El campo argentino, una burbuja en medio de la crisis

En medio de los n¨²meros rojos de la econom¨ªa argentina destaca un oasis verde: el campo. Este sector, el m¨¢s competitivo del pa¨ªs sudamericano, crece un 20% despu¨¦s de un 2018 ruinoso por la sequ¨ªa y muestra su gran capacidad de salir a flote cada vez que Argentina se hunde en una nueva crisis. En Gobernador Crespo, un pueblo a 150 kil¨®metros de Santa Fe, la capital provincial y 620 kil¨®metros al norte de Buenos Aires, los vecinos no se sienten identificados con las noticias que llegan por televisi¨®n de la capital, que hablan de un aumento de la pobreza de hasta el 35,4% y del desempleo de hasta el 10,6%. Les preocupa m¨¢s la meteorolog¨ªa, de la que dependen los campos colindantes, y el funcionamiento de la f¨¢brica de l¨¢cteos Tregar, la principal fuente de trabajo de esta localidad de 7.000 habitantes.

"Este pueblo es una burbuja, crece, crece y crece. Estamos muy ajenos a lo que pasa en Buenos Aires, Rosario y Santa Fe porque aqu¨ª comida y algo de trabajo siempre ten¨¦s. No hay pobreza extrema ni gente con mucha plata, excepto los de Tregar", dice Sa¨²l Frutos, pintor de 29 a?os, mientras toma mate con sus padres en la puerta de casa, una costumbre muy extendida en los pueblos argentinos.

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Tres sucursales bancarias en el centro dan fe de la prosperidad del lugar, donde casi la mitad de su poblaci¨®n no naci¨® all¨ª, sino que vino atra¨ªda por las posibilidades de encontrar trabajo. Tambi¨¦n lo reflejan los resultados electorales de las primarias del 11 de agosto. En el conjunto de Argentina, el peronista Alberto Fern¨¢ndez se impuso al actual presidente, Mauricio Macri, por 15 puntos. En la provincia de Santa Fe, redujo su ventaja a 10 puntos, pero en San Justo, municipio del que depende Gobernador Crespo, Macri derrot¨® con el 43,27% de los votos a Fern¨¢ndez, quien obtuvo el 39,4%.

"No vemos lo de la crisis m¨¢s que en la g¨®ndola [del supermercado] y eso es lo que m¨¢s desespera, porque no not¨¢s mucho cambio en el ambiente pero s¨ª en los precios", agrega Frutos. Considera que los microemprendedores se est¨¢n llevando la peor parte, mientras que los grandes tienen mejores armas para defenderse.

Tregar est¨¢ en boca de todos en Gobernador Crespo porque su f¨¢brica da empleo a 380 personas y genera decenas de trabajos indirectos. Es la marca insignia de Garc¨ªa Hermanos Agroindustrial, una empresa fundada en los a?os cuarenta por una pareja de inmigrantes espa?oles y en manos ahora de sus hijos y nietos. A mitad del siglo pasado, esta zona del norte de Santa Fe estaba llena de peque?os tambos ¡ªcomo se conocen en Argentina las granjas de vacas lecheras¡ª y cremer¨ªas en las que se procesaba la producci¨®n. Con el auge de la soja transg¨¦nica a partir de los a?os noventa, la ganader¨ªa perdi¨® terreno frente a la agricultura: hoy este pueblo est¨¢ rodeado de campos sembrados con trigo, ma¨ªz y soja y apenas se ven vacas.

"La mayor¨ªa de nuestra zona de producci¨®n lechera est¨¢ a unos 100, 120 kil¨®metros. Crespo es una zona marginal", admite Soledad Garc¨ªa, nieta del fundador de Tregar y hoy una de sus socias gerentes. La falta de infraestructuras dispara los costos, lamenta Garc¨ªa, quien pone como ejemplo el mal estado de los caminos rurales, dif¨ªciles de transitar por el barro cada vez que llueve, y de la carretera nacional 11, que comunica Gobernador Crespo con Santa Fe, las provincias del norte argentino y Paraguay.

"La soja vino a cambiarlo todo", subraya Garc¨ªa, aunque advierte que los suelos de esta regi¨®n no son tan f¨¦rtiles como los de la Pampa h¨²meda [algo m¨¢s al sur, en las tierras que lindan con Uruguay y se adentran hasta la provincia de Buenos Aires] y se han empobrecido tras el uso intensivo y la falta de rotaci¨®n de cultivos. La oleaginosa ha expandido la frontera agr¨ªcola y la ganader¨ªa se desplaza cada vez m¨¢s al norte del pa¨ªs, de la mano de la deforestaci¨®n.

Menos productores, m¨¢s grandes

Las granjas que no han cerrado se fusionaron con otras para mantener la competitividad, una realidad generalizada en todo el campo argentino. Seg¨²n los datos provisionales del Censo agropecuario, entre 2002 y 2018 desaparecieron en Argentina 60.824 explotaciones agropecuarias, un 20% del total. En la provincia de Santa Fe, desaparecieron 8.820 productores, es decir, tres de cada 10.

Garc¨ªa Hermanos sobrevivi¨® gracias a que apost¨®?por el crecimiento y la diversificaci¨®n, cuentan sus propietarios. La producci¨®n de quesos, el origen del negocio, se mantiene, pero en los ¨²ltimos a?os han dado un giro hacia la nutrici¨®n, con la fabricaci¨®n de leches infantiles, con agregados de nutrientes y dirigidas a segmentos espec¨ªficos, que son envasadas por m¨¢quinas de ¨²ltima generaci¨®n en la cadena de montaje.

La gran devaluaci¨®n del peso el a?o pasado y la posterior crisis econ¨®mica frustraron los planes expansionistas de Tregar y la obligaron a cambiar de estrategia para reducir da?os. "A principios de 2018 proyect¨¢bamos exportar un 7 o un 8% de la producci¨®n porque el consumo interno era muy alto, pero se dio vuelta todo y replanificamos para terminar exportando cerca del 30%", explica Pedro Garc¨ªa, uno de los due?os. "Un 45% de lo que producimos es queso y un 65% leche. Como son commodities y tenemos una estrategia m¨¢s bien conservadora, las crisis las superamos con bastante facilidad al cambiar de consumo interno a exportaci¨®n o a la inversa", se?ala Garc¨ªa.

Los argentinos se enorgullecen de su capacidad de adaptaci¨®n para mitigar las recesiones que dejan cada vez m¨¢s abajo a Argentina, un pa¨ªs que hace un siglo era una potencia internacional y hoy est¨¢ en el puesto 27 seg¨²n el PIB, de acuerdo al Fondo Monetario Internacional. El competitivo sector agropecuario se beneficia de la devaluaci¨®n del peso porque puede aumentar sus exportaciones y obtener d¨®lares. Gran parte de la industria argentina, por el contrario, tiembla cuando la econom¨ªa se enfr¨ªa porque no encuentra compradores fuera del pa¨ªs ni tampoco dentro. Es el caso de los dos aserraderos de Gobernador Crespo, que hoy funcionan bajo m¨ªnimos.

"Este a?o estuvimos parados 60 d¨ªas por falta de venta", lamenta Eduardo Maino, propietario del aserradero Maplac, que funciona en el centro del pueblo con solo seis de los 15 trabajadores que ten¨ªan antes de la crisis. Gran parte del galp¨®n est¨¢ vac¨ªo y la actividad se concentra al fondo, en la m¨¢quina que limpia los tablones de pino y la que los fusiona en planchas. "El mercado interno est¨¢ muy comprimido porque hay poca demanda, pero exportar es imposible por los altos costos que tenemos. Nos mintieron, pero por suerte este Gobierno nefasto ya se acaba", explica Maino, quien se declara peronista.

Al pie de la carretera, el mec¨¢nico ?ngel Tolousse espera clientes en el taller, lavadero y tienda de neum¨¢ticos en el que trabaja. "El lavado se mantiene, pero hay veces que durante dos o tres d¨ªas no viene nadie a la gomer¨ªa", cuenta Tolousse, quien explica que ante la falta de dinero en el bolsillo muchos conductores solo cambian los neum¨¢ticos cuando no les queda m¨¢s remedio. "Por lo menos ac¨¢ en el pueblo todav¨ªa se puede vivir, pero hay veces que no me alcanza y tengo que tironear la plata. Cuando no tengo para comer tomo mate, pero prefiero pasar hambre a que vuelva la corrupci¨®n", dice para defender su apuesta a la reelecci¨®n de Mauricio Macri.

La recesi¨®n econ¨®mica tambi¨¦n se siente en el ¨²nico hotel del pueblo, aunque el negocio se mantiene gracias a los t¨¦cnicos y visitantes de empresas vinculadas a Tregar, cuenta su due?o, Edgardo Gregoretz: "Al menos el 60% de nuestros hu¨¦spedes tienen que ver con Tregar. Todo ac¨¢ depende de su f¨¢brica. Yo siempre digo 'que no tosa Tregar porque nos enfermamos todos".

Edgardo Bender, al frente de la Cooperativa Agr¨ªcola Ganadera Limitada, tiene una mirada m¨¢s cr¨ªtica con esa empresa. "Tregar hizo desaparecer muchos peque?os productores, pero la f¨¢brica le da vida al pueblo", asegura. Aunque el nombre de la cooperativa se ha mantenido sin cambios, la mayor¨ªa de sus 46 trabajadores viven de la agricultura y no de la ganader¨ªa. Los que pueden, aclara Bender, diversifican para reaccionar mejor frente a sequ¨ªas, inundaciones y fluctuaciones del peso respecto al d¨®lar.

"[Los productores agropecuarios] superamos mejor las crisis, pero en a?os as¨ª nos limitamos a zafar [no perder]. Como no hay forma de planificar perdemos eficiencia y productividad", resume Soledad Garc¨ªa. El campo sigue siendo el motor de Argentina, pero pide a gritos un piloto que mantenga el rumbo sin sobresaltos ni nuevas ca¨ªdas.