¡°Pedimos flexibilidad a la nueva Comisi¨®n para cerrar un acuerdo que acepten los suizos¡±

En paralelo al tira y afloja de los ¨²ltimos a?os entre Londres y Bruselas, Suiza y la UE han tratado de cerrar un acuerdo marco que sistematice el acceso al mercado com¨²n y agilice la incorporaci¨®n de directivas comunitarias a la legislaci¨®n helv¨¦tica. Un acuerdo cuya aprobaci¨®n final lleva meses en punto muerto. ¡°Pedimos un poquito m¨¢s de flexibilidad a la nueva Comisi¨®n de Ursula von der Leyen¡±, afirma Roberto Balzaretti (Mendrisio, 54 a?os), secretario de Estado suizo para Asuntos Europeos durante una entrevista con EL PA?S en diciembre en Madrid.

Los equipos negociadores de ambas partes acordaron en noviembre de 2018 un texto que hoy est¨¢ a¨²n lejos de ser ratificado. Tras seis meses de consultas ¡ª¡°con comit¨¦s parlamentarios, los cantones, sindicatos, patronal y acad¨¦micos¡±¡ª, el Gobierno suizo solicit¨® al entonces presidente de la Comisi¨®n, Jean-Claude Juncker, unas ¡°aclaraciones¡± sobre tres asuntos que dificultan el consenso para sacar adelante el pacto en Suiza. El luxemburgu¨¦s, que se hab¨ªa fijado el objetivo de aprobar el acuerdo marco antes de que expirara su mandato, cerr¨® la puerta a la renegociaci¨®n.

¡°Lo que ocurri¨® justo despu¨¦s no fue lo mejor para estrechar nuestra relaci¨®n¡±, asegura Balzaretti. El secretario de Estado se refiere a la decisi¨®n de Bruselas de negar a la Bolsa suiza la llamada equivalencia burs¨¢til con las regulaciones de la UE, una medida de presi¨®n por la que los inversores afincados en pa¨ªses miembros de la UE no pueden comprar o vender acciones en el parqu¨¦ de Z¨²rich.

Balzaretti recuerda que Suiza (8,5 millones de habitantes) es el tercer socio comercial de la UE ¡ªsolo por detr¨¢s de EE UU y China¡ª y afirma que la intenci¨®n del Gobierno helv¨¦tico es ¡°profundizar en la relaci¨®n bilateral, adem¨¢s de compartir y defender los valores europeos: el imperio de la ley, la protecci¨®n de las mujeres y de las minor¨ªas, la lucha contra el cambio clim¨¢tico, la seguridad y la paz en el continente¡­¡±.

M¨¢s informaci¨®n

En el trato con los populistas de derechas, Suiza lleva ventaja

Un punto clave de fricci¨®n entre Berna y Bruselas es el referente a los trabajadores desplazados temporalmente por sus empresas desde pa¨ªses comunitarios. La UE pretende flexibilizar la norma suiza, que exige un preaviso y que se respete el alto nivel salarial del pa¨ªs. ¡°Necesitamos proteger nuestras condiciones laborales y los sueldos. Es a los m¨¢s vulnerables a quienes amparamos con nuestras medidas¡±, sostiene.

Otra de las cuestiones que ha levantado ampollas durante las rondas de consultas en Suiza es la ampliaci¨®n de ciertos derechos a los europeos residentes en su territorio. ¡°Hacemos una distinci¨®n entre la libre circulaci¨®n de los ciudadanos, que concierne a los Estados miembros de la UE, y la libre circulaci¨®n de trabajadores, asunto sobre el que Suiza no tiene un acuerdo con Bruselas.Nuestras normas no son id¨¦nticas para todos los ciudadanos comunitarios en materias como la asistencia social¡±, explica. Casi 1,5 millones de comunitarios viven en Suiza; alemanes, italianos y portugueses son las nacionalidades mayoritarias. El secretario de Estado a?ade que otro asunto problem¨¢tico de este paquete regulatorio es el referido a la expulsi¨®n de los europeos condenados en una causa penal.

La regulaci¨®n de ayudas estatales, con el fin de que no distorsionen la competencia, es el tercer y ¨²ltimo escollo. ¡°Muchos sectores rechazan que esas normas puedan repercutir en ¨¢reas en las que Suiza no tiene acceso al mercado interior de la UE¡±, explica Balzaretti.

El Gobierno suizo pretende arrancar concesiones a Von der Leyen que allanen el camino de la ratificaci¨®n. El rechazo al actual texto de varios partidos ¡ªincluida la derecha populista del SVP, que revalid¨® su condici¨®n de fuerza mayoritaria en los comicios de octubre¡ª complican la futura aprobaci¨®n en la Asamblea Federal. No solo eso. Se presume que el texto acabar¨¢ someti¨¦ndose a un refer¨¦ndum. ¡°No podemos aceptar un acuerdo que puedan rechazar los suizos en las urnas¡±, sentencia.