El desgaste de Evo Morales llega a las bases ind¨ªgenas
El presidente boliviano es el favorito para revalidar el cargo este domingo a pesar de sus 13 a?os de Gobierno. Un 15% de indecisos dudan entre fidelidad y desafecci¨®n
Es d¨ªa de celebraci¨®n en la Universidad P¨²blica de El Alto, en Bolivia. La ¡°universidad del pueblo¡±, reza el letrero de bienvenida. En el vest¨ªbulo, decenas de personas aguardan su turno para asistir a la ceremonia de graduaci¨®n de sus hijos, en muchos casos los primeros de la familia que pudieron estudiar. Exhiben trajes de gala, ramos de flores y obsequios en los que predomina el color rosa. Jaime Mamani, de 31 a?os, est¨¢ a punto de tener entre sus manos el t¨ªtulo de ingeniero civil despu¨¦s de a?os compaginando estudios y trabajo. ¡°Las cosas no van tan bien, no hay mucho trabajo¡±, lamenta su suegro, Lorenzo Laura.
El viernes, este municipio contiguo a La Paz estaba inmerso en su ca¨®tica rutina de mercados y actividades comerciales. Esta urbe, esencialmente de aluvi¨®n con casi un mill¨®n de habitantes, es la ciudad con la m¨¢s alta concentraci¨®n ind¨ªgena de Bolivia, el pa¨ªs americano con el mayor n¨²mero de nativos: m¨¢s del 40% de la poblaci¨®n, seg¨²n el censo de 2012. Evo Morales, primer presidente ind¨ªgena del pa¨ªs, les devolvi¨® presencia social y pol¨ªtica, un reconocimiento que, despu¨¦s de siglos de segregaci¨®n y casi 14 a?os de gobierno del Movimiento Al Socialismo (MAS), pocos olvidan. Sin embargo, el desgaste llega a todo el mundo y tambi¨¦n aqu¨ª, a m¨¢s de 4.000 metros de altitud, son sobre todo los j¨®venes quienes se debaten entre fidelidad y desafecci¨®n al proyecto.
¡°Mi idea es intentar un futuro ac¨¢, si no tendr¨¦ que moverme, tal vez buscar en otro departamento¡±, dice Rosa Mar¨ªa Paxi, de 25 a?os, estudiante de Ingenier¨ªa de Sistemas en la universidad, donde la matriculaci¨®n cuesta 75 bolivianos, poco m¨¢s de 10 d¨®lares. ¡°Aqu¨ª, si no eres militante no tienes muchas oportunidades. Evo hizo muchas cosas buenas, pero todo, en exceso, se hace mal. No estoy muy segura de a qui¨¦n voy a votar el domingo¡±, explica. Es una de los bolivianos que este domingo acudir¨¢ a las urnas sin tener las ideas del todo claras: si votan al MAS o abraza las propuestas de los principales candidatos opositores, el exmandatario Carlos Mesa, del Frente Revolucionario de Izquierda (FRI) y aspirante de la plataforma Comunidad Ciudadana, y ?scar Ortiz, de Bolivia Dice No. Alrededor de un 15% de indecisos, seg¨²n varias encuestas, que pueden ser determinantes para ratificar el cuarto mandato consecutivo de Morales, que gobierna desde 2006, o forzar, por primera vez en m¨¢s de 15 a?os, un desempate si el ganador no logra el 50% de los apoyos (o el 40% con m¨¢s de 10 puntos de ventaja sobre el segundo).
En El Alto ya hay una alcaldesa opositora, Soledad Chapet¨®n, desde 2015. Y en las ¨²ltimas semanas se han registrado en el pa¨ªs intensas protestas ind¨ªgenas por la gesti¨®n de la crisis generada por los incendios forestales que entre agosto y septiembre arrasaron miles de hect¨¢reas de bosque en la Amazonia. Comunidades del este denunciaron tambi¨¦n el abandono y trato diferencial con respecto a otras.
El malestar de estos sectores populares no supone, no obstante, una ruptura autom¨¢tica con el Gobierno. El barrio de Villa Ingenio luce desangelado a pesar del mercado de todos los viernes. En el puesto de Gregoria Calamani, de 44 a?os y con cuatro hijos, un punzante olor a chicharr¨®n de pollo invade a todo el que se acerque. Jorge Mamani, de 46 a?os, es artesano y vende trajes de baile. Defiende a Morales, aunque tenga sus objeciones. ¡°Ha hecho colegios, carreteras, hospitales, pero la gente del campo tiene m¨¢s problemas. A la gente le gusta Evo, pero no le gusta la corrupci¨®n que tambi¨¦n ve en su entorno. Creo que va a ganar, quiz¨¢ esta vez haya una segunda vuelta¡±, apunta.
Gregoria, que ingresa menos de un d¨®lar por cada plato, se queja de que ¡°no hay trabajo¡±. La estabilidad, la reducci¨®n de la pobreza del 60% al 35%, seg¨²n el Banco Mundial, y los datos macroecon¨®micos, avalados por el Fondo Monetario Internacional, son precisamente la baza a la que ha recurrido el mandatario durante la campa?a electoral. El fantasma de la crisis argentina y de los ajustes de Ecuador le dio m¨¢s argumentos, aunque sus adversarios pol¨ªticos le recuerdan que el modelo no va a ser sostenible a largo plazo. Y, sobre todo, que con estas elecciones puede consolidarse el camino autocr¨¢tico del pa¨ªs. Morales perdi¨® en 2016 un refer¨¦ndum sobre la reelecci¨®n indefinida. Sin embargo, primero un fallo del Constitucional y despu¨¦s una decisi¨®n del Tribunal Supremo Electoral le permitieron presentarse.
¡°Tenemos que restituir la legitimidad y la transparencia al sistema de justicia. Necesitamos iniciar una transformaci¨®n del patr¨®n de desarrollo hacia una econom¨ªa posextractivista que no dependa ¨²nicamente de la miner¨ªa y de los hidrocarburos¡±, afirma Carlos Mesa en declaraciones escritas enviadas por su gabinete a EL PA?S. Aun as¨ª, este aspirante asegura que no prescindir¨¢ de las pol¨ªticas de apoyo a las clases populares. ¡°No voy a eliminar ninguno de los bonos sociales ni vamos a asumir ninguna medida que afecte a la gente que lo necesita¡±. Mesa, el ¨²nico candidato con capacidad de restar apoyos al MAS, se presenta como renovador a pesar de haber sido presidente entre 2003 y 2005. ¡°El cambio en Bolivia no es una propuesta electoral, sino una demanda ciudadana¡±, apunta antes de mostrarse optimista. ¡°Pensamos que vamos a ganar en primera vuelta, aunque estamos preparados para todos los escenarios electorales¡±.
El presidente Morales, que cerr¨® la campa?a el mi¨¦rcoles, precisamente en El Alto, con un mitin multitudinario, pidi¨® ¡°cinco a?os m¨¢s¡± de confianza. ¡°No me abandonen¡±, exhort¨®.
Los ind¨ªgenas, sin embargo, dudan. ?Qu¨¦ piensa de Evo Morales? Gregoria Calamani sonr¨ªe. Al igual que Juana Guti¨¦rrez, vendedora de frutas en otro mercado. O don Eusebio, un curandero que promete sanar y leer el futuro a partir de 30 bolivianos (4,30 d¨®lares). Todos con el mismo argumento: la situaci¨®n es mejorable, pero podr¨ªa ir peor. ¡°Antes hab¨ªa mucha pobreza, ahora hay menos¡±.
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