Espa?a pide a la UE que reconsidere la negociaci¨®n comercial con EE UU por las sanciones a Cuba
El Gobierno considera que Bruselas est¨¢ obligada a reaccionar a la medida anunciada por Donald Trump
Las negociaciones en ciernes entre la UE y EE UU para evitar una guerra comercial transatl¨¢ntica podr¨ªan frustrarse a¨²n antes de comenzar como consecuencia del impacto en empresas espa?olas de las sanciones aprobadas este mi¨¦rcoles por Trump contra Cuba. Espa?a exigi¨® este lunes por escrito, en una declaraci¨®n a la que ha tenido acceso EL PA?S, que la UE tome en cuenta la imposici¨®n por parte de Washington de medidas extraterritoriales como las que desde hoy amenazan a los intereses espa?oles en la isla caribe?a. Espa?a cree que son incompatibles con el esp¨ªritu de las negociaciones comerciales y que Bruselas est¨¢ obligada a reaccionar en consecuencia.
Espa?a respald¨® el lunes la apertura de negociaciones para un nuevo acuerdo comercial con EE UU, aprobada por el consejo de ministros de la UE en Luxemburgo. Pero en un gesto de dureza poco frecuente, la delegaci¨®n espa?ola incorpor¨® a su voto una declaraci¨®n en la que matiza su apoyo con varias condiciones y en la que exige que Bruselas tome en cuenta la posible activaci¨®n de sanciones estadounidenses contra intereses espa?oles en Cuba.
El golpe en la mesa europea del Gobierno de Pedro S¨¢nchez, medido pero significativo, llegaba solo 48 horas antes de que el gobierno de Donald Trump haya confirmado este mi¨¦rcoles la reactivaci¨®n de las sanciones contra Cuba, que suponen una seria amenaza para las inversiones espa?oles en la isla.
El texto de la declaraci¨®n espa?ola, al que ha tenido acceso EL PA?S, advierte de que ¡°cualquier medida de ¨¢mbito extraterritorial que tenga un impacto negativo en los intereses econ¨®micos y comerciales de la UE va contra el esp¨ªritu de las negociaciones¡±. Y en consecuencia, Espa?a afirma que ¡°la UE deber¨¢ tomar en cuenta ese factor en su posici¨®n durante el proceso de negociaci¨®n¡±.
Nada m¨¢s hacerse oficiales las sanciones de Trump, el Gobierno espa?ol ha reaccionado con un comunicado en el que manifiesta "su tajante rechazo" a la decisi¨®n estadounidense. El Ejecutivo de S¨¢nchez se?ala que el castigo estadounidense "atenta contra los intereses de Espa?a y de otros socios europeos en Cuba, y deteriora las relaciones bilaterales entre pa¨ªses aliados". Una dureza que reafirma las exigencias planteadas en la declaraci¨®n del pasado lunes ante el Consejo de la UE.
Fuentes comunitarias se?alan que el valor de la declaraci¨®n espa?ola es, sobre todo, pol¨ªtico. Pero las mismas fuentes reconocen que el posible rechazo de un pa¨ªs como Espa?a a las negociaciones con EE UU supone un grave obst¨¢culo para que concluyan con ¨¦xito. Sobre todo, a?aden, porque podr¨ªa arrastrar a otros socios que ya son reticentes a las negociaciones con Washington por otros motivos.
La norma reactivada por Trump permite la reclamaci¨®n de compensaciones en los tribunales estadounidenses contra empresas de pa¨ªses terceros que hayan invertido en bienes cubanos que fueron expropiados por la revoluci¨®n castrista.
Las reclamaciones estadounidenses eran una espada de Damocles sobre las importantes inversiones espa?oles en el sector hotelero de la isla desde hace 22 a?os. Pero los sucesivos inquilinos de la Casa Blanca hab¨ªan congelado su aplicaci¨®n, en gran parte para no generar un enfrentamiento con Bruselas. Trump ha puesto el fin a la tregua. La Comisi¨®n Europea ya ha advertido a Washington por escrito de que responder¨¢ con todos los instrumentos a su alcance para evitar el da?o a empresas europeas por una medida que Bruselas considera contraria al derecho internacional.
La ofensiva de Trump contra Cuba llega en un momento muy delicado, porque Bruselas y Washington est¨¢n a punto de comenzar las negociaciones para evitar una guerra de aranceles que podr¨ªa da?ar gravemente el comercio transatl¨¢ntico, la mayor ¨¢rea comercial del mundo. Alemania, en particular, teme un terrible golpe a las exportaciones del sector del autom¨®vil, amenazadas desde hace meses por Trump.
El presidente de la Comisi¨®n Europea, Jean-Claude Juncker, logr¨® en julio pasado calmar a Trump con la promesa de un incremento de las importaciones hacia Europa de productos estadounidenses como la soja o el gas, y con el compromiso de iniciar los contactos para una rebaja bilateral de los aranceles industriales.
El mandato europeo para iniciar los contactos se inici¨® con el voto en contra de Francia, que se niega a negociar con un pa¨ªs que se ha salido del acuerdo de Par¨ªs sobre el clima, y con la abstenci¨®n de B¨¦lgica, que teme el veto de alguno de sus parlamentos al posible pacto final con Washington.
Otros socios, aunque aceptan la apertura de negociaciones con EE UU, dudan de que sea posible, o siquiera conveniente, llegar a acuerdos con un pa¨ªs que se permite imponer medidas unilaterales como los aranceles al acero y al aluminio o los temidos aranceles al autom¨®vil. "Trump siempre te coloca una pistola sobre la sien antes de negociar", lamenta, sin disimular la frustraci¨®n, una fuente de la Comisi¨®n Europea. En el caso de Europa, el presidente ha golpeado con todo un arsenal.
La declaraci¨®n espa?ola presentada al hilo del mandato europeo se hace eco de todas esas inquietudes, en un claro gui?o a posibles aliados para frenar o abortar, llegado el caso, la negociaci¨®n con Washington.
El texto pide que se suspendan las negociaciones de manera inmediata si Trump adopta nuevos castigos arancelarios al margen de las normas de la Organizaci¨®n Mundial del Comercio (OMC). Espa?a tambi¨¦n pide que se solucione de manera inmediata el conflicto de los aranceles estadounidenses al acero y al aluminio. Y a?ade que las medidas extraterritoriales, como las de Cuba, son contrarias al esp¨ªritu del proceso de negociaci¨®n.
Por ¨²ltimo, Espa?a aboga por supeditar la firma de cualquier acuerdo comercial con EE UU a la verificaci¨®n del cumplimiento de los compromisos que hab¨ªa adquirido en el protocolo de Par¨ªs contra el cambio clim¨¢tico. Un serial de condiciones que pueden acabar con el acuerdo de la UE y EE UU antes de que las dos partes se sienten por primera vez a la mesa de negociaci¨®n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.