Iv¨¢n Duque busca sortear la tormenta del ¡®caso Uribe¡¯ y fijar un rumbo en Colombia
El presidente llega a la mitad de su mandato con un horizonte marcado por la gesti¨®n de la pandemia, la crisis econ¨®mica y las consecuencias de la detenci¨®n cautelar de su mentor
El presidente colombiano, Iv¨¢n Duque, acaba de llegar a la mitad de su mandato en medio de la tormenta pol¨ªtica m¨¢s intensa de los ¨²ltimos a?os. La detenci¨®n cautelar de ?lvaro Uribe, por un caso que investiga supuesta manipulaci¨®n de testigos, ordenada la semana pasada complica el horizonte de su Gobierno, que se apoya en el partido del exmandatario, el Centro Democr¨¢tico. El pol¨ªtico afronta una recta final marcada por la pandemia y la crisis econ¨®mica e intenta construir un legado que depender¨¢ de la gesti¨®n a largo plazo de la emergencia.
Duque gan¨® las elecciones en 2018 con m¨¢s de 10 millones de votos, un resultado sin precedentes en el pa¨ªs, en un clima de elevada polarizaci¨®n en el que resultaron decisivas dos premisas. En primer lugar, el apoyo que le dio Uribe, actual senador y su principal mentor. Y, en segundo lugar, el hecho de que enfrente tuviera a Gustavo Petro, candidato n¨ªtidamente de izquierdas. Ninguno de los dos aspirantes cont¨® en segunda vuelta exclusivamente con los votos de sus seguidores. Operaron por un lado los sentimientos de respaldo incondicional y rechazo hacia el expresidente y por otro el miedo a un proyecto antiestablishment o el espantajo de Venezuela que domin¨® la campa?a.
Adem¨¢s del fantasma del r¨¦gimen de Nicol¨¢s Maduro, en ese momento casi todo giraba en torno a los acuerdos de paz con las FARC alcanzados por el Gobierno saliente de Juan Manuel Santos. Duque siempre se opuso a ese proceso, aun as¨ª su posici¨®n nunca fue tan radical como la de Uribe o los sectores m¨¢s derechistas de su formaci¨®n. En su primer discurso como presidente electo advirti¨® que lo pactado con la extinta guerrilla tendr¨ªa ¡°correcciones¡± sin romper todos los compromisos.
El blindaje de esos acuerdos impidi¨® al mandatario y a su partido acometer cambios estructurales. En cualquier caso, desde entonces el panorama ha cambiado y lo que definir¨¢ su mandato ser¨¢n probablemente otras cuestiones. La violencia, por ejemplo, se ha reciclado en una suerte de lucha entre bandas criminales, mafias de paramilitares y grupos guerrilleros disidentes por hacerse con el control de las rutas del narcotr¨¢fico. Los asesinatos de los l¨ªderes comunitarios no cesan, aunque Duque, que tambi¨¦n tuvo que afrontar m¨¢s de una crisis dentro de las Fuerzas Armadas, destac¨® el pasado viernes que las autoridades han logrado disminuir los homicidios, los secuestros y frenar la expansi¨®n de los cultivos de hoja de coca.
Sin embargo, los desaf¨ªos que marcar¨¢n su rumbo y su legado, a¨²n est¨¢ por definir, tienen que ver con la pandemia de la covid-19 y con la recuperaci¨®n econ¨®mica ante los embates de la crisis sanitaria. El mandatario fue uno de los primeros de la regi¨®n en cerrar las fronteras y en decretar estrictas medidas de confinamiento el pasado mes de marzo. Lo hizo cuando el coronavirus a¨²n no hab¨ªa golpeado con fuerza Am¨¦rica Latina y ahora, a la espera del pico de la enfermedad, debe lidiar con el dilema de la desescalada.
