Nueva cuenta atr¨¢s para evitar una ruptura ca¨®tica
La UE y Londres tienen 335 d¨ªas para cerrar un pacto sobre la relaci¨®n futura tras el periodo transitorio
Confiesa Peter Wilding, el activista proeuropeo que en 2012 acu?¨® la palabra Brexit, que si de algo se lamenta es de no haber podido registrar el copyright del neologismo. El Reino Unido ya no est¨¢ en la Uni¨®n Europea, pero el vocablo no va a caer en desgracia todav¨ªa. Podr¨¢ llenar horas de televisi¨®n y pancartas. El Brexit salvaje que los Veintisiete han querido evitar a toda costa a¨²n puede suceder si los dos bloques no logran cerrar antes del 31 de diciembre de este a?o los t¨¦rminos de la separaci¨®n en ¨¢mbitos tan sensibles como la seguridad, el libre comercio o la pesca.
Apenas nada ha cambiado tras la salida del Reino Unido de la UE. La Union Jack ya no ondea en Bruselas, pero las normas comunitarias siguen rigiendo en Londres de forma transitoria. Lo har¨¢n hasta el 31 de diciembre de 2020. En su af¨¢n por dar m¨¢s suspense al guion, el primer ministro brit¨¢nico, Boris Johnson, ha decidido cerrar la puerta a pedir una pr¨®rroga a ese periodo de transici¨®n. Con esa decisi¨®n, ha conseguido meter presi¨®n a los Veintisiete, que temen que todav¨ªa puedan despe?arse junto a su antiguo socio por el precipicio si no sellan un acuerdo de la relaci¨®n futura en 11 meses.
La presidenta de la Comisi¨®n Europea, Ursula von der Leyen, expres¨® la ¡°preocupaci¨®n¡± que percibe al ver caer la arena del reloj. ¡°No se trata solo de negociar un acuerdo de libre comercio, