May busca el apoyo de Irlanda del Norte para salvar su plan del Brexit
"No permitir¨¦ el regreso de las fronteras del pasado", asegura la primera ministra brit¨¢nica
![Rafa de Miguel](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F543fee30-1196-4a9b-84a9-99dc0ce2947a.png?auth=617a3d44bee9f05cac9f72901355bdb26c411b61cbba95e1b34d4a3f3ac1165a&width=100&height=100&smart=true)
Antes de viajar de nuevo a Bruselas, Theresa May ha decidido acudir al ojo de su particular hurac¨¢n. Al ¨²nico lugar de Reino Unido donde el llamado backstop, la salvaguarda impuesta por la UE en la frontera con Irlanda, no es objeto de chistes por lo que tiene de jerga pol¨ªtica, ni un arma arrojadiza entre partidarios y contrarios del Brexit. Donde es una cuesti¨®n casi de vida o muerte. Un seguro para no regresar a los a?os de violencia terrorista. Irlanda del Norte. "El Gobierno brit¨¢nico no permitir¨¢ que regresen las fronteras del pasado. Yo no lo permitir¨¦", ha asegurado este martes May en Belfast. La primera ministra conservadora busca desesperadamente la complicidad de los norirlandeses para que los "cambios" que exige a la UE sean suficientes para salvar en la C¨¢mara de los Comunes el Acuerdo de Retirada.
May se reunir¨¢ el pr¨®ximo jueves con el presidente de la Comisi¨®n Europea, Jean Claude Juncker. Acudir¨¢ con un claro mandato parlamentario. Una mayor¨ªa de diputados respald¨® la semana pasada una moci¨®n que exig¨ªa eliminar del acuerdo la salvaguarda irlandesa y buscar "soluciones alternativas". En contra de la que hab¨ªa sido hasta ese momento su l¨ªnea oficial ¡ª"es el mejor acuerdo y no es posible negociar nada m¨¢s"¡ª, la primera ministra se situ¨® en primera l¨ªnea y respald¨® la propuesta. Bajo su propia l¨®gica, pens¨® que era el modo dejar claro a Bruselas que era posible aprobar un acuerdo del Brexit en Westminster si los l¨ªderes comunitarios ced¨ªan en la cuesti¨®n del backstop (salvaguarda). La moci¨®n desat¨® el entusiasmo de los euroesc¨¦pticos, y por primera vez en muchos meses, un extra?o cierre de filas en torno a May. Enseguida lleg¨® el ba?o de realidad. La UE dej¨® clara su negativa a reabrir el acuerdo. Y el ala dura de su partido advirti¨® de que, esta vez, no le valdr¨ªan meras componendas.
"Yo no estoy proponiendo convencer a la gente de que acepte un acuerdo que no contenga en el futuro esa p¨®liza de seguridad", ha admitido May ante los empresarios norirlandeses que respaldaron el backstop?acordado por el Gobierno y que hoy se sienten enga?ados y frustrados. Esa "p¨®liza de seguridad" no solo evitar¨ªa, llegado el Brexit, que se estableciera una nueva frontera f¨ªsica entre las dos Irlandas y se pusiera en peligro la paz y estabilidad alcanzada en 1998 con los Acuerdos de Viernes Santo. Desde entonces, a pesar de todos los problemas, se ha logrado que los habitantes de Irlanda del Norte convivan sin renunciar a sentirse irlandeses, brit¨¢nicos o ambas cosas. Y sobre todo, sin nada que les recuerde que la separaci¨®n existe. Permite adem¨¢s un intercambio comercial fluido, dentro del mercado interior de la UE, al que los norirlandeses no quieren renunciar. Un 55'8% de ellos votaron a favor de la permanencia en el refer¨¦ndum de 2016. As¨ª que May no pretende convencer a Bruselas de que elimine el backstop. Tan solo quiere convencerles al menos de una de las tres opciones alternativas que hoy se manejan. La primera ¡ªcontroles aduaneros digitales y en origen de las mercanc¨ªas antes incluso que salgan de f¨¢brica¡ª no es viable. Por mucho que se empe?en los euroesc¨¦pticos, la Uni¨®n Europea afirma que no existe a¨²n ese tipo de tecnolog¨ªa. Las dos restantes son m¨¢s realistas. Consistir¨ªan en lograr de Bruselas la garant¨ªa legal (no una mera carta o declaraci¨®n) de que la salvaguarda irlandesa tendr¨¢ un tiempo limitado o de que el Parlamento de Reino Unido podr¨¢ rescindirla unilateralmente. Porque para no desgajar Irlanda del Norte del resto del pa¨ªs, May logr¨® que la UE aceptara que Reino Unido permanecer¨ªa dentro de la uni¨®n aduanera el tiempo necesario hasta negociar una nueva relaci¨®n entre los dos bloques que diera con una soluci¨®n al problema. Y los euroesc¨¦pticos han visto en este remedio una trampa, un horizonte sin final en el que Reino Unido tendr¨¢ las manos atadas para negociar acuerdos comerciales con terceros pa¨ªses.
As¨ª que, para intentar convencer a los suyos, May ha decidido empezar por convencer a los unionistas norirlandeses del DUP, que con sus diez diputados sostienen su mayor¨ªa parlamentaria. Camuflada bajo su habitual ret¨®rica de dureza ¡ª"El mandato del Parlamento es reemplazar el backstop, el actual backstop. Es algo t¨®xico para los que vivimos en Irlanda del Norte"¡ª, la l¨ªder del DUP, Arlene Foster, ha tendido una mano este martes a May. En declaraciones a la BBC, Foster ha asegurado que no quer¨ªa enredarse "en cuestiones de sem¨¢ntica", al preguntarle si exig¨ªa eliminar por completo la salvaguarda del acuerdo o si le bastaba con garant¨ªas legales sobre su temporalidad. Y sobre todo, se ha sumado a los que a toda costa desean evitar un Brexit sin acuerdo. Theresa May conf¨ªa en que, esta vez, la sem¨¢ntica sea suficiente para sacar adelante su plan del Brexit.
La primera ministra ha demostrado en los dos ¨²ltimos a?os su perseverancia y su capacidad de supervivencia, pero tambi¨¦n su extra?a tendencia a aferrarse a soluciones de corto plazo que acaban convirti¨¦ndose en graves obst¨¢culos al final del camino. Para prolongar durante unos d¨ªas la fr¨¢gil unidad de su partido, May ha dado alas y cobertura oficial a unas reuniones paralelas del denominado ¡°grupo de trabajo para las soluciones alternativas¡±. Liderado por su ministro para el Brexit, Steve Barclay, y en el que se incluyen diputados conservadores euroesc¨¦pticos y partidarios de la permanencia en la UE, trabaja a toda m¨¢quina en busca de alternativas tecnol¨®gicas a los controles f¨ªsicos de aduanas. Esas mismas alternativas que la propia May admiti¨® en su d¨ªa que todav¨ªa no existen y que la UE ha descartado. Los euroesc¨¦pticos ¡ªque tienen pesos pesados dentro del grupo, como el diputado Steven Baker¡ªconsideran este grupo su gran victoria, y no parece que vayan a encajar de buen grado que sus conclusiones se convirtieran en papel mojado.
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