El Gobierno aprob¨® varios paquetes de ayudas sociales, pero una informalidad laboral que ronda el 50% arroja unas perspectivas sombr¨ªas. Al mismo tiempo, Duque opt¨® por una exposici¨®n cotidiana para dejar claro que tiene la situaci¨®n bajo control y fortalecer su liderazgo. Todas las tardes, desde el comienzo de la alerta sanitaria, conduce un programa de televisi¨®n, Prevenci¨®n y acci¨®n, en el que actualiza los datos, contesta preguntas y explica los anuncios. Esa presencia constante y la gesti¨®n levantaron su imagen favorable hasta un 61%, seg¨²n una reciente encuesta.
El peso del ¡°caso Uribe¡±
Aun as¨ª, lo peor de la emergencia est¨¢ por llegar en relaci¨®n con su repercusi¨®n econ¨®mica y a eso se a?ade ahora la grav¨ªsima crisis del caso Uribe. En su discurso de mitad de mandato, el presidente, que defiende sin matices la inocencia del senador, insisti¨® en la necesidad de revisar el sistema de justicia. ¡°En estos momentos observamos un consenso pol¨ªtico, acad¨¦mico e institucional sobre la necesidad de darle al pa¨ªs una reforma real a la justicia¡±, dijo.
¡°Finalmente, el legado de Duque no depender¨¢ de su capacidad para implementar las reformas por las que abog¨® inicialmente. En campa?a, promovi¨® el desarrollo del sector privado, la inversi¨®n extranjera y la estructura tributaria regresiva pero el ambiente es diferente ahora. M¨¢s bien, ser¨¢ juzgado por su capacidad de guiar al pa¨ªs a trav¨¦s de la crisis, en aras a preservar las mejoras que el pa¨ªs ha logrado a lo largo del siglo XXI¡±, apunta el balance de la consultora Colombia Risk Analysis. Su director, Sergio Guzm¨¢n, considera que de alguna manera la campa?a electoral de 2022 ya ha comenzado. El Congreso elimin¨® la reelecci¨®n presidencial y el mandatario deber¨ªa dedicarse a afianzar un rumbo.
En este contexto, sigue el informe, ¡°Duque se enfrenta al ocaso de su presidencia y no solo debe considerar su legado sino tambi¨¦n la manera en que sus sucesores continuar¨¢n con sus propuestas¡±. Entre ellas tambi¨¦n figura un desaf¨ªo central para la regi¨®n, es decir, la migraci¨®n venezolana.
La cuesti¨®n venezolana
Colombia acogi¨® en los ¨²ltimos a?os de cerca de 1,8 millones de migrantes del pa¨ªs vecino. El consenso sobre la gesti¨®n de esta crisis es pr¨¢cticamente un¨¢nime a pesar del impacto del fen¨®meno en los servicios sociales. Colombia, sus autoridades y sus ciudadanos, con la salvedad de episodios puntuales, tuvieron una actuaci¨®n muy aplaudida en t¨¦rminos generales.
La dependencia que Colombia tiene de Estados Unidos, sobre todo en materia de pol¨ªtica exterior, ha definido la posici¨®n del Gobierno de Duque frente al r¨¦gimen chavista, con el que ya hab¨ªa roto su antecesor, Juan Manuel Santos. Pero esa postura, seg¨²n los expertos, se adaptar¨¢ a la de Washington despu¨¦s de las pr¨®ximas presidenciales. ¡°Est¨¢ en una posici¨®n en la que su estrategia m¨¢s viable es inclinarse irrestrictamente hacia la pol¨ªtica estadounidense hacia Venezuela. Se podr¨ªa especular que si Trump permaneciera en el cargo, continuar¨ªan las severas sanciones y el ruido de los sables militares. Entretanto, si Biden se convirtiera en presidente en 2021, lo m¨¢s probable es que estar¨ªa a favor de un enfoque m¨¢s multilateral para eliminar a Maduro. Duque probablemente apoyar¨¢ cualquiera de estas instrucciones de pol¨ªtica si se materializan¡±, recoge el informe de la consultora Colombia Risk.
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