La resistencia a llamar genocidio a Srebrenica
Voces en la entidad serbia de Bosnia y en Serbia relativizan las matanzas cometidas en este enclave musulm¨¢n hace 25 a?os, pese a la sentencia de la justicia internacional
Cuando preguntan a Serge Brammertz si tiene alguna espina a¨²n clavada de sus a?os (2008-2017) como fiscal jefe del Tribunal Penal Internacional creado para los cr¨ªmenes de las guerras en la antigua Yugoslavia, la respuesta no tiene que ver con las personas que nunca fueron juzgadas, ni con los a?os que se tard¨® en arrestar a algunos peces gordos, ni con la ralentizaci¨®n de los procesos nacionales una vez cerrada la corte, sino con el presente. ¡°?Mi mayor frustraci¨®n? Ver cu¨¢nto negacionismo hay sobre cr¨ªmenes que han sido probados¡±.
La opini¨®n mayoritaria entre los bosniacos (los bosnios musulmanes, principales v¨ªctimas de la guerra) es que las fuerzas serbobosnias cometieron un genocidio entre 1992 y 1995 en toda Bosnia. En sus m¨¢s de 10.000 d¨ªas de juicios, la corte solo apreci¨®, sin embargo, genocidio en un caso: Srebrenica. El ¨²nico en el que confirm¨® que hubo una voluntad de acabar, total o parcialmente, con un grupo nacional, ¨¦tnico o racial, que es lo que determina este delito complejo de probar. All¨ª, donde este domingo se recuerdan los 25 a?os de la tragedia, cerca de 8.000 varones musulmanes bosnios fueron asesinados en una, t¨¦cnicamente, ¡°zona segura¡± de la ONU. El entonces responsable militar serbobosnio, Ratko Mladic, y su jefe pol¨ªtico, Radovan Karadzic, cumplen hoy por ello cadena perpetua en La Haya.
Pero una cosa es la realidad judicial y otra, la sociopol¨ªtica. 25 a?os despu¨¦s, el genocidio de Srebrenica est¨¢ habitualmente en duda en la Rep¨²blica Srpska, la entidad serbia de Bosnia creada a ra¨ªz de los acuerdos de paz de 1995 que pusieron fin al conflicto, y la vecina Serbia. ¡°En ambos lugares existe negacionismo por parte de instituciones estatales y actores acad¨¦micos, culturales y pol¨ªticos. Se ha convertido en mainstream y cool negar el genocidio¡±, opina Hikmet Karcic, investigador sobre el genocidio del Instituto de Tradici¨®n Isl¨¢mica de los Bosniacos, en Sarajevo.
En alg¨²n caso, se han dado pasos atr¨¢s. En 2004, presionada por el entonces Alto Representante para Bosnia-Herzegovina, Paddy Ashdown, la Rep¨²blica Srpska estableci¨® una comisi¨®n especial de investigaci¨®n sobre lo sucedido en Srebrenica cuyo informe final reconoc¨ªa el asesinato de miles de bosniacos e identificaba a participantes en los mismos. Poco despu¨¦s, su entonces presidente, Dragan Cavic, pidi¨® formalmente perd¨®n por la tragedia.
Catorce a?os m¨¢s tarde, el Parlamento de la entidad serbia aprob¨® la anulaci¨®n de ese informe, a propuesta de Milorad Dodik, hoy uno de los tres presidentes de Bosnia (serbios, croatas y bosniacos eligen cada uno a sus representantes y estos se van turnando en la jefatura del Estado). Dodik asegur¨® en el Parlamento que el documento de 2004 conten¨ªa ¡°datos falsos¡±, que el genocidio de Srebrenica ¡°es una tragedia escenificada con la intenci¨®n de demonizar a los serbios¡± y que ¡°muchos de los enterrados murieron en combate y en el listado [de muertos] hay gente viva¡±. ¡°El mayor mito del siglo XX¡±, lo ha llamado en alguna ocasi¨®n. Tambi¨¦n el alcalde de Srebrenica, ubicada en la Rep¨²blica Srpska, niega que all¨ª se cometiese un genocidio.
El Parlamento de la entidad serbia de Bosnia cre¨® adem¨¢s dos paneles de expertos para reexaminar las cifras de v¨ªctimas en Srebrenica y en Sarajevo, donde murieron unas 12.000 personas en el bloqueo m¨¢s largo de la historia reciente a una capital (1.425 d¨ªas). En la primera se investiga el ¡°sufrimiento de todos los pueblos en la regi¨®n de Srebrenica¡±. En la segunda, el de los ¡°serbios en Sarajevo¡±, y tiene entre sus expertos internacionales a un acad¨¦mico israel¨ª que defiende que el ¨²nico genocidio fue el Holocausto y un exmilitar franc¨¦s que particip¨® en la defensa en La Haya del dirigente serbio Slobodan Milosevic.
