La nueva ola dem¨®crata acorrala a la vieja guardia del partido
Las primarias para elegir al candidato para 2020 suponen una disyuntiva ideol¨®gica, sobre si hay que agudizar el giro a la izquierda o amarrar el centro para recuperar la Casa Blanca, pero tambi¨¦n generacional. Los debates de Miami lo exhibieron con crudeza
El Partido Dem¨®crata se enfrenta a un ser o no ser en la elecci¨®n del candidato con el que enfrentarse a Donald Trump en las presidenciales de 2020. Las primarias siempre tienen algo de hamletiano, por definici¨®n, pero esta carrera, con 24 aspirantes, marcada por el trauma de una derrota inesperada en 2016, se ha convertido en pura catarsis. En los debates de Miami, la senadora californiana Kamala Harris y la nueva ola dem¨®crata acorralaron esta semana a la vieja guardia que encarna el exvicepresidente Joe Biden, a¨²n favorito en los sondeos.
El revolc¨®n que Harris dio a Biden en el debate del jueves, sobre todo a cuenta de la herida racial, se convirti¨® en la principal noticia de la noche, pero probablemente el momento m¨¢s definitorio lo proporcion¨® un joven congresista de California. Eric Swalwell, aspirante a la Casa Blanca de 38 a?os, espet¨® en un momento de la discusi¨®n: ¡°Biden ten¨ªa raz¨®n cuando dijo que hab¨ªa que pasar el testigo a la nueva generaci¨®n... Cuando lo dijo hace 32 a?os¡±.
Esta es una campa?a de disyuntiva ideol¨®gica ¡ªsi hay que agudizar el giro a la izquierda o amarrar el centro para recuperar la Casa Blanca¡ª, pero tambi¨¦n generacional. El l¨ªder en los sondeos, Joe Biden, tiene 76 a?os; el segundo, el senador izquierdista Bernie Sanders, tiene 77; y la tercera en discordia, la senadora Elizabeth Warren, tambi¨¦n ubicada en el ala m¨¢s progresista del partido, tiene 70. En el otro extremo se encuentra el joven alcalde de South Bend (Indiana), Pete Buttigieg, un hombre de 37 a?os desconocido hasta ahora por el gran p¨²blico pero con un perfil rompedor: exmilitar veterano en Afganist¨¢n, religioso, homosexual, graduado en Harvard y de oratoria excelente. Se lleva cuatro d¨¦cadas con Sanders. En una franja intermedia figurar¨ªa Kamala Harris, de 54 a?os.
Sanders, senador por Vermont, ya demostr¨® en las primarias de 2016, que perdi¨® tras una lucha hasta el ¨²ltimo momento contra Hillary Clinton, que la edad no es inconveniente para electrizar al electorado m¨¢s joven. Sin embargo, este jueves, situado junto a Biden y ambos flanqueados por Harris y Buttigieg, se le vio tambi¨¦n superado en muchas ocasiones, y su estilo de discursivo ¡ªvehemente, con voz elevada y apuntando con el dedo a su interlocutor¡ª funcion¨® peor al ponerlo en contraste con nueve voces m¨¢s serenas, y no en un debate a dos.
Hay m¨¢s de una veintena de precandidatos dem¨®cratas en liza, pero tan solo un pu?ado de ellos tienen posibilidades reales y muchos de ellos abandonar¨¢n la carrera por falta de fondos puede que incluso antes de las primeras elecciones primarias, las que se celebran en los Estados de Iowa y New Hampshire a primeros de 2020. En el grupo de cabeza, Harris y Buttigieg se van disputando el cuarto y quinto puesto, depende del momento de los sondeos.
Les sigue el texano Beto O¡¯Rourke, de 46 a?os, que se convirti¨® en una estrella de las legislativas de noviembre, pese a perder la elecci¨®n al Senado por Texas a manos del republicano Ted Cruz. Estos d¨ªas, sin embargo, su brillo ha desaparecido en los debates, donde ha salido perdedor con un discurso algo hueco, en ocasiones, e incluso inseguro. En cambio, el exalcalde de San Antonio y exsecretario de Vivienda de la Administraci¨®n de Obama, Juli¨¢n Castro (44), que estaba pasando sin pena ni gloria en las encuestas, gan¨® enteros en el debate con su atrevido programa proinmigraci¨®n. Tambi¨¦n el senador por Nueva Jersey Cory Booker (50), recuper¨® protagonismo con su oratoria.
