Hong Kong mantiene el pulso a su Gobierno por la ley de extradici¨®n
Miles de manifestantes han vuelto a concentrarse ante el Parlamento aut¨®nomo, horas antes de que los legisladores retomen la tramitaci¨®n del proyecto de ley
¡°Carrie Lam, la jefa del Ejecutivo hongkon¨¦s, tiene m¨¢s miedo de Pek¨ªn que de sus ciudadanos¡±, se lamenta Nathalie, dise?adora de 24 a?os. Con sus amigos, y otros miles de personas, ha desafiado la lluvia para manifestarse durante la noche en los jardines en torno a la sede del Parlamento aut¨®nomo. La idea es evitar que este mi¨¦rcoles pueda celebrarse la segunda lectura del odiado proyecto de ley de extradici¨®n, que por primera vez permitir¨ªa enviar fugitivos desde Hong Kong a China. Una medida contra la que se manifestaron un mill¨®n de personas el pasado domingo seg¨²n los organizadores, 240.000 seg¨²n la Polic¨ªa, pero que la ministra jefe insiste en sacar adelante lo antes posible.
Nathalie no se siente optimista, reconoce. Que el Ejecutivo aut¨®nomo siga adelante con los planes, aunque uno de cada siete hongkoneses se echara a la calle el domingo, ha sido un varapalo. ¡°Pero al menos tenemos que intentarlo. Tenemos que luchar por la libertad, y demostrar que no aceptamos esta imposici¨®n¡±, afirma, se?alando con un gesto circular la bah¨ªa al pie de los jardines.
El ambiente, cerca de la medianoche, era de calma y casi festivo, pese a las vallas y la fuerte presencia policial. Un grupo de j¨®venes cristianos canta aleluyas. Otros reparten rosas y margaritas de color blanco: ¡°Es para mostrar que somos pac¨ªficos, que solo queremos hacernos o¨ªr¡±, sonr¨ªe Joycee, una de las voluntarias.
El centro de Hong Kong estaba repleto de polic¨ªas. De uniforme, en indumentaria antidisturbios, de paisano. Seg¨²n el diario South China Morning Post, cerca de 5.000, de los 30.000 que componen la fuerza hongkonesa, han quedado movilizados para evitar incidentes en las sesiones de debate del proyecto de ley, o en las protestas convocadas fuera del parlamento. En las cercan¨ªas del legislativo inspeccionan minuciosamente cada veh¨ªculo; en otros puntos, piden la documentaci¨®n. Varios j¨®venes han tenido que someter sus bolsas a registros.
?Un frente m¨¢s en las tensiones China-EE UU?
Para el mi¨¦rcoles, adem¨¢s de las manifestaciones, varias organizaciones ciudadanas han convocado una huelga, a la que ya han anunciado que se adherir¨¢n al menos dos millares de negocios, la mayor¨ªa de peque?o tama?o. Un paso ins¨®lito en una ciudad que lleva en las venas el af¨¢n de lucro. Otras firmas de mayores dimensiones, entre ellos varios bufetes de abogados, han anunciado que dejar¨¢n libertad a sus empleados para que, si lo desean, se sumen a las protestas. El sindicato de conductores de autob¨²s ha pedido a sus miembros que trabajen este mi¨¦rcoles ¡°con seguridad¡± y circulen a velocidad reducida.
En juego est¨¢, afirman los manifestantes, el principio de ¡°un pa¨ªs, dos sistemas¡±, que otorga al territorio aut¨®nomo derechos y libertades desconocidos en la China continental y que el Gobierno central prometi¨® respetar durante 50 a?os en 1997, cuando el Reino Unido devolvi¨® la excolonia a la soberan¨ªa china. Pero desde entonces, afirman, China ha ido aumentando su interferencia en la gesti¨®n del territorio. Y si ¡°un pa¨ªs, dos sistemas¡± se diluye -sospechan-, tambi¨¦n se diluir¨¢ la identidad hongkonesa.
Con la nueva ley de extradici¨®n, temen los opositores, Pek¨ªn puede reclamar a cualquiera que considere cr¨ªtico, aduciendo cualquier excusa. Ponen como ejemplo el secuestro a manos de las fuerzas de seguridad chinas en 2015 de cinco libreros que publicaban obras que Pek¨ªn consideraba ofensivas, y que acabaron del otro lado de la frontera bajo custodia de las autoridades de la Rep¨²blica Popular. Preocupa tambi¨¦n la situaci¨®n que podr¨ªa afrontar un extraditado en un sistema legal opaco, donde persiste la tortura aunque est¨¦ prohibida sobre el papel, se dan casos de confesiones forzosas y la ley permite retener a un sospechoso sin acceso a un abogado y en paradero desconocido durante seis meses.
El Ejecutivo de Lam replica que ya ha modificado el proyecto de ley en dos ocasiones y que, para extraditar a los sospechosos que reclame China, exigir¨¢ garant¨ªas a ese pa¨ªs; la solicitud no podr¨¢ tener motivaciones pol¨ªticas ni religiosas, e incluso si los tribunales autorizan la entrega, el Gobierno tendr¨¢ la ¨²ltima palabra. La ministra jefa ha dejado claro que no piensa ceder ante los ciudadanos. Seg¨²n asegura el Gobierno, el departamento de Seguridad P¨²blica considera urgente la aprobaci¨®n. Tanto, que el presidente del legislativo aut¨®nomo, Andrew Leung, ha anunciado que limitar¨¢ el tiempo de debate a 61 horas, lo que abre la puerta a que la votaci¨®n final y la aprobaci¨®n definitiva -el Gobierno cuenta con el apoyo de la mayor¨ªa parlamentaria- pudiera ocurrir ya el jueves 20.
¡°Si los tribunales dicen que no, ?China aceptar¨¢ humildemente la decisi¨®n o arremeter¨¢ contra nuestras cortes? La jefa del Ejecutivo responde ante Pek¨ªn, ?va a denegar la entrega, pudiendo alegar que los tribunales ya han dado el visto bueno? Son interrogantes muy reales que preocupan, literalmente, a un mill¨®n de personas en Hong Kong. Si el Gobierno fuera sincero al escuchar a los ciudadanos, deber¨ªa como m¨ªnimo parar la tramitaci¨®n de la ley y dejar m¨¢s tiempo para consultar al p¨²blico¡±, afirmaba el martes en un simposio celebrado en la Universidad de Hong Kong el jurista y catedr¨¢tico de esta instituci¨®n Johannes Chan.
¡°Escuchar a los ciudadanos no va a perjudicar la autoridad del Gobierno. Al contrario, adoptar esta actitud de ¡®yo s¨¦ mejor lo que conviene¡¯ roza el Gobierno dictatorial¡±, sosten¨ªa Chan. La propia di¨®cesis cat¨®lica de Hong Kong ha lanzado tambi¨¦n un llamamiento a no aprobar ¡°apresuradamente¡± el proyecto de ley.
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