos escogieron la variante de la carretera que atravesaba los pantanos. La ejecuci¨®n del proyecto se demor¨® mucho en el tiempo debido a la falta de recursos. En 2004, Polonia se uni¨® a la Uni¨®n Europea. Recibimos una gran cantidad de dinero para infraestructuras, incluidas las carreteras. Es cierto que la carretera que atravesar¨ªa las turberas del r¨ªo Rospuda no fue financiada con los fondos europeos, pero fue posible reubicar fondos de otras inversiones para su realizaci¨®n. Al mismo tiempo, tanto las turberas del Rospuda, como todo el Bosque de August¨®w, se encontraban en la zona protegida de la Red Natura 2000, una zona amparada por las Directivas de Aves y H¨¢bitats.
En 2006, el Gobierno de Ley y Justicia, la Liga de Familias Polacas y Autodefensa decidieron que la carretera atravesar¨ªa las turberas en uno de sus puntos m¨¢s amplios. Las protestas y peticiones no surtieron ning¨²n efecto. La oposici¨®n social fue realmente fuerte, porque seg¨²n los sondeos de opini¨®n, la mayor¨ªa de los polacos estaba a favor de preservar los pantanos. Sin embargo, no impresion¨® a los pol¨ªticos polacos. En concreto, el ministro de Medio Ambiente, Jan Szyszko, de Ley y Justicia, estableci¨® como uno de sus objetivos llevar la carretera a trav¨¦s de los pantanos.

Al principio, tampoco la Comisi¨®n Europea se anim¨® a tomar cartas en el asunto. Y fue entonces cuando surgi¨® la idea de escribir a la Comisi¨®n de Peticiones del Parlamento Europeo, instituci¨®n que ha financiado este reportaje. Cualquier ciudadano de la Uni¨®n, cualquier organizaci¨®n no gubernamental o cualquier empresa puede presentar su solicitud a la Comisi¨®n. Se pueden denunciar infracciones de las leyes de la UE, y da igual que se trate de una persona f¨ªsica o de un problema como el del r¨ªo Rospuda. La idea parec¨ªa por aquel entonces desesperada, porque el cargo de presidente de la comisi¨®n lo ocupaba Marcin Libicki, de Ley y Justicia. Adem¨¢s, los parlamentarios polacos, independientemente del partido al que pertenecieran, apoyaban la construcci¨®n de la carretera.
Sin embargo, la petici¨®n de los defensores fue dirigida a alguien que comprend¨ªa lo importante que es la conservaci¨®n de la naturaleza. Ese alguien era David Hammerstein, en aquel momento eurodiputado espa?ol de los Verdes. Resulta que no necesariamente hay que suplicar comprensi¨®n al diputado del propio pa¨ªs. En el Parlamento Europeo se pueden encontrar personas que comparten valores similares y no tienen por qu¨¦ ser compatriotas. David Hammerstein es europeo por elecci¨®n propia. Sus padres son originarios de Pinsk y Radom. Emigraron a Estados Unidos y ¨¦l naci¨® en California. De adulto eligi¨® Espa?a como su patria, y cuando fue necesario, ayud¨® much¨ªsimo a la naturaleza en el pa¨ªs de sus antepasados. ¡°En la Comisi¨®n hab¨ªa un sistema pol¨ªtico muy favorable que beneficiaba la protecci¨®n del medio ambiente. Los Verdes llegaron muy r¨¢pidamente a un acuerdo con los liberales, los socialistas y los dem¨®cratas cristianos¡±, recuerda Hammerstein. ¡°Vosotros, adem¨¢s, ten¨ªais unos argumentos muy fuertes¡±. Y eso es verdad.
Los defensores de la naturaleza se apoyaban en estudios legales, cient¨ªficos y de ingenier¨ªa. Estos se?alaban que hurgar en las turberas perturbar¨ªa las relaciones h¨ªdricas y pod¨ªa causar el exterminio de las orqu¨ªdeas. La tala del bosque ser¨ªa mortal para las aves, y lo m¨¢s importante, la ruta pod¨ªa trazarse de otra manera. Este ¨²ltimo argumento fue importante porque la ley europea proh¨ªbe la violaci¨®n de las zonas de la Red Natura 2000 si existen soluciones alternativas. En el caso de Rospuda, bastaba con echar un vistazo al mapa para comprobar que esas alternativas exist¨ªan. ?Por qu¨¦ decidi¨® el Gobierno forzar el trazado de la carretera a trav¨¦s del pantano? Nadie puede responder a esta pregunta.
Hammerstein organiz¨® r¨¢pidamente una visita de la Comisi¨®n a Polonia. Se asegur¨® de que el bando proteccionista de la naturaleza tuviera en su seno una voz fuerte. Fue algo absolutamente extraordinario, porque todo se puso en marcha de inmediato. El informe de la Comisi¨®n, a pesar de la oposici¨®n de los eurodiputados polacos, result¨® devastador para el Gobierno de Polonia. Fue, sin duda, un factor importante que influy¨® en la Comisi¨®n Europea, y esta inici¨® un proceso contra Polonia. La sociedad civil organizada -que fue capaz no solo de protestar activamente (los activistas levantaron en las cercan¨ªas del r¨ªo Rospuda un campamento que entorpec¨ªa el trabajo), sino tambi¨¦n de recopilar datos y colaborar con los ingenieros, abogados y cient¨ªficos dedicados a la naturaleza-, los eurodiputados como David Hammerstein, sensibles a la protecci¨®n de la naturaleza, la Comisi¨®n Europea, que salvaguard¨® la ley europea, as¨ª como los tribunales polacos y el Defensor del Pueblo, todos juntos consiguieron que los descabellados planes de destruir estas turberas ¨²nicas acabaran en la basura.
El milagro de la naturaleza sobrevivi¨®. ?Pero qu¨¦ fue de la carretera? Pues existe, y siguiendo unos criterios mejores en comparaci¨®n con la que se iba a construir en un principio, con un trazado que no amenaza a la naturaleza. Fue una victoria en la que no hubo perdedores, a excepci¨®n de unos cuantos pol¨ªticos arrogantes.
El bosque es nuestro arrecife
Si creen que algunos pol¨ªticos aprenden de los errores, est¨¢n equivocados. Lo demuestra el ejemplo del Bosque de Bialowieza. Este bosque es nuestra joya natural m¨¢s importante. Y no solo nuestra. Es el ¨²ltimo bosque templado de tierras bajas tan bien conservado en el Hemisferio Norte. Es importante, porque en Europa y Am¨¦rica tenemos unos cuantos bosques naturales o casi naturales. Se encuentran en las monta?as o donde hace mucho fr¨ªo, es decir, en lugares en los que resulta dif¨ªcil llegar a los ¨¢rboles.
Sin embargo, es muy f¨¢cil llegar al bosque de tierras bajas. Esta es la raz¨®n por la cual los bosques templados de tierras bajas fueron talados o convertidos en zonas de cultivo de ¨¢rboles. Pero el Bosque de Bialowieza que actualmente compartimos con Bielorrusia sobrevivi¨® gracias a los reyes polacos y, m¨¢s tarde, a los zares rusos que prohibieron talarlos porque all¨ª habitaba el bisonte, objeto de caza del monarca. De esta manera, el bosque resisti¨® hasta la Primera Guerra Mundial, cuando las tropas alemanas comenzaron su tala, que dur¨® 90 a?os.
Sin embargo, en comparaci¨®n con otros bosques, ha sufrido pocas transformaciones. Todav¨ªa cuenta con muchas zonas naturales, y las que han sido transformadas se convierten a su vez muy r¨¢pidamente en bosques similares a los naturales, influidas por lo que existe al lado. Hay muchos ¨¢rboles grandes y altos, y lo que es importante, ¨¢rboles muertos. Del mismo modo en que los corales vivos y los corales muertos forman un arrecife de coral, los ¨¢rboles vivos y los ¨¢rboles muertos forman un bosque. Gracias a estos ¨¢rboles muertos, en Polonia tenemos miles de especies de hongos, l¨ªquenes, mohos mucilaginosos, musgos, todas las especies de p¨¢jaros carpinteros europeos y toda una multitud de insectos extra?os. Gracias a estos ¨¢rboles muertos, podemos observar la muerte y el renacimiento en un bosque real.
El Bosque de Bialowieza deber¨ªa ser considerado parque nacional en su totalidad desde hace mucho tiempo, pero no es as¨ª. Los sucesivos Gobiernos polacos han tenido que luchar contra el lobby forestal cuyo objetivo es no dejar escapar este tesoro de sus manos. Hay que reconocer que pr¨¢cticamente cada uno de nuestros Gobiernos desde el a?o 1989, es decir, desde la recuperaci¨®n de la independencia, ha hecho algo bueno por el bosque. O bien han ampliado el parque nacional de modo que hoy en d¨ªa ocupa una sexta parte de su superficie en el lado polaco, es decir 100 kil¨®metros cuadrados, o bien han creado reservas adicionales, y reducido o prohibido las talas en sus partes naturales.

