Las protestas en Hong Kong obligan a Pek¨ªn a jugar a la defensiva
Los manifestantes han continuado este lunes sus concentraciones para exigir la dimisi¨®n de la jefa del gobierno aut¨®nomo, Carrie Lam
La presi¨®n contin¨²a sobre Carrie Lam, un d¨ªa despu¨¦s de la gigantesca marcha en la que, seg¨²n los organizadores, casi dos millones de personas -337.000. seg¨²n la Polic¨ªa- reclamaron la dimisi¨®n de la jefa del Gobierno de Hong Kong. Este lunes, varios miles de j¨®venes manifestantes se concentraron frente a la sede gubernamental entre gritos de ¡°?habla con nosotros!¡± y ¡°?Lam, dimisi¨®n!¡±. Y aunque Pek¨ªn le haya subrayado en p¨²blico su apoyo, la posici¨®n de Lam ha quedado muy debilitada a los ojos del Gobierno central: su manejo de la situaci¨®n ha dejado en evidencia las suspicacias de la antigua colonia brit¨¢nica hacia la China continental y ha obligado al Ejecutivo de Xi Jinping a jugar a la defensiva.
De momento, el ejecutivo aut¨®nomo -y Pek¨ªn, por ende, detr¨¢s- va de concesi¨®n en concesi¨®n. Algo ins¨®lito para el Gobierno central chino. Si el s¨¢bado Lam anunciaba la suspensi¨®n sine die del proyecto de ley de extradici¨®n, origen de las protestas y que por primera vez hubiera permitido entregar sospechosos a China, el domingo la ministra jefe de Hong Kong ofrec¨ªa disculpas por los ¡°errores¡± de su Gobierno.
Este lunes, en una rueda de prensa, la polic¨ªa de Hong Kong ced¨ªa a una de las principales demandas de los manifestantes: dejar¨¢ de considerar como ¡°disturbios¡± la sentada de decenas de miles de estudiantes del mi¨¦rcoles pasado, disuelta por la fuerza y que dej¨® 81 heridos y una treintena de detenidos. Calificarla de ¡°disturbios¡± puede suponer hasta diez a?os de c¨¢rcel para quienes hayan participado en ella. Solo cinco detenidos, los que seg¨²n la polic¨ªa atacaron directamente a agentes, quedar¨¢n acusados de este delito.
Es una serie de pasos atr¨¢s ins¨®lita para el Gobierno aut¨®nomo o para el central. Y aunque se hayan adoptado como mal menor -seguir adelante como hasta ahora hubiera podido generar una violencia y un descontento mucho mayor-, ¡°Xi est¨¢ furioso sobre lo que ha ocurrido en Hong Kong¡±, asegura el polit¨®logo y profesor de la Universidad China de Hong Kong Willy Lam.
No es solo la p¨¦rdida de cara ante el mundo y la constataci¨®n de que el modelo chino tiene escaso atractivo en su territorio aut¨®nomo. Tambi¨¦n es el momento en que se produce, en medio de un a?o complicado para el Gobierno chino. Si una semana antes de que estallaran las protestas hongkonesas se conmemoraba el 30 aniversario de la matanza de Tiananmen, la semana pr¨®xima Xi se ver¨¢ las caras con el presidente estadounidense, Donald Trump, en Osaka (Jap¨®n), durante la cumbre del G20.
Aunque Pek¨ªn no lo ha confirmado, Washington asegura que los dos celebrar¨¢n una bilateral, clave para tratar de resolver la guerra comercial que enfrenta a los dos pa¨ªses. El secretario de Estado, Mike Pompeo, ha sostenido que la situaci¨®n en Hong Kong formar¨¢ parte de la agenda. ¡°Vemos lo que est¨¢ ocurriendo. Vemos c¨®mo la gente de Hong Kong habla sobre las cosas que le importan¡±, ha declarado. EE UU ya ha amenazado hace d¨ªas con retirar el estatus especial al territorio aut¨®nomo si la ley de extradici¨®n saliera adelante, algo que tendr¨ªa consecuencias sobre las importaciones estadounidenses que el puerto franco de Hong Kong podr¨ªa recibir.
China, que atribuye las protestas a "fuerzas extranjeras", tampoco quiere complicaciones en su periferia de cara al 1 de octubre, cuando celebrar¨¢ el 70 aniversario de la fundaci¨®n de la Rep¨²blica Popular, una efem¨¦ride a la que quiere dedicar una atenci¨®n absoluta.
