No se distraigan con el Brexit: ojo al cintur¨®n explosivo alrededor de Europa
La UE afronta el grave reto de encarar con cohesi¨®n y eficacia los conflictos en el Sahel y Libia, la revoluci¨®n argelina, el golpe en Sud¨¢n, el malestar en los Balcanes y un complicado trance pol¨ªtico en Ucrania
Mientras el flanco noroccidental ¨CBrexit- casi monopoliza las miradas de la UE desde hace tres a?os, las nubes se adensan oscuras en sus flancos Sur y Este. El persistente conflicto en el Sahel, la renovada belicosidad en Libia, la revoluci¨®n argelina de incierto futuro y el golpe en Sud¨¢n conforman un escenario explosivo en el Sur. En el Este, m¨²ltiples y prolongadas protestas muestran el descontento de los ciudadanos balc¨¢nicos, mientras Ucrania afronta un trance pol¨ªtico lleno de inc¨®gnitas con la posible victoria de un c¨®mico en las presidenciales. La UE no tiene varitas m¨¢gicas ante este escenario turbulento y gr¨¢vido de consecuencias, pero s¨ª capacidad de influencia en su vecindario. Esta se potencia con ideas claras y unidad. Desafortunadamente, en varios frentes se notan titubeos o divisi¨®n. A continuaci¨®n, una sint¨¦tica radiograf¨ªa.
FLANCO SUR
Libia. La escalada b¨¦lica en Libia vuelve a poner el foco en la divisi¨®n en el seno de la UE en este dossier. Italia y Francia llevan a?os sumidas en una abierta competencia para liderar la gesti¨®n de la crisis. Ambas tienen intereses petroleros en Libia. Roma, antigua metr¨®polis colonial, ha apostado por el respaldo al Gobierno instalado en Tr¨ªpoli y concentra sus intereses en la cuesti¨®n migratoria y en la regi¨®n tripolitana. Italia ha sellado opacos acuerdos bilaterales para lograr frenar el flujo migratorio. Sin llegar a romper nunca con la posici¨®n com¨²n europea, Par¨ªs ha cultivado, en cambio, una fluida relaci¨®n con el general Hafter al mando en el este del pa¨ªs. Francia observa con mucho inter¨¦s la regi¨®n oriental de Cirenaica y la de Fezzan, en el suroeste, por su relevancia en el cuadro estrat¨¦gico de la colindante regi¨®n del Sahel, donde Par¨ªs tiene una operaci¨®n militar antiterrorista desplegada desde 2013. En este frente la UE ha sido ineficaz, y sus fricciones internas son patentes incluso en estas dram¨¢ticas horas, como ha demostrado la complicada gestaci¨®n de un simple comunicado com¨²n sobre la ofensiva de Hafter.
Sahel. Esta regi¨®n es fuente de inquietud para Europa. Los m¨²ltiples conflictos sobrepuestos, de car¨¢cter terrorista o tribal, causan terribles da?os a los civiles y provocan grandes movimientos poblacionales. En lugar de amainar, parecen cobrar intensidad. Seg¨²n los datos del centro de investigaci¨®n The Armed Conflict Location & Event Data (ACLED), en la regi¨®n fueron asesinadas entre noviembre de 2018 y marzo de este a?o 4.776 personas, un 46% m¨¢s que en el mismo periodo del a?o anterior. La ONU estima que solo en Mal¨ª hay 260.000 desplazados internos y tres millones de personas necesitadas de asistencia. Francia mantiene unos 4.500 militares desplegados en la zona, y cuenta con el apoyo log¨ªstico de Alemania, Reino Unido y Espa?a. Pero este es muy limitado. En este apartado, la UE ha incrementado paulatinamente su implicaci¨®n, contribuye a impulsar el desarrollo de los marcos legales e institucionales de los pa¨ªses de la regi¨®n? y ha profundizado su presencia pol¨ªtica y diplom¨¢tica. Pero claramente est¨¢ lejos de propiciar soluciones eficaces ydefinitivas.
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Argelia y Sud¨¢n. Los terremotos pol¨ªticos en estos dos pa¨ªses son se¨ªsmos de primera magnitud por el tama?o y la relevancia estrat¨¦gica de ambos. En estos novedosos frentes, la UE tiene el gran reto de articular con rapidez posiciones comunes que, sin injerencias, propicien transiciones pac¨ªficas hacia horizontes democr¨¢ticos.
FLANCO ESTE
Balcanes. La UE tambi¨¦n deber¨ªa observar con atenci¨®n las m¨²ltiples y persistentes protestas que han agitado varios pa¨ªses de la tierra de la sangre y la miel. Se trata obviamente de un desaf¨ªo mucho menos intenso y explosivo del que presenta el flanco sur, pero no por ello despreciable. Las protestas, igual que el constante goteo migratorio, reflejan la honda insatisfacci¨®n de muchos eslavos del sur ante las situaciones pol¨ªtico/econ¨®micas en las que viven. La UE se mantiene sustancialmente unida en una posici¨®n que busca amarrar estos pa¨ªses a su ¨®rbita, ralentizando sin embargo todo lo posible su entrada en el club. La fatiga de ampliaci¨®n es bastante generalizada entre los Veintisiete. Sin embargo, detr¨¢s de esa posici¨®n com¨²n, hay diferentes sensibilidades, con Berl¨ªn aparentemente m¨¢s propensa a privilegiar el inter¨¦s estrat¨¦gico en cuanto estos pa¨ªses alcancen est¨¢ndares aceptables, y otros pa¨ªses que se muestran m¨¢s consistentemente fr¨ªos y reacios a ello, entre ellos Francia y Holanda. La UE debe cuidar bien sus pasos para que no se vaya alimentando una bolsa de frustraci¨®n y resentimiento en la panza balc¨¢nica fuera de su per¨ªmetro, que agrupa ahora a seis pa¨ªses y unos 18 millones de habitantes.
Ucrania. La crisis ucrania anda camino de convertirse en otro conflicto congelado que se enquista como un tumor en el espacio post-sovi¨¦tico a las puertas de la UE. Pero no es sabio descartar rebrotes. El c¨®mico Volodymyr Zelenskiy, una inc¨®gnita pol¨ªtica absoluta, tiene claras posibilidades de ganar la presidencia en la segunda ronda de elecciones prevista para el 21 de abril. Zelenskiy viaj¨® este viernes a Par¨ªs precisamente para intentar a darse a conocer mejor y explicar sus planes. Su contrincante, el presidente saliente Petro Poroshenko, tambi¨¦n est¨¢ de gira en Europa. As¨ª que por un lado puede haber un viraje poco previsible en Kiev. Por el otro, un Vlad¨ªmir Putin te¨®ricamente en su ¨²ltimo mandato con menguantes ¨ªndices de popularidad en Mosc¨² completa un escenario que aconseja no descartar nada. Recientes incidentes en el Mar Negro subrayan la volatilidad. En todo este dossier, la UE s¨ª ha mantenido una apreciable unidad a lo largo de los a?os, con cohesi¨®n en materia de sanciones a Mosc¨² que sin duda han sido un factor de contenci¨®n. Pero el riesgo de fractura es elevado. Italia, en primer lugar, y otros, anhelan salir de la l¨®gica de las sanciones a Rusia.
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