La pugna entre Ocasio-Cortez y Nancy Pelosi: un resumen del Partido Dem¨®crata
La veterana presidenta de la C¨¢mara de Representantes trata de atar en corto a una nueva hornada de legisladoras heterodoxas y escoradas a la izquierda. El pulso estall¨® en p¨²blico esta semana
Una es la mujer m¨¢s joven de la historia en entrar en el Capitolio, la otra lleva tres d¨¦cadas en la jungla pol¨ªtica de Washington. Una se ha convertido en punta de lanza de la izquierda outsider, la otra es la quintaesencia del establishment. Una es capaz de hacer vibrar a j¨®venes de todo el mundo con sus encendidos discursos, la otra ha desatascado las legislaciones m¨¢s complicadas y doblado el brazo a Donald Trump. Una es poderosa en las redes sociales, la otra es poderosa a secas. La congresista Alexandria Ocasio-Cortez, estrella revelaci¨®n con 29 a?os, y la presidenta de la C¨¢mara de Representantes, Nancy Pelosi, de 79, se han enzarzado esta semana en una trifulca p¨²blica que exhibe el conflicto de las dos almas del Partido Dem¨®crata.
Las diferencias con Pelosi han sido frecuentes en estos meses, pero el incendio m¨¢s sonado comenz¨® hace una semana, cuando la veterana dem¨®crata desde?¨® la influencia de Ocasio y otras nuevas caras del Congreso especialmente peleonas. ¡°Toda esta gente tiene su p¨²blico, lo que sea, su mundo de Twitter¡±, dijo en una entrevista en The New York Times, ¡°pero no tiene seguimiento. Son cuatro personas y esos son los votos que tienen¡±, afirm¨®.
Las elecciones de noviembre devolvieron la mayor¨ªa de la C¨¢mara baja a los dem¨®cratas y colocaron a Pelosi de nuevo como la tercera autoridad del pa¨ªs, adem¨¢s de la persona m¨¢s poderosa del partido, pero trajeron tambi¨¦n una nueva hornada de legisladores ¡ªm¨¢s bien, legisladoras¡ª muy heterodoxas que no tienen ning¨²n problema en publicar en Twitter todas sus discrepancias con compa?eros del partido. Se las conoce ni m¨¢s ni menos que como el squad (el batall¨®n) y lo forman, adem¨¢s de la archiconocida Ocasio, de Nueva York, otras tres mujeres que han roto alg¨²n tipo de barrera invisible: Ilhan Omar (Minnesota) y Rashida Tlaib (Michigan), las dos primeras musulmanas en llegar al Capitolio, y Ayanna Pressley, la primera congresista afroamericana por Massachusetts.
Este mi¨¦rcoles, en una reuni¨®n a puerta cerrada del Caucus Dem¨®crata, Pelosi lanz¨® una reprimenda propia de jefa de estudios de un instituto: ¡°?Tienen quejas? Pues vienen y me las cuentan, pero no se pongan a tuitear sobre miembros [del partido] y esperen que nos parezca bien¡±, recalc¨®, seg¨²n una transcripci¨®n de sus palabras que se difundi¨® despu¨¦s a varios medios. ¡°Una mayor¨ªa es una cosa muy fr¨¢gil¡±, continu¨®, y reclam¨® respeto a para los congresistas moderados: ¡°Cada d¨ªa alguno tiene que luchar por salir reelegido, convi¨¦rtanme a m¨ª en su objetivo, pero no a ellos, porque tenemos una pieza m¨¢s importante que cazar¡±.
La representante de California est¨¢ tratando de unificar las diversas voces de las filas progresistas con el objetivo de reforzar la mayor¨ªa legislativa en 2020 -el Senado sigue bajo control republicano- y derrotar a Trump. Es una extrapolaci¨®n de lo que ocurre en la batalla de primarias para elegir al candidato presidencial, en la que las estrategias m¨¢s escoradas a la izquierda se baten con la que apuestan por amarrar bien al votante centrista y no agitar al republicano. La brecha se manifiesta en asuntos como el impeachment (o destituci¨®n) del mandatario, que el ¡°batall¨®n¡± reclama y Pelosi cuestiona la conveniencia, o sobre inmigraci¨®n.
La coz de la Pelosi en el Times ven¨ªa al hilo con una votaci¨®n reciente sobre un paquete de ayuda humanitaria de 4.600 millones de d¨®lares para la frontera sur, donde miles de migrantes sufren las condiciones deplorables de los centros de detenci¨®n. Ocasio, Omar, Tlaib y Pressley se quedaron solas con el voto en contra, por considerar que ofrec¨ªa garant¨ªas insuficientes a los menores y tambi¨¦n supon¨ªa financiar los controles fronterizos.
