El reto de votar en el pa¨ªs del mill¨®n de desplazados
Burkina Faso celebra elecciones presidenciales y legislativas pero excluye de las mismas a una quinta parte de su territorio azotada por la violencia
Hace tan solo dos a?os, Burkina Faso ten¨ªa 50.000 desplazados internos debido a la violencia yihadista y los enfrentamientos intercomunitarios. En la actualidad son m¨¢s de un mill¨®n las personas que han huido de sus hogares, una carga muy dif¨ªcil de gestionar para uno de los pa¨ªses m¨¢s pobres del mundo. Unos seis millones y medio de burkineses est¨¢n llamados este domingo a las urnas para elegir nuevo presidente y Parlamento, pero se calcula que uno de cada tres ciudadanos no podr¨¢ ejercer su derecho al voto.
¡°Burkina Faso est¨¢ en el coraz¨®n del Sahel, donde se vive la crisis m¨¢s r¨¢pida y catastr¨®fica que tenemos hoy en el mundo¡±, asegura Ornella Moderan, responsable de esta regi¨®n para el Instituto de Estudios de Seguridad (ISS). Tan grave es la situaci¨®n que el Programa Mundial de Alimentos asegura que el pa¨ªs ocupa ya el cuarto escal¨®n de cinco en su imparable camino hacia la hambruna, con 3,3 millones de personas en inseguridad alimentaria. Detr¨¢s de todo ello est¨¢ la violencia. Hasta el pasado 14 de noviembre, 2.254 personas hab¨ªan sido asesinadas en atentados, masacres intercomunitarias, enfrentamientos entre grupos armados y el Ej¨¦rcito o ejecuciones extrajudiciales, superando ya las 2.219 de todo el a?o pasado seg¨²n el Armed Conflict Location & Event Data Project (ACLED).
Este descenso a los infiernos comienza en 2015 y nace como un contagio del deterioro de la situaci¨®n en la vecina Mal¨ª. ¡°Burkina Faso estaba extremadamente mal preparada, hubo una reacci¨®n tard¨ªa a los primeros ataques. Cuando en la capital salieron del sopor, la cat¨¢strofe ya se estaba produciendo¡±, a?ade Moderan. Al principio eran incursiones de grupos yihadistas procedentes de Mal¨ª y vinculados a Al Qaeda, pero pronto surgieron grupos locales como Ansarul Islam a los que se sum¨® con especial intensidad el Estado Isl¨¢mico del Gran Sahara (EIGS). Mientras el Ej¨¦rcito iba cediendo terreno, los terroristas explotaban la pobreza y el sentimiento de abandono de la poblaci¨®n para ganar adeptos y tejer complicidades.
La regi¨®n m¨¢s afectada es Sahel, pero los incidentes se han ido extendiendo tambi¨¦n a Norte, Centro-Norte, Este, Boucle du Mouhoun y, en menor medida, al resto del pa¨ªs. El ciclo de la violencia se hab¨ªa desatado. ¡°La poblaci¨®n huye de los grupos armados, pero tambi¨¦n de las fuerzas de seguridad que deber¨ªan protegerles¡±, aseguraba hace tan solo unos meses el responsable de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), Xavier Creach, quien denunciaba que decenas de miles de civiles se estaban viendo entre la espada y la pared. ¡°Se les fuerza a no ser neutrales¡±, a?adi¨®.
Con un mill¨®n de personas que se han visto obligadas a abandonar sus hogares pr¨¢cticamente con lo puesto, un 5% de la poblaci¨®n del pa¨ªs, y con una quinta parte del territorio fuera del control estatal, celebrar unas elecciones parece una quimera. Sin embargo, todos los partidos del arco parlamentario aceptaron que no celebrarlas era a¨²n peor. ¡°Si no hay comicios, a la crisis de seguridad y humanitaria se podr¨ªa sumar una crisis de legitimidad de las instituciones, pero es evidente que la duda sobre la inclusividad va a planear sobre esta cita electoral¡±, a?ade la experta del ISS.
Roch Marc Christian Kabor¨¦, presidente desde 2015, es el principal favorito en estas elecciones. Frente a ¨¦l, 12 candidatos de los que dos tienen un aparato de partido detr¨¢s y, por tanto, aspiraciones de llegar al palacio presidencial si alguno de ellos logra forzar una segunda vuelta. Se trata del hist¨®rico l¨ªder opositor Zephirin Diabr¨¦ y del candidato del partido del expresidente Blaise Compaor¨¦, derrocado en 2014 por un alzamiento popular, Eddie Kombo?go. Los grupos opositores ya han acordado apoyar al que logre forzar un segundo round, pero la dispersi¨®n de sus fuerzas indica que no lo tendr¨¢n f¨¢cil.
El pasado 11 de noviembre, en plena campa?a electoral, 14 soldados fueron asesinados en una emboscada en Tin-Akoff, un sangriento recordatorio de que el pa¨ªs est¨¢ inmerso en una guerra sin cuartel. El presidente Kabor¨¦ ha destinado una cuarta parte del presupuesto nacional a la lucha contra la inseguridad y su pa¨ªs forma parte del G5 del Sahel, un ej¨¦rcito integrado por cinco pa¨ªses que pretende enfrentar la amenaza terrorista. Adem¨¢s ha puesto en marcha, con el apoyo un¨¢nime del Parlamento, los grupos de Voluntarios para la Defensa de la Patria (VDP), civiles implicados en la lucha antiterrorista. Sin embargo, la respuesta militar no ha dado los resultados esperados. Esta cuesti¨®n ha sido el eje de la campa?a de todos los candidatos, la mayor¨ªa de los cuales incluso han planteado abrir un di¨¢logo con los yihadistas. Kabor¨¦ se opone rotundamente a ello.
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