Putin intenta contener nuevas turbulencias

Y eso se nota. De las 86 regiones rusas, solo dos no vieron protestas entre abril y junio pasados. Y no se han diluido. En Kotlas (Arcankangelsk) unos cuantos miles de personas volvieron a salir a la calle hace unos d¨ªas contra el plan que prev¨¦ transportar la basura de Mosc¨² a ¨¢reas como la suya. Los rusos son cada vez menos reacios a movilizarse. Sobre todo por cuestiones sociales: desde la oposici¨®n a la construcci¨®n de una catedral en un parque o a un vertedero, al rechazo por la detenci¨®n irregular de un periodista cr¨ªtico. Situaciones que simbolizan los problemas de desigualdad, contaminaci¨®n y pobreza de Rusia y que alimentan el descontento social. Temas que en 2020 siguen sobre la mesa.

Se inicia, adem¨¢s, un a?o decisivo para Rusia Unida, el partido del Gobierno, que ha ido perdiendo votantes a espuertas en los ¨²ltimos a?os. Su marca se ha vuelto t¨®xica. Tanto, que en las ¨²ltimas elecciones regionales gran parte de sus candidatos decidieron presentarse como independientes por temor a que la se?a del partido les perjudicase. Pero con unas elecciones parlamentarias clave programadas para 2021, el Kremlin sabe que necesita resucitar al partido o renombrarlo para evitar problemas graves en las urnas. Debe asegurarse una mayor¨ªa en el Parlamento antes de 2024, fecha en la que Putin debe dejar la presidencia, seg¨²n la ley.

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Las elecciones regionales de septiembre ser¨¢n un importante examen para la estrategia de Rusia Unida. Las autoridades deben decidir si repetir el escenario del a?o pasado en Mosc¨², cuando se impidi¨® a los candidatos opositores concurrir alegando distintas faltas administrativas. Una maniobra que provoc¨® protestas multitudinarias en la capital que se saldaron con miles de detenidos.

Tambi¨¦n echan a andar nuevas leyes para controlar Internet y la nueva regulaci¨®n que permite declarar agente extranjero a periodistas o blogueros que reciben dinero de fuera. Medidas con las que el Kremlin aumenta la presi¨®n sobre cualquier tipo de oposici¨®n y medios cr¨ªticos.

Rusia deber¨¢ decidir este a?o su postura en dos temas clave: la crisis clim¨¢tica y la violencia machista. En un pa¨ªs cada vez m¨¢s conservador, el Parlamento debatir¨¢ si aprueba una ley contra la violencia dom¨¦stica (ahora en periodo de enmiendas) para tratar de combatir la brutal lacra de las agresiones a mujeres. Putin, pese a que Rusia es uno de los pa¨ªses m¨¢s afectados por el calentamiento global ¡ªse calienta 2,5 veces m¨¢s r¨¢pido que la media del planeta¡ª, ha adoptado en ocasiones una postura negacionista de las causas. Hace unos d¨ªas, el Kremlin public¨® una estrategia que iniciar¨¢ en 2020 para adaptar su econom¨ªa y la poblaci¨®n al cambio clim¨¢tico; aunque habla sobre todo de ¡°utilizar las ventajas¡± de las temperaturas m¨¢s c¨¢lidas.

Putin avanza en su estrategia para afianzar Rusia como una potencia geopol¨ªtica de primer nivel. El presidente ruso ans¨ªa la llegada de las conmemoraciones del 75 aniversario de la victoria sobre los nazis en mayo ¡ªa las que ha invitado, entre otros, al presidente de EE?UU, Donald Trump¡ª, que pueden volver a sentarle, y con honores, en la mesa de los grandes. El l¨ªder ruso se ha acercado a su hom¨®logo franc¨¦s, Emanuel Macron, que da muestras de buena sinton¨ªa; y busca restaurara la relaci¨®n con la canciller alemana, Angela Merkel, que visitar¨¢ Rusia el pr¨®ximo s¨¢bado.

El cumplimiento ruso de su parte de los acuerdos de Minsk para acabar con la guerra del Este de Ucrania, podr¨ªan relajar el tono de las relaciones entre Mosc¨² y Bruselas y tambi¨¦n pavimentar el camino hacia un levantamiento de las sanciones.

Sin embargo, los analistas creen que las elecciones presidenciales en EE?UU traer¨¢n otra tanda de castigos de Washington contra intereses rusos. Y esto derivar¨¢ en nuevos pasos hacia la desdolarizaci¨®n emprendida por Mosc¨², que continuar¨¢ con ganas su giro hacia Asia ¡ªse prev¨¦ otro aumento del comercio y la inversi¨®n con China¡ª, Oriente Pr¨®ximo y ?frica. Con nuevos frentes abiertos, como la guerra libia y la escalada de tensi¨®n entre EE?UU e Ir¨¢n, Mosc¨² debe decidir sus pr¨®ximos pasos en el conflicto sirio, en el que entr¨® en 2015 para apoyar a su aliado Bachar el Asad.

Control armament¨ªstico

Si el a?o pasado enterr¨® definitivamente el tratado de control de misiles de corto y largo alcance clave de la Guerra Fr¨ªa (INF), este puede ver el final de otro de los acuerdos sobre control de armas, el New Start, que limita el n¨²mero de ojivas nucleares en poder de Mosc¨² y Washington. El pacto expira en 2021. Y a¨²n no hay negociaci¨®n en marcha.

Este ser¨¢ tambi¨¦n un a?o fundamental para las relaciones entre Rusia y Bielorrusia. Ambos pa¨ªses negocian ahora los nuevos t¨¦rminos de su acuerdo de uni¨®n. El Kremlin busca una mayor integraci¨®n. Y para lograrla presiona a Minsk aumentando los precios de la energ¨ªa y reduciendo los subsidios, una piedra angular para la econom¨ªa bielorrusa. El 31 de diciembre, Mosc¨² ya mostr¨® al presidente bielorruso, Aleksandr Lukashenko, lo que podr¨ªa pasar si no hay acuerdo cortando el flujo de petr¨®leo unos d¨ªas. Pero para Bielorrusia, la integraci¨®n o uni¨®n amplificada puede suponer una p¨¦rdida de soberan¨ªa intolerable para Lukashenko, que se mueve en una posici¨®n delicada: perder los beneficiosos acuerdos rusos puede golpear duramente su econom¨ªa. Pero las negociaciones ya han provocado protestas toleradas en un pa¨ªs que normalmente reprime con pu?o de hierro cualquier movilizaci¨®n.