El descomunal reto de integrar en el mercado laboral turco a tres millones de refugiados sirios
La UE financia cursos de idiomas y programas de capacitaci¨®n para que los sirios en Turqu¨ªa puedan optar a mejores trabajos
Mohamed es moderadamente feliz. Tiene 23 a?os, acaba de entrar a trabajar como botones en un hotel del centro de Estambul y cobra el salario m¨ªnimo, 2.021 liras al mes (320 euros). No es el trabajo de sus sue?os, para ¨¦l que tuvo que huir de Siria hace cuatro a?os y abandonar sus estudios de Bellas Artes en la Universidad de Damasco, pero, al menos, es mucho mejor que lo que ten¨ªa hasta ahora: un empleo en un peque?o taller textil sin contrato donde le pagaban un 30% menos que el salario m¨ªnimo. ¡°Lo peor eran las largas jornadas de trabajo. Te ten¨ªan m¨ªnimo 12 horas trabajando, a veces 15. Adem¨¢s, desarroll¨¦ una alergia a ciertos tejidos, pero no pod¨ªa dejarlo, hab¨ªa que trabajar. As¨ª que ha sido un alivio encontrar esto¡±, explica: ¡°Ahora prefiero no pensar en el futuro, porque me confunde. Me gustar¨ªa volver a mi pasi¨®n, el dibujo, o estudiar interiorismo. Pero bueno, soy todav¨ªa joven, puede que m¨¢s adelante¡±.
El nuevo puesto de trabajo se lo debe a un programa de capacitaci¨®n del Ministerio de Trabajo de Turqu¨ªa y la Organizaci¨®n Internacional del Trabajo (OIT) financiado por la Uni¨®n Europea como parte del programa de ayudas a cambio del pol¨¦mico acuerdo migratorio firmado en 2016. Noventa estudiantes participaron, y el hotel Ipek Palas, en el que se desarroll¨® el curso, decidi¨® quedarse con Mohamed y su hermano Abdurrahman. ¡°Nosotros necesit¨¢bamos empleados y ellos trabajo. Saben ingl¨¦s, turco y ¨¢rabe y en los ¨²ltimos a?os han comenzado a venir muchos turistas ¨¢rabes, as¨ª que para nosotros son muy ¨²tiles. Adem¨¢s, son muy buenos chicos¡±, asegura la directora del hotel, Nazan Haciosmanoglu.
La llegada de 3,7 millones de refugiados a Turqu¨ªa desde el inicio de la guerra en Siria ha trastocado un mercado laboral que ya de por s¨ª estaba caracterizado por la irregularidad (se estima que la econom¨ªa sumergida en Turqu¨ªa equivale a cerca del 30% del PIB del pa¨ªs). Cerca de un mill¨®n de sirios trabaja ¡ªparte de ellos menores de edad¡ª?y la mayor¨ªa lo hace en la industria, en sectores como el textil y la construcci¨®n, o de peones agrarios. Las quejas por salarios menores de lo pactado, e incluso porque los capataces se quedan con su sueldo est¨¢n a la orden del d¨ªa. En la industria textil, por ejemplo, pese a producir para grandes marcas internacionales como ZARA, Mango y Mark & Spencer, el sector est¨¢ dividido en varios niveles de subcontratas: ¡°Hay demasiados jefes e intermediarios y todos quieren sacar tajada de nosotros, que somos simples obreros¡±, lamenta Mohamed. Seg¨²n datos de los sindicatos turcos, tambi¨¦n los accidentes laborales han ido en aumento: el a?o pasado murieron 110 inmigrantes y refugiados en su puesto de trabajo, cinco veces m¨¢s que en 2013, dos a?os antes de que el flujo de migrantes se desbordara.
¡°Entres 2014 y 2016, cuando m¨¢s refugiados llegaron, la econom¨ªa turca iba bien y creaba suficientes puestos de trabajo para los locales y para los sirios¡±, explica Numan ?zcan, director de la OIT en Ankara. Ahora, en cambio, la econom¨ªa ha entrado en crisis y el desempleo se ha disparado hasta alcanzar una tasa del 14%: ¡°El principal problema es que los refugiados sirios aceptan m¨¢s f¨¢cilmente salarios m¨¢s bajos y trabajar sin contrato, y eso ha causado un empeoramiento general de las condiciones laborales¡±. Y ciertos de empresarios turcos prefieren a los sirios: mano de obra cautiva, casi esclava, sin protecci¨®n laboral y sin mecanismos para denunciar abusos. Esta situaci¨®n ha llevado a enfrentamientos en algunos de los barrios industriales de las grandes ciudades, una pelea entre el ¨²ltimo y el pen¨²ltimo, como recoge un informe del International Crisis Group del a?o pasado. En contraposici¨®n, un funcionario de la UE en la capital turca sostiene: ¡°Trabajar de manera informal, y siendo adem¨¢s un grupo vulnerable, les hace quedar en manos del empresario, lo que facilita los abusos y violaciones de sus derechos. Por eso, para nosotros, es crucial fomentar el trabajo reglado¡±.