El Bosque de Bialowieza forma tambi¨¦n parte de la Red Natura 2000 y por eso los organismos europeos se interesan por su destino. Esta es tambi¨¦n la raz¨®n por la cual el Gobierno anterior redujo la tala en 2012, y solo permit¨ªa obtener la cantidad de madera que la poblaci¨®n local necesitaba. Por fin, despu¨¦s de varias d¨¦cadas, no se escuchaban las sierras en el bosque. La paz dur¨® hasta 2015, cuando Ley y Justicia regres¨® al poder y Jan Szyszko se convirti¨® nuevamente en ministro de Medio Ambiente. Fue el primer Gobierno que decidi¨® retirar la protecci¨®n del bosque. La tala comenz¨® en 2016 con el pretexto de luchar contra la carcoma, y en la primavera de 2017 entraron las cosechadoras.
Cada una de estas m¨¢quinas pesadas cortaba entre 200 y 300 ¨¢rboles al d¨ªa. Trabajaban incluso de noche. Los valientes defensores de la naturaleza se lanzaron contra ellas. Las mujeres y hombres del movimiento civil Campamento del Bosque, Greenpeace y otras organizaciones bloqueaban la tala con sus propios cuerpos. El Gobierno lanz¨® contra ellos a la Guardia Forestal, que actu¨® con extrema brutalidad. Esta vez, sin embargo, las organizaciones no gubernamentales sab¨ªan perfectamente c¨®mo colaborar con las instituciones europeas. En septiembre de 2016 y noviembre de 2017, el Parlamento Europeo, en dos resoluciones sobre el Estado de derecho y la situaci¨®n de las mujeres en Polonia, se refiri¨® tambi¨¦n a la cuesti¨®n del Bosque de Bialowieza.
Primero exigi¨® abandonar los planes de tala y posteriormente su interrupci¨®n. La Comisi¨®n Europea reaccion¨® con una firmeza incre¨ªble al abrir un caso contra Polonia y remitirlo al Tribunal de Justicia. El Tribunal exigi¨® que se detuviera la tala emitiendo una resoluci¨®n sobre la protecci¨®n del bosque, y luego amenaz¨® al Gobierno polaco con multas de al menos 100.000 euros al d¨ªa, lo que por fin hizo mella en los gobernantes. A finales del oto?o de 2017, las cosechadoras abandonaron el Bosque y, en abril de 2018, el Tribunal de Justicia de la Uni¨®n Europea, en una sentencia devastadora para el Gobierno, consider¨® que la tala era ilegal. S¨ª, se cortaron 200.000 metros c¨²bicos de madera, aproximadamente 180.000 ¨¢rboles. Y s¨ª, la destrucci¨®n es brutal en muchas partes del Bosque, pero lo importante es que la tala se detuvo r¨¢pidamente. Y el bosque tiene la capacidad de cerrar las heridas.
Una vez m¨¢s, la sociedad civil en Polonia, en colaboraci¨®n con las instituciones europeas, defendi¨® una valiosa parte de la naturaleza. Daba la impresi¨®n de que todos hab¨ªan aprendido la lecci¨®n despu¨¦s del caso del r¨ªo Rospuda, a excepci¨®n de los que gobernaban, ayer y hoy. Curiosamente, el caso del Bosque de Bialowieza se convirti¨® en un buen ejemplo e hizo que el Tribunal brindara una seguridad similar con respecto a nuestro Tribunal Supremo.
Por supuesto, estas dos historias son ejemplos muy espectaculares. No s¨¦ contra cu¨¢ntos lugares valiosos desde el punto de vista medioambiental nuestros pol¨ªticos no levantaron la mano gracias a nuestra pertenencia a la Uni¨®n. En el momento de escribir estas palabras, me llegan noticias terribles desde Bielorrusia. Est¨¢n trazando una carretera que atravesar¨¢ una de las turberas m¨¢s bellas de Europa, la turbera de Olmansk. Est¨¢n cubriendo estas turberas ¨²nicas con toneladas de arena que posteriormente ser¨¢ aplastada por maquinaria pesada. Las condiciones hidrol¨®gicas se ver¨¢n arruinadas, un mundo ¨²nico se extinguir¨¢. Los ecologistas bielorrusos protestan suplicando ayuda. No pueden escribir a la Comisi¨®n de Peticiones del Parlamento Europeo. Ning¨²n eurodiputado, ning¨²n comisario interceder¨¢ por ellos. No podemos compartir nuestras experiencias polacas con ellos. En realidad, no podemos ayudarles mucho. Bielorrusia no est¨¢ en la Uni¨®n.
Traducci¨®n: News Clips.
Este art¨ªculo se publica en el marco de la alianza de medios LENA.