Pero, sobre todo, Pek¨ªn tiene los ojos puestos en Taiw¨¢n, la isla que considera territorio propio y a la que ha ofrecido el mismo acomodo de que disfruta Hong Kong: ¡°un pa¨ªs, dos sistemas¡±, o el mantenimiento de su autonom¨ªa y libertades dentro de una ¨²nica China. Taiw¨¢n, un Estado independiente de hecho, celebrar¨¢ elecciones presidenciales en enero pr¨®ximo.
Hasta ahora, la presidenta de Taiw¨¢n, Tsai Ing-wen, que ha mantenido una pol¨ªtica de distanciamiento a China, no lograba distanciarse en las encuestas. Pero la situaci¨®n en Hong Kong ha cambiado las tornas. La campa?a electoral ha dejado de centrarse en la alica¨ªda econom¨ªa taiwanesa para hacerlo en la soberan¨ªa nacional. Tsai ha ganado con holgura las primarias de su partido, el Progresista Dem¨®crata, que se le presentaban complicadas, y parece tenerlo ahora m¨¢s f¨¢cil frente al principal partido opositor, el Kuomintang, que pese a ser m¨¢s amistoso hacia China, se ha visto obligado a condenar el principio de ¡°un pa¨ªs, dos sistemas¡±.
No es casualidad que los l¨ªderes de la oposici¨®n, y especialmente el reci¨¦n excarcelado Joshua Wong -el m¨¢s carism¨¢tico de los dirigentes estudiantiles del Movimiento de los Paraguas hace cinco a?os- hayan hecho hincapi¨¦ en usar en sus declaraciones p¨²blicas no solo el canton¨¦s y el ingl¨¦s, las dos lenguas de Hong Kong, sino tambi¨¦n el mandar¨ªn. No para dirigirse a Pek¨ªn; para dirigirse a los votantes de Taiw¨¢n.
Los acontecimientos en Hong Kong, opina el acad¨¦mico Lam, ¡°tendr¨¢n un impacto en la opini¨®n taiwanesa¡ El poder del pueblo ha funcionado en Hong Kong, ?por qu¨¦ no en Taiw¨¢n?¡±.
Pese a todo, y pese a las voces de la sociedad hongkonesa a favor de la dimisi¨®n de Lam, es complicado que Pek¨ªn deje caer a una jefa de Gobierno elegida hace dos a?os por un panel de notables hongkoneses con su aquiescencia.
¡°Los organizadores de las manifestaciones no van a cejar hasta que la ley de extradici¨®n se abandone definitivamente. La dimisi¨®n de Lam ser¨¢ m¨¢s dif¨ªcil. Xi ha perdido la confianza en su capacidad, y ella se ha convertido en cabeza de turco por el enorme problema que su campa?a (en favor del proyecto de ley) ha creado. Pero no hay candidatos viables para sucederla¡±, apunta Lam, el profesor universitario. ¡°Se le permitir¨¢ un tiempo para salvar la cara, un a?o o dos quiz¨¢s. Es posible que se le permita completar su mandato, que expira a mediados de 2022. Pero no tendr¨¢ poder real. Algo que no es nada bueno para Hong Kong, que encara una etapa de incertidumbre econ¨®mica y una posible desaceleraci¨®n¡±, a?ade.
Algunos manifestantes admiten que, quiz¨¢, forzar la dimisi¨®n de la ministra jefa no sea una buena idea. ¡°Vendr¨¢ alguien que sea igual, o peor, a la hora de gobernar, porque nosotros no podemos votarle¡±, opina Emma Au, una pianista de 37 a?os en la concentraci¨®n frente a las oficinas de Lam. El sistema hongkon¨¦s de democracia indirecta no permite a los ciudadanos presentar un candidato a la jefatura de Gobierno.
Au tampoco tiene grandes esperanzas en que las manifestaciones puedan lograr todo lo que piden: la dimisi¨®n de Lam, la retirada del proyecto de ley y la promesa de que los detenidos no afrontar¨¢n cargos. Las autoridades, cree, simplemente ¡°no har¨¢n nada. Dejar¨¢n que las manifestaciones se vayan acabando por agotamiento¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.