Todos, en uno u otro momento, de manera m¨¢s o menos directa, atacaron a Biden como s¨ªmbolo del legado de Obama, que en este nuevo tiempo del Partido Dem¨®crata y su giro a la izquierda ha quedado como conservador en materia econ¨®mica y migratoria. Si Harris le recrimin¨® su historial en asuntos raciales y deportaciones, Kirsten Gillibrand, senadora de Nueva York, le reproch¨® sus titubeos del pasado en materia de aborto. Si Swalwell le ech¨® en cara la edad, Sanders critic¨® una apuesta moderada por la sanidad accesible. No hay una correlaci¨®n entre juventud y giro a la izquierda.
Grosso modo, lo que divide a los dem¨®cratas es su enfoque sobre el sistema sanitario, los que como Sanders o Elizabeth Warren defienden un sistema p¨²blico ¨²nico y universal, frente a los que, como Buttigieg o Biden, creen que hay que garantizar el acceso para todos sin renunciar al modelo de seguros privados. Los hay que creen en la formaci¨®n universitaria gratuita ¡ªde nuevo, como Sanders¡ª y los que solo la contemplan as¨ª para familias sin recursos, que es el caso de Buttigieg. Los que quieren reformar la pol¨ªtica migratoria de mano dura de Donald Trump frente a los que quieren descriminalizar las entradas irregulares: todos salvo Biden. Sanders se erigi¨® en garant¨ªa de una econom¨ªa m¨¢s justa. Acab¨® admitiendo que la clase media pagar¨ªa m¨¢s impuestos si ¨¦l llegaba a la presidencia, pero a cambio, asegur¨®, ¡°pagar¨¢ menos en Sanidad¡±.
A diferencia de otros candidatos, opt¨® por entrar al trapo contra Trump en el debate: ¡°Es un mentiroso patol¨®gico, un racista, y ha mentido a los estadounidenses porque les dijo que estar¨ªa con los trabajadores y no ha sido as¨ª, ha bajado los impuestos a los m¨¢s ricos y recortado la cobertura sanitaria¡±. Buttigieg destac¨® con un discurso elocuente, riguroso con los datos y humilde cuando uno de los moderadores le inquiri¨® por la crisis que le acecha, la tensi¨®n policial en South Bend con la poblaci¨®n afroamericana. ¡°Es un desastre y los estamos pasando mal¡±, dijo.
Es probable que las encuestas castiguen ahora a Biden y le den un impulso a Harris, ayudada por una nueva ola de atenci¨®n medi¨¢tica. Pero faltan casi 500 d¨ªas para las elecciones presidenciales y ganar un debate no es ganar las primarias, mucho menos la votaci¨®n final contra Donald Trump.
La revuelta feminista
Se han presentado tantos aspirantes a la candidatura dem¨®crata que los organizadores del debate tuvieron hacer una criba para poder participar en los debates y cuatro quedaron fuera. Se batieron 10 el mi¨¦rcoles y otros tantos el jueves. En total, hubo seis mujeres, el m¨¢ximo en la historia. La victoria de Trump en noviembre de 2016 y el movimiento contra el acoso 'Metoo' casi un a?o despu¨¦s desembocaron en una movilizaci¨®n pol¨ªtica femenina sin precedentes en Estados Unidos. Esta mayor participaci¨®n cristaliz¨® en las elecciones legislativas de noviembre, cuando uno de cada cuatro esca?os en juego (entre Senado y C¨¢mara de Representantes) fue ganado por una candidata.
Las bases del Partido Dem¨®crata deben responder ahora si se atreven a presentar de nuevo a una mujer -Warren y Harris ser¨ªan las mejor situadas- para recuperar la Casa Blanca u optan por un var¨®n. Si un hombre gana las primarias, es m¨¢s que probable que opte por una compa?era de carrera, como candidata a la vicepresidencia. Tambi¨¦n pesar¨¢ el factor de las minor¨ªas raciales. Es dif¨ªcil imaginar que los dem¨®cratas lleven a la cita de 2020 a dos varones blancos.
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