El comentario sobre el escaso apoyo real sent¨® a cuerno quemado a Ocasio-Cortez. ¡°Esto no va sobre cuatro personas¡±, se quej¨® en declaraciones a la prensa, ¡°va sobre los millones de personas a los que representamos y la idea de que podemos desde?ar a la gente del Bronx simplemente porque son del Bronx est¨¢ en contra de lo que creo que somos¡±. Su jefe de gabinete, Saikat Chakrabarti, reaccion¨® criticando en Twitter a Pelosi, algo que no suele hacer nadie en ese cargo. Hace unas semanas, para atacar a algunos legisladores del partido, lleg¨® escribir que ¡°parecen inclinado a hacer lo que los dem¨®cratas sure?os de los 40 le hac¨ªan a los negros¡±. Luego lo borr¨®.
Tambi¨¦n Ocasio desliz¨® una acusaci¨®n de racismo esta semana, de la que tambi¨¦n pareci¨® arrepentida. En una entrevista a The Washington Post, declar¨®: ¡°Cuando los comentarios empezaron, cre¨ª que ella trataban de mantener al flanco m¨¢s progresista a cierta distancia con el fin de proteger a los m¨¢s moderados, lo cual entend¨ª¡±. ¡°Pero ese contante se?alamiento¡ lleg¨® a punto que es simplemente irrespetuoso, el se?alamiento de las nuevas legisladoras de color¡±.
En el pasado, Pelosi tambi¨¦n tuvo que llamar al orden a Omar, cuando public¨® una serie de mensajes considerados antisemitas, al se?alar los republicanos apoyaban a Israel por dinero y desat¨® enfado entre los propios dem¨®cratas. Tambi¨¦n cuestion¨® las formas de Tlaib, cuando fue grabada en un acto p¨²blico diciendo: ¡°Hay que destituir a ese cabr¨®n¡±, en referencia al presidente, aunque defendi¨® que Trump dec¨ªa ¡°cosas peores¡±. Y se expres¨® con condescendencia sobre el plan medioambiental de Ocasio-Cortez, el ambicioso y poco preciso Green New Deal, que no ha contado con apoyo en la C¨¢mara y, sin embargo, s¨ª el respaldo del precandidato izquierdista Bernie Sanders.
La speaker se neg¨® a responder a ese comentario racial. Ocasio, cuando le preguntaron el viernes si considera al l¨ªder dem¨®crata racista, lo neg¨® con rotundidad. Y ese mismo d¨ªa, por si fueran pocos en la contienda dem¨®crata, apareci¨® Trump para salir en defensa de la presidenta de la C¨¢mara: ¡°Trato mucho con Pelosi, tenemos nuestros m¨¢s o nuestros menos y est¨¢ bien, pero creo que hay un grupo de gente que est¨¢ siendo poco respetuosa con ella¡±. ¡°Y les dir¨¦ una cosa sobre Nancy Pelosi que ustedes saben mejor que yo: no es una racista, ?de acuerdo? No lo es. Llamarle eso es una verg¨¹enza¡±, remat¨®. No est¨¢ claro si el republicano buscaba hacerle un favor o m¨¢s bien regalarle con un caramelo envenenado por sus habituales rencillas.
Los halagos de Trump no son la mejor credencial para electorado progresista que el partido necesita movilizar de cara a 2020 con el fin de evitar una nueva derrota contra el magnate neoyorquino. Ella recibe muchas cr¨ªticas del llamado Caucus Progresista.La hoja de servicios de Pelosi la acredita como liberal: vot¨® contra la guerra de Irak, por ejemplo, y apoy¨® el matrimonio entre personas del mismo sexo cuando muchos compa?eros del Partido -incluido Barack Obama- no lo hac¨ªa. Pero en la Am¨¦rica de 2019 parece de una galaxia distante de la que personas como Ocasio-Cortez, que hace menos de dos a?os se ganaba la vida en una taquer¨ªa de Nueva York y en junio de 2018 dio la campanada al derrotar en las primeras de su distrito a una vaca sagrada del partido. Pelosi, cuyo padre fue congresista, alcalde de Baltimore y aspirante a gobernador frustrado, lanz¨® su carrera pol¨ªtica hace d¨¦cadas desde California, a donde se mud¨® al casarse con un rico financiero.
La trifulca y la cr¨ªtica de Pelosi tambi¨¦n ponen sobre la mesa otro tipo de brecha en el Partido Dem¨®crata, m¨¢s all¨¢ de la ideol¨®gica y el tan tra¨ªdo y llevado giro a la izquierda. El tir¨®n medi¨¢tico de algunos legisladores frente al bajo de perfil de otros, sin que eso se traduzca en poder real. Ocasio-Cortez es el mejor ejemplo. Con 4,7 millones de seguidores en Twitter y m¨¢s de tres en Instragram, se ha convertido en un fen¨®meno de masas, pero su proyecto estrella el Green New Deal, solo lleg¨® a votarse en el Senado a iniciativa de los republicanos, que quer¨ªan humillar a la congresista con un fracaso. Los senadores dem¨®cratas se negaron a participar en el escarnio, pero no est¨¢n entusiasmados con el plan ni creen que el electorado lo desee. Un resumen del Partido Dem¨®crata.
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