¡°En el caso del negacionismo sobre Srebrenica, los factores pol¨ªticos son muy importantes¡±, apunta Janine Natalya Clark, profesora en la Universidad brit¨¢nica de Birmingham especializada en justicia transicional en conflictos en la antigua Yugoslavia. ¡°En Bosnia, por ejemplo, el argumento de que la Rep¨²blica Srpska fue edificada sobre la base de un genocidio obligatoriamente mina toda la legitimidad de esta entidad. Otro asunto es que los serbios siempre sienten que su parte de la historia no ha sido totalmente contada. Mientras que el mundo se centra en lo que sucedi¨® en Srebrenica en julio de 1995, algunos serbios te hablan de los cr¨ªmenes cometidos antes en la zona contra civiles serbios, por ejemplo, en el pueblo de Kravica dos a?os antes. Se ha presionado mucho a los l¨ªderes serbios para que acepten que lo que sucedi¨® en 1995 fue un genocidio y parte de su resistencia tiene que ver con lo que, desde su perspectiva, es una desatenci¨®n a los cr¨ªmenes contra civiles serbios. A un nivel m¨¢s de la ciudadan¨ªa, algunas personas temen que aceptar que lo que pas¨® en Srebrenica fue un genocidio equivaldr¨ªa a reconocer que los serbios son una naci¨®n genocida¡±.
El pasado mayo, el Memorial de Srebrenica, la instituci¨®n oficial para mantener vivo el recuerdo y honrar a las v¨ªctimas, public¨® un informe sobre el negacionismo en el que repasa acontecimientos recientes: una conexi¨®n telef¨®nica desde prisi¨®n que acab¨® con Mladic mandando besos a la audiencia en directo por televisi¨®n, el c¨¢ntico Noz, zica, Srebrenica (Cuchillo, alambre de espino, Srebrenica) en los campos de futbol, una asociaci¨®n que pone carteles en torno a Srebrenica con la imagen de Mladi? y frases como ¡°No hubo genocidio¡± o ¡°Que vivas y est¨¦s sano¡±, en referencia a su deteriorada salud en la prisi¨®n de La Haya... Y, por supuesto, la herida del Nobel de Literatura: la concesi¨®n en 2019 del premio al austriaco Peter Handke, que asisti¨® al funeral del dictador Milosevic, relativiz¨® las matanzas en Srebrenica y consider¨® ileg¨ªtimo al tribunal que las juzg¨®.
En la v¨ªspera del anterior aniversario, el diputado serbio Vladimir Dukanovic, del partido del presidente Aleksandar Vucic, felicit¨® en Twitter a Mladic por la ¡°brillantemente dirigida operaci¨®n militar¡± de ¡°liberaci¨®n de Srebrenica¡±. Dos d¨ªas m¨¢s tarde, el ministro de Defensa, Aleksandar Vulin, asegur¨®: ¡°El pueblo serbio sobrevivi¨® a un genocidio, m¨¢s que cometerlo¡±. El ultranacionalista Vojislav Seselj, condenado por cr¨ªmenes contra la humanidad y que pas¨® 11 a?os de prisi¨®n, era hasta hace nada diputado. Perdi¨® el esca?o en las elecciones del mes pasado.
Al igual que en otros genocidios, una de las formas m¨¢s comunes de negacionismo es el cuestionamiento del n¨²mero de v¨ªctimas o su condici¨®n de civiles (en el memorial hay 8.372 nombres, 6.600 de ellos enterrados). En este caso, con teor¨ªas como que algunos de los muertos viven hoy en Alemania o que se trata de serbios enterrados con nombres musulmanes.
El fen¨®meno se da principalmente en la Rep¨²blica Srpska y Serbia, pero Srebrenica tambi¨¦n ha ca¨ªdo presa en ocasiones del tablero geopol¨ªtico. En 2015, Rusia y China, pa¨ªses con derecho a veto en el Consejo de Seguridad de la ONU, se opusieron junto con Angola y Venezuela a una resoluci¨®n para reconocer formalmente como genocidio los cr¨ªmenes all¨ª perpetrados en julio de 1995.
Hace justo un a?o, el Alto Representante para Bosnia-Herzegovina, Valentin Inzko, abog¨® por que, para la efem¨¦ride de hoy, estuviese aprobada una ley que penase el negacionismo del genocidio. No ha sido as¨ª: una de las dos C¨¢maras del poder legislativo rechaz¨® hacerlo el pasado enero. Inzko no ha querido utilizar los poderes que le permiten imponerla.
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