Colombia reconoce la incansable b¨²squeda de los familiares de desaparecidos
La Comisi¨®n de la Verdad, surgida del acuerdo de paz, dedica su segundo encuentro a las mujeres que durante a?os han luchado por hacer visible un fen¨®meno de enormes dimensiones
¡°Por nuestros desaparecidos ni un minuto de silencio, toda una vida de lucha¡±. Los lemas corales que repiten las mujeres que buscan a sus familiares desaparecidos, como si fueran mantras u oraciones, retumbaron en las plazas, teatros y auditorios de Pasto, en el departamento de Nari?o, en el sur occidente de Colombia, intercaladas con consignas para exigir el cumplimiento de los acuerdos de paz. Frases desgarradoras como ¡°vivos se los llevaron, vivos los queremos¡±, ¡°insistir, resistir y persistir¡± o ¡°ustedes cierran los ojos y olvidan, nosotros cerramos los ojos y recordamos a nuestros seres queridos¡±.
La desaparici¨®n es uno de los peores cr¨ªmenes de cualquier guerra, un duelo suspendido, congelado en el tiempo. Durante esta semana, la Comisi¨®n de la Verdad organiz¨® en la capital de Nari?o, uno de los departamentos m¨¢s golpeados por medio siglo de conflicto armado, su segundo Encuentro por la Verdad, un reconocimiento a la persistencia de las mujeres y familiares que buscan personas desaparecidas. Muchas lo han hecho a lo largo y ancho del pa¨ªs durante a?os, e incluso d¨¦cadas, meti¨¦ndose en la boca del lobo, dejando de lado sus propios proyectos de vida, superando la indiferencia, cruzando r¨ªos, monta?as y hasta fronteras.
¡°Es un dolor incesante, duele el coraz¨®n, duele el alma. Es la desesperanza, la incertidumbre al no saber d¨®nde, qu¨¦ pas¨®, por qu¨¦. Es impotencia, frustraci¨®n, ante la b¨²squeda infructuosa, desesperaci¨®n al ver c¨®mo pasa el tiempo y no se sabe nada. Se sufre un desgaste emocional. Se ve afectada la capacidad del disfrute de la vida¡±, detalla Martha Oviedo, nieta del l¨ªder campesino Faustino L¨®pez Guerrero, desaparecido en 1984 por grupos paramilitares en Puerto Boyac¨¢, en el centro de Colombia.
¡°La peor crueldad que se inventaron estos actores es ocultar a las personas, es la peor tortura. Se reseca el alma, usted no puede hacer su duelo, es matar a una familia en vida¡±, dice Luz Dary Santiesteban, que busca desde 1998, sin pistas sobre los responsables, a su hermano Luis Alberto y a su primo Pedro Manuel. Ella forma parte de Madres por la Vida, una organizaci¨®n que visibiliza la desaparici¨®n forzada en el municipio de Buenaventura, un puerto sobre el Pac¨ªfico que se hizo tristemente c¨¦lebre por las ¡®casas de pique¡¯, lugares donde torturaban y descuartizaban personas.
Los testimonios dolorosos deber¨¢n repetirse a lo largo de los pr¨®ximos dos a?os, al cabo de los cuales la Comisi¨®n presentar¨¢ un informe final que dignifique a las v¨ªctimas e identifique y comprenda los hechos de violencia m¨¢s graves.
Con las fotos de sus seres queridos, ya sean impresas o estampadas en sus camisetas, las buscadoras han caminado por cementerios y r¨ªos, por montes y ci¨¦nagas, por c¨¢rceles y juzgados de Colombia, como record¨® la comisionada Marta Ruiz durante el acto solemne que sirvi¨® de cierre a las intensas jornadas con obras de teatro, marchas, conciertos y conversatorios. ¡°Se han revelado contra la dictadura del negacionismo y el olvido, contra el cinismo y las justificaciones, le han dado a Colombia y al mundo una lecci¨®n de humanidad¡±, afirm¨® ante m¨¢s de 300 v¨ªctimas de todo el pa¨ªs. ¡°Que los desaparecidos no sean de los familiares, sino de toda la sociedad colombiana¡±, la complement¨® Luz Marina Monz¨®n, la directora de la Unidad de B¨²squeda de Personas dadas por Desaparecidas.
Las dimensiones del fen¨®meno son estremecedoras. En m¨¢s de medio siglo de conflicto armado, la democracia en Colombia sum¨® m¨¢s desaparecidos que todas las dictaduras del cono sur. El Comit¨¦ Internacional de la Cruz Roja (CICR), que lleva a?os apoyando a los familiares, considera la b¨²squeda de desaparecidos como el reto de m¨¢s largo aliento para un pa¨ªs que busca pasar la p¨¢gina de la violencia. Aunque no hay cifras precisas, el Centro Nacional de Memoria Hist¨®rica tiene m¨¢s de 80.000 registros, y tanto desde la Comisi¨®n como desde la Unidad de B¨²squeda calculan que son en total m¨¢s de 100.000 casos que involucran a todos los actores armados, guerrillas, paramilitares y agentes del Estado.
Esa larga lucha consigui¨® que en el acuerdo de paz que sellaron a finales de 2016 el Gobierno y la extinta guerrilla de las FARC se incluyera la creaci¨®n de un mecanismo dedicado a la b¨²squeda de los desaparecidos. En medio de algunos tropiezos y formidables obst¨¢culos, Colombia se asoma a una verdad dolorosa y reparadora. El pacto contempla un Sistema Integral de Verdad, Justicia y Reparaci¨®n. A pesar de sufrir recortes presupuestales, sus tres componentes est¨¢n en marcha: la Jurisdicci¨®n Especial para la Paz (JEP), la Comisi¨®n y la Unidad de B¨²squeda.
La Comisi¨®n debe navegar en medio del clima de confrontaci¨®n ideol¨®gica que ha caracterizado al pa¨ªs en los ¨²ltimos tiempos, y las tensiones entre las diferentes organizaciones de v¨ªctimas son palpables. En las galer¨ªas con las fotos de desaparecidos dispuestas en la c¨¦ntrica Plaza de Nari?o, a pocos pasos de la carpa del Movimiento Nacional de V¨ªctimas de Cr¨ªmenes de Estado (Movice) estaban las de los familiares de militares. ¡°Estos eventos siempre remueven las emociones y el dolor, pero a la vez es fortalecedor ver que hay otras familias que han sufrido ese mismo flagelo¡±, afirma Luz Helena Galeano, quien lleva 11 a?os buscando a su esposo desparecido en la Comuna 13 de Medell¨ªn por la fuerza p¨²blica y grupos paramilitares.
Los dos primeros Encuentros por la Verdad ¨Cespacios que buscan comprender los da?os del conflicto y las diversas formas de resistencia de las v¨ªctimas¨C han tenido un marcado acento femenino. El primero estuvo dedicado el pasado junio, en Cartagena, a las v¨ªctimas de violencias sexuales, que son mayoritariamente mujeres. ¡°Hemos exaltado el papel de lo que significa ser mujer v¨ªctima, sobreviviente, buscadora, porque precisamente han sido los roles m¨¢s invisibilizados¡±, explica la comisionada Alejandra Miller. Las mujeres han tenido un papel pol¨ªtico, insubordinado, y eso vale la pena resaltarlo, se?ala. Vendr¨¢n otros reconocimientos a otras v¨ªctimas.
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