Guaid¨® fija los plazos de entrega de ayuda humanitaria para mantener viva la movilizaci¨®n
El presidente de la Asamblea Nacional reta a Maduro y anuncia que los env¨ªos entrar¨¢n en Venezuela "s¨ª o s¨ª" el 23 de febrero
Juan Guaid¨® intenta mantener viva la movilizaci¨®n ciudadana en Venezuela ante el riesgo de que el pulso con el chavismo entre en un callej¨®n sin salida. Han pasado tres semanas desde que el pol¨ªtico lanzara su desaf¨ªo a Nicol¨¢s Maduro al jurar como presidente interino. Desde entonces, ha puesto en marcha un proceso de transici¨®n que pretende culminar con la celebraci¨®n de elecciones. La llegada de la ayuda humanitaria es un paso decisivo para demostrar que su plan sigue adelante. Consciente de ello, Guaid¨® asegur¨® este martes, durante una nueva jornada de marchas multitudinarias, que el d¨ªa elegido para su ingreso es el 23 de febrero.
"A pesar de la dificultad y de que atravesamos la crisis m¨¢s profunda, no nos rendimos", manifest¨® el tambi¨¦n presidente de la Asamblea Nacional al fotografiarse con decenas de miles de personas a sus espaldas en la avenida Francisco de Miranda de Caracas. Guaid¨® cuenta con el reconocimiento y el apoyo de decenas de Gobiernos extranjeros encabezados por la Administraci¨®n de Donald Trump, y las fuerzas cr¨ªticas con el chavismo est¨¢n convencidas de que con esa presi¨®n, pol¨ªtica y econ¨®mica, lograr¨¢n la salida de Maduro del poder.
Sin embargo, el r¨¦gimen ha logrado resistir en varias ocasiones las iniciativas opositoras, incluidas largas olas de protestas como ocurri¨® en 2017, y uno de los objetivos de Guaid¨® y su equipo consiste ahora en evitar que decaiga el entusiasmo. Por eso, su plan, que pese al respaldo internacional no puede concretarse a cort¨ªsimo plazo, busca fijar un calendario de hitos. Tras su proclamaci¨®n, el pasado 23 de enero, hubo una jornada de paros parciales;?una exhibici¨®n multitudinaria de fortaleza durante las protestas de hace diez d¨ªas. Tambi¨¦n anuncios de distinta ¨ªndole, encuentros con simpatizantes y colectivos sociales, acercamientos a los militares y al chavismo cr¨ªtico. El pol¨ªtico dio varios m¨ªtines y activ¨® el programa de recepci¨®n de ayuda humanitaria. No fue suficiente. Para un proyecto de estas caracter¨ªsticas, que pretende hacer mella en los engranajes del Estado y de las fuerzas armadas, que la complicidad social sea masiva y que quede reflejada en la calle.
La disputa central consiste ahora en la entrada de medicinas y alimentos a trav¨¦s de la frontera con Colombia. Desde hace casi una semana, los primeros cargamentos enviados por la agencia de cooperaci¨®n estadounidense, USAID, se encuentran en la ciudad de C¨²cuta, principal paso fronterizo entre los dos pa¨ªses. No obstante, Maduro y el oficialismo rechazan de plano la posibilidad de que ingresen porque supondr¨ªa un reconocimiento impl¨ªcito del fracaso de su gesti¨®n y lo que califican de ¡°intervenci¨®n¡± de Washington.
Para ganar esa batalla y aumentar la presi¨®n sobre los militares, Guaid¨® decidi¨® fijar unos plazos e implicar a la poblaci¨®n a trav¨¦s de unas redes de voluntarios que, seg¨²n afirm¨®, ya cuentan con 250.000 inscritos. ¡°Este s¨¢bado, todos los que est¨¢n registrados en el voluntariado van a recibir informaci¨®n de un cabildo (una asamblea vecinal) para organizar el proceso de ingreso de la ayuda humanitaria¡±, avanz¨®. ¡°Para que ingrese la ayuda humanitaria necesitamos organizaci¨®n y movilizaci¨®n. Este domingo tendremos campamentos humanitarios itinerantes. Todo lo que estamos haciendo es para evitar que sigamos viendo a venezolanos sufrir. Ya basta. Es momento de ayudar¡±.
¡°Tendremos que ir en caravanas, en protestas, en organizaci¨®n, en acompa?amiento¡±, continu¨® el presidente del Parlamento. Se trata, en definitiva, de preparar el terreno para un pulso que se plantea como decisivo. ¡°Anunciamos que el 23 de febrero ser¨¢ el d¨ªa para que ingrese la ayuda humanitaria en Venezuela¡±, enfatiz¨® Guaid¨® antes de lanzar el guante al oficialismo: "La ayuda humanitaria va a entrar s¨ª o s¨ª". El pol¨ªtico explic¨® que el pr¨®ximo centro de acopio se instalar¨¢ en Roraima, cerca de la frontera brasile?a, y volvi¨® a insistir en la importancia de la colaboraci¨®n de las fuerzas armadas: ¡°Generales, coroneles, mayores, tenientes... Esta orden es para ustedes: permitan que ingrese la ayuda humanitaria. De una vez y por todas que cese la represi¨®n¡±. A pesar del cariz de este tipo de instrucciones, la oposici¨®n venezolana niega que est¨¦ tratando de politizar esta emergencia. ¡°Son las vidas de 300.000 venezolanos las que est¨¢n en riesgo¡±, record¨® el presidente interino reconocido por el Parlamento.?
El fantasma de la guerra
Guaid¨® ya mostr¨®, en realidad, el lunes un cargamento de suplementos nutricionales para ni?os y embarazadas, el primero que llega a Caracas. Sin embargo, nadie aclar¨® su procedencia, puesto que la frontera colombiana se encuentra en estos momentos blindada ante cualquier env¨ªo. Su contenido: 85.000 dosis de micronutrientes en polvo para beb¨¦s y 4.500 sobres para madres a punto de dar a luz fueron entregados a organizaciones humanitarias vinculadas a la Iglesia.
Con estas premisas, es posible que en los pr¨®ximos d¨ªas aumente la tensi¨®n en algunas zonas fronterizas. El oficialismo agita el fantasma de una guerra. "Quiero la paz para Venezuela, todos queremos la paz para Venezuela, que los tambores de guerra se alejen, que las amenazas de invasi¨®n militar se alejen y Venezuela diga queremos paz, queremos felicidad", mantuvo Maduro.
El n¨²mero dos del chavismo, Diosdado Cabello, clam¨® desde el Estado de T¨¢chira contra esos env¨ªos porque, en su opini¨®n, esconden una operaci¨®n militar de Estados Unidos. ¡°Hoy han amenazado que lo van a utilizar para meter tropas escondidas tras la supuesta ayuda humanitaria¡±, lleg¨® a decir. Guaid¨® considera inveros¨ªmil la opci¨®n de un enfrentamiento por el escaso o casi nulo apoyo popular del r¨¦gimen. ¡°?Qui¨¦n estar¨ªa dispuesto a inmolarse, a ir a la guerra por una persona que no protege a nadie?¡±, se pregunt¨® en referencia a Maduro. ¡°Esta amenaza de falsa guerra es para intimidar¡±.
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