Seis jueces de la Corte Penal Internacional reclaman un aumento de sueldo

Al menos seis de los 18 jueces de la Corte Penal Internacional (CPI) han interpuesto una demanda contra el propio organismo, ante la Organizaci¨®n Internacional del Trabajo (OIT), con sede el Ginebra, pidiendo un aumento de sueldo. La imagen de unos juristas de alto rango litigando por dinero puede da?ar la reputaci¨®n de la ¨²nica instancia permanente que juzga el genocidio y los cr¨ªmenes de guerra y contra la humanidad. Aunque la Corte es independiente, el salario de sus se?or¨ªas sigue el modelo de pagos de Naciones Unidas y ronda los 180.000 euros anuales, libres de impuestos, seg¨²n documentos internos. Durante sus 9 a?os de mandato, gozan de los privilegios del cuerpo diplom¨¢tico. Una situaci¨®n que contrasta con los continuos problemas de presupuesto padecidos por la fiscal¨ªa, y el fondo destinado a las v¨ªctimas.

Los jueces demandantes, entre los que figura su?presidente, el nigeriano Chile Eboe-Osuji (su cargo es por tres a?os) aducen que ganan menos que sus colegas del Tribunal Internacional de Justicia (TIJ), de la propia ONU. Son estos un grupo de 15, elegidos asimismo por un periodo de 9 a?os, que cobran por encima de los 200.000 euros anuales ¡ªcon igual trato diplom¨¢tico y sin impuestos¡ª se?alan fuentes internas. Adem¨¢s, han podido resolver arbitrajes ajenos a su trabajo a t¨ªtulo particular durante largo tiempo, con lo que aumentaba su sueldo fijo. La CPI no comenta la demanda de sus propios jueces, ¡°porque las actuaciones de la Organizaci¨®n Mundial del Trabajo son confidenciales¡±, dicen sus portavoces.

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¡°En efecto, el sueldo de los jueces ha estado estancado durante varios a?os. A ello se suma que los Estados Miembros de la CPI pertenecientes al G7 [Canad¨¢, Italia, Francia, Alemania, Jap¨®n y Reino Unido] han venido abogando por un crecimiento cero del presupuesto de la Corte [147 millones de euros para 2019], al mismo tiempo que le han exigido hacer m¨¢s con menos recursos. Ello ha tenido un impacto evidente en los ¨²ltimos a?os, tanto en la labor de la Fiscal¨ªa como en las v¨ªctimas, por lo que suscita poca simpat¨ªa la actual petici¨®n de los jueces de mayor remuneraci¨®n¡±, se?ala, en conversaci¨®n telef¨®nica, William Pace, de la Coalici¨®n para la Corte Penal Internacional, ONG que re¨²ne a unas 2.500 agrupaciones en todo el mundo en favor de su independencia.

Pace teme que la situaci¨®n da?e la reputaci¨®n de la Corte, objeto de duros ataques por parte de Estados Unidos, que no ha ratificado el Estatuto de Roma, el texto fundacional, y solo colabora cuando los casos no le ata?en. Tambi¨¦n es criticada en ?frica, donde varios pa¨ªses la acusan de buscar criminales solo all¨ª. ¡°Recientemente ha habido sentencias sorprendentes y controvertidas, como la m¨¢s reciente, que ha absuelto a Laurent Gbagbo, expresidente de Costa de Marfil, de cr¨ªmenes contra la humanidad. Esta decisi¨®n ha sido apelada y a¨²n estamos a la espera de que se publique la decisi¨®n final de los jueces [de primera instancia]. Habr¨¢ que analizar si fue la falta de recursos lo que afect¨® a la fiscal¨ªa o, m¨¢s bien, si existen otras razones para la insuficiencia de pruebas. A pesar de todo ello, la Corte ha mostrado que se puede acusar y perseguir a jefes de Estado; que los cr¨ªmenes de estos ya no gozan de plena impunidad. Y, eso, es un paso hist¨®rico en contra de la impunidad¡±, a?ade, consciente de que la petici¨®n a la OIT de los jueces puede suponer cifras millonarias, al contemplar el ajuste de sus salarios y pensiones con efectos retroactivos