En 2016, como parte del acuerdo con la UE, Turqu¨ªa se comprometi¨® a formalizar la situaci¨®n laboral de los refugiados sirios otorg¨¢ndoles permisos de trabajo. Pero hasta ahora solo se han garantizado 31.000, es decir, solo el 3% de los trabajadores sirios tienen contrato. El director de la OIT lo atribuye a que las empresas prefieren ahorrarse los ¡°costes burocr¨¢ticos y econ¨®micos¡±, aunque ello suponga una ¡°competencia desleal¡± frente a otras empresas que s¨ª pagan las cotizaciones y el seguro de sus trabajadores.
En Turqu¨ªa se han quedado, por un lado, aquellos refugiados que han prosperado y establecido empresas y, por el otro, los m¨¢s pobres, aquellos que ni pueden so?ar con costearse el viaje en patera a Europa. De acuerdo con un estudio de AFAD, la agencia gubernamental encargada de emergencias y cat¨¢strofes, el 82,5% de los sirios residentes en Turqu¨ªa vive con menos de 100 euros al mes.
Desde el punto de vista de la formaci¨®n, la mitad de los refugiados tienen solo educaci¨®n primaria o ni siquiera eso, muchos se empleaban en tareas agr¨ªcolas en zonas rurales. Pero tambi¨¦n hay otros perfiles. En un centro social de la Media Luna Roja, en Estambul, donde se imparten clases a mujeres, se oye: ¡°Yo fui directora financiera de una peque?a empresa¡±, dice una. Otra se levanta: ¡°Yo era dentista. Trabaj¨¦ durante 30 a?os, y me gustar¨ªa que aqu¨ª alguien se beneficiase de mi experiencia¡±. Sin embargo, probablemente, el ¨²nico puesto al que puedan optar en Turqu¨ªa es en una f¨¢brica textil. Como Fatma (nombre ficticio), que trabaja a tiempo parcial en una f¨¢brica de calcetines porque su marido ha quedado inv¨¢lido por un accidente laboral. Ahora, ella asiste a un curso de lengua turca por ver si as¨ª, en el futuro, puede optar a un empleo mejor remunerado.
Una de las barreras m¨¢s pronunciadas para acceder al mercado de trabajo es el idioma. Pese a que, de media, los refugiados sirios llevan m¨¢s de cuatro a?os en Turqu¨ªa, menos del 25% ha aprendido turco: muchos se negaron a estudiarlo pensando que su situaci¨®n de refugiados ser¨ªa meramente temporal. As¨ª que una de las iniciativas a la que se enfocan los programas financiados por la UE ¡ªadem¨¢s de cursos de formaci¨®n profesional para j¨®venes¡ª?es la ense?anza del idioma local. Los sirios saben que la educaci¨®n es importante, pero a veces resulta dif¨ªcil cuando hay que comer. Leis, un sirio de 17 a?os que sue?a con estudiar Programaci¨®n en una universidad alemana, explica que, como ¨¦l, muchos de sus amigos sirios tienen que compaginar estudios y trabajo en los talleres textiles, y algunos ni siquiera pueden acudir a la escuela porque los horarios no les cuadran.
Pero no todo son pegas. Los sirios tambi¨¦n han hecho importantes aportes a la econom¨ªa turca: ¡°Hay muy buenos zapateros y alba?iles entre ellos, y han contribuido a las respectivas industrias. Adem¨¢s, han establecido m¨¢s de 10.000 empresas en Turqu¨ªa¡±, se?ala ?zcan. Otro de los sectores al que se dirige la ayuda europea, en colaboraci¨®n con organismos locales, es precisamente a fomentar las PYMES y establecer centros de innovaci¨®n para atraer inversi¨®n.
Hay que ir haci¨¦ndose a la idea de que la presencia de los sirios es, en muchos casos, irreversible, y por tanto es necesario invertir en su integraci¨®n. ¡°De media, un refugiado se queda 15 a?os en la sociedad de acogida antes de decidir regresar o quedarse definitivamente¡±, afirma el embajador de la UE en Turqu¨ªa, Christian Berger: ¡°En el caso de Siria, los que huyeron por razones pol¨ªticas no se espera que vuelvan, porque la raz¨®n por la que se fueron sigue ah¨ª¡±. Y no solo. Fatma, la de la f¨¢brica de calcetines, lo explica muy claro: ¡°?Ad¨®nde voy a regresar? Mi casa est¨¢ destruida. Mis padres viven en Alemania, mi hermana aqu¨ª en Estambul. En Siria ya no me queda nada¡±.
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