M¨¢s sombras que luces

Pasan las horas y el mundo espera un desenlace en Venezuela, luego de casi 20 d¨ªas con dos presidentes. Hay mayor¨ªa en Occidente en torno al reconocimiento del presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaid¨®, como mandatario interino para conducir a una transici¨®n. Solo Rusia, China, Cuba, Bolivia se apartan, junto a algunos de los que tienen una pretensi¨®n mediadora. Y sin embargo un n¨²mero no menor de ciudadanos apoya a Nicol¨¢s Maduro, especialmente con el respaldo de los militares que han engrosado los bolsillos durante su r¨¦gimen y, con el arma al cinto, preocupa que no accedan a los beneficios ofrecidos para abandonar a su suerte al sucesor de Hugo Ch¨¢vez.

Los militares son hoy en Venezuela due?os de los cargos, due?os del esquema de empresas en la zona econ¨®mica especial y due?os de los il¨ªcitos, especialmente. Son los encargados de la represi¨®n y sin embargo se constituyen en esperanza para muchos.

Los escenarios no parecen estar claros ni adentro ni afuera. Ni siquiera en el exterior hay consenso sobre los caminos para solucionar la bicefalia en Venezuela. La ayuda humanitaria se ha convertido en un pulso que muestra la cara m¨¢s clara de la realidad pol¨ªtica venezolana. Mientras Guaid¨® pide que dejen entrar la ayuda para abastecer a la poblaci¨®n y, obviamente, para medir qu¨¦ tan cohesionada est¨¢ la unidad de mando de esos m¨¢s de 200 generales, Maduro ha demostrado nuevamente que, por m¨¢s presi¨®n internacional, ¨¦l sigue controlando todos los poderes en Venezuela.

Ha bloqueado la entrada de la ayuda humanitaria con camiones y tanques mientras las medicinas y alimentos quedan guardados en una tienda de acopio establecida en el puente Internacional de Tienditas, en la frontera colombo ¨Cvenezolana en la zona de C¨²cuta. Maduro recurre al discurso de la no intervenci¨®n, para seguir defendiendo su permanencia en el poder. Sabe que le funciona. No en vano han pasado 20 a?os de la revoluci¨®n bolivariana sostenida, como ya se ha dicho, por la acumulaci¨®n del dinero y el poder en manos de los militares y con una oposici¨®n con tendencia a la atomizaci¨®n a pesar de sus presos pol¨ªticos.

Es perverso, pero la ayuda humanitaria es hoy una herramienta de medici¨®n de poder entre Guaid¨® y la comunidad internacional y Maduro, que juega con el tiempo a su favor. Bien lo planteaba hace unos d¨ªas la acad¨¦mica Sandra Borda: ¡°La profundizaci¨®n de la crisis humanitaria puede poner a la sociedad no en contra del r¨¦gimen, sino de aquellos que imponen las sanciones¡±.

Entre los escenarios posibles, el m¨¢s deseable, el del di¨¢logo, parecer¨ªa el menos probable. Uruguay y M¨¦xico con el apoyo de Uni¨®n Europea entienden que la ¨²nica forma de evitar una guerra interna entre colectivos armados y otras milicias y encontrar la f¨®rmula de una transici¨®n es buscando una salida a Maduro. Sin embargo, el llamado Grupo de Contacto no tiene credibilidad para la oposici¨®n venezolana, pues esta no acepta ning¨²n di¨¢logo con Maduro en la medida en que no cree en el cumplimiento que ¨¦ste le dar¨ªa a posibles acuerdos como los que plantea el mecanismo de Montevideo.

El posible escenario de una mediaci¨®n papal, pedida por Maduro, ha sido tambi¨¦n vista como una jugada de manejo de tiempos, pero si a esa se le suma que los militares acepten la posibilidad de amnist¨ªa ofrecida por Guaid¨® y que en la estrategia geopol¨ªtica se involucre a Cuba, aceptando la oposici¨®n un gobierno de transici¨®n y luego el llamado a elecciones, estar¨ªamos llegando una alternativa por lo m¨¢s promisoria.

De no lograrse una salida pronta, el escenario de los que irresponsablemente apuestan a la intervenci¨®n militar v¨ªa Trump por la frontera colombiana, deber¨ªan revisar la historia y las consecuencias de cualquier intervenci¨®n en Am¨¦rica Latina, para no irnos hasta Irak. Muy grave que el propio Guaid¨® diga que no descarta autorizar que Estados Unidos intervenga, de ser necesario. Peor que funcionarios del presidente Iv¨¢n Duque sean ambiguos frente al tema. La reuni¨®n Iv¨¢n Duque ¨C Donald Trump el pr¨®ximo mi¨¦rcoles 13 de febrero en Washington debe dejar al menos claros cu¨¢les son los planteamientos pues en un escenario de guerra el mayor afectado es Colombia y la recuperaci¨®n de Venezuela, un imposible.