El Parlamento brasile?o aprueba holgadamente la reforma de pensiones de Bolsonaro
La C¨¢mara baja da el visto bueno a elevar la edad de jubilaci¨®n, pero la entrada en vigor de la medida depende a¨²n de su votaci¨®n en el Senado
El Parlamento brasile?o apoy¨® en la noche del mi¨¦rcoles, con una sorprendente mayor¨ªa, la reforma de las pensiones que no logr¨® consenso en anteriores legislaturas y que aumentar¨¢ el n¨²mero de a?os de trabajo requeridos para la jubilaci¨®n. La propuesta del Gobierno de Jair Bolsonaro, cambiada en numerosos puntos por el Parlamento, necesitaba 308 votos de 513 posibles. Logr¨® 379, muy por encima de los necesarios, frente a 131 sufragios en contra. Los legisladores votar¨¢n ahora enmiendas y, despu¨¦s, el texto pasar¨¢ al Senado. Los c¨¢lculos iniciales apuntan a un ahorro superior a los 200.000 millones de d¨®lares para las arcas p¨²blicas en la pr¨®xima d¨¦cada.
La aprobaci¨®n de la reforma es una buena noticia para el presidente Jair Bolsonaro y su segundo gran triunfo en seis meses de Gobierno, tras la firma del acuerdo de libre comercio entre Mercosur -el bloque liderado por Brasil y Argentina- y la Uni¨®n Europea. El cambio del sistema de pensiones ha sido, hist¨®ricamente, un asunto complejo que nunca hab¨ªa logrado salir adelante con sus antecesores. Sin embargo, el ¨¦xito se debe m¨¢s al presidente de la C¨¢mara Baja, Rodrigo Maia, que al propio presidente, despu¨¦s de que la comisi¨®n especial encargada de este asunto alterase en buena medida el texto remitido por el Ejecutivo.
Maia,?del partido conservador Democratas, se ha enfrentado en varias ocasiones con el presidente, de corte ultraderechista. En ocasiones, incluso, ech¨¢ndole p¨²blicamente la bronca por no trabajar como deber¨ªa para la articulaci¨®n de la reforma en el Parlamento.¡°Bolsonaro necesita m¨¢s tiempo para cuidar de la reforma de las pensiones y dedicarle menos tiempo al Twitter¡±, dijo en marzo. ¡°El Gobierno m¨¢s molesta que ayuda¡±. El diputado lleg¨® a decirle a sus aliados que la reforma se aprobar¨ªa ¡°a pesar del Gobierno¡± y, muy especialmente, de Bolsonaro y de su ministro de Econom¨ªa, Paulo Guedes, se ausentaron de las negociaciones. Dec¨ªan que ahora le tocaba al Congreso. Y, as¨ª, le dejaron hacer. Una de las pocas manifestaciones del presidente en torno a este asunto ha sido a favor de la jubilaci¨®n especial de los polic¨ªas, un colectivo para el que se votar¨¢ una enmienda espec¨ªfica.
Cambios durante su tramitaci¨®n
Antes de pasar al pleno, la comisi¨®n parlamentaria hab¨ªa introducido alteraciones relacionadas con la cotizaci¨®n continua, los trabajadores rurales y la creaci¨®n de un sistema de ahorro privado, puntos considerados esenciales por el ultraliberal Guedes. La espina dorsal del texto mantiene, sin embargo, la esencia: la creaci¨®n de una edad m¨ªnima de jubilaci¨®n de 62 a?os para las mujeres y 65 para los hombres, con un plazo de cotizaci¨®n de al menos 15 y 20 a?os respectivamente. Adem¨¢s, se crean cuatro franjas de cotizaci¨®n, seg¨²n la renta de cada beneficiario. Los arreglos realizados por el ponente Samuel Moreira, del Partido de la Social Democracia Brasile?a (PSDB), junto con Maia, han dado como resultado el texto aprobado en la primera votaci¨®n.
Bolsonaro reconoci¨® el poder de Maia un d¨ªa antes de la votaci¨®n, cuando afirm¨® que el presidente de la C¨¢mara Baja era ¡°nuestro general en el Parlamento¡±. No solo el presidente como todos los diputados que votaron en la noche del mi¨¦rcoles la reforma de las pensiones. Antes de la votaci¨®n, Maia pronunci¨® un discurso en el que celebr¨® el poder del Parlamento y un inusual silencio se apoder¨® del pleno. No se escuchaban ninguna protesta, ni de los partidos de centro y derecha ni de los de izquierda. Es excepcional que un diputado reciba tanta atenci¨®n de sus pares. ¡°Saludo a la C¨¢mara de Diputados, en la persona de su presidente Rodrigo Maia, por la aprobaci¨®n en primer turno de reforma. Brasil est¨¢ cada vez m¨¢s pr¨®ximo a entrar en el camino del empleo y de la prosperidad¡±, tuite¨® Bolsonaro.
Para llegar al resultado de anoche no bastaron las negociaciones que Maia ha liderado en los ¨²ltimos meses. Cont¨® tambi¨¦n con las deserciones de partidos opositores, como el Partido Socialista Brasile?o y el Partido Democr¨¢tico Laborista, que entregaron 19 de sus 59 votos. Y tambi¨¦n con la liberaci¨®n de 1.000 millones de reales (m¨¢s de 266 millones de d¨®lares) en enmiendas parlamentarias. En otras palabras, se ha servido de una pr¨¢ctica com¨²n en la pol¨ªtica de otra ¨¦poca: agradar a los congresistas con recursos para sus bases electorales.
Este viernes los diputados votar¨¢n al menos diez enmiendas que pueden alterar el texto. Las dos m¨¢s importantes y con m¨¢s opciones de que se aprueben son la ampliaci¨®n de la jubilaci¨®n especial para agentes civiles de seguridad p¨²blica (como polic¨ªas federales, agentes penitenciarios y polic¨ªas de carreteras) y otra que altera el c¨¢lculo de la pensi¨®n para las mujeres.
Maia ya ha se?alado que, tras la reforma del sistema de pensiones, seguir¨¢ con la del sistema tributario. Esta semana ya ha creado una comisi¨®n especial para debatirla.
?nimo en la econom¨ªa
La reforma de las pensiones renueva la esperanza del presidente Bolsonaro y su ministro de Econom¨ªa, Paulo Guedes, de revertir el pesimismo de los empresarios brasile?os que paralizaron inversiones a espera de medidas concretas del Ejecutivo. La falta de confianza se mide por la mediana de las proyecciones de las principales instituciones financieras del pa¨ªs y hace 19 semanas que los bancos rebajan semanalmente las expectativas de crecimiento del PIB. La proyecci¨®n actual apunta a un magro crecimiento del 0,82% este a?o. El resultado de este mi¨¦rcoles, sin embargo, ha entusiasmado al mercado financiero.
El presidente del Parlamento, Rodrigo Maia, sin embargo, ha aprovechado el d¨ªa de la votaci¨®n para recordar al presidente que las reformas, por s¨ª solas, no salvar¨¢n a Brasil. ¡°Los inversores a largo plazo no invierten en un pa¨ªs que ataca sus instituciones¡±, dijo Maia, que cada vez m¨¢s se perfila como un contrapunto para los planes extremos de Bolsonaro, como el de cambiar leyes para favorecer a sus electores radicales, como la liberaci¨®n de armas. En varias ocasiones, los seguidores del presidente de la Rep¨²blica, estimulados por ¨¦l mismo, se han excedido en sus cr¨ªticas al Parlamento y al sistema judicial, incluso proponiendo en protestas callejeras que se cierre el Congreso y la Corte Suprema para que dejen al ultraderechista gobernar como ellos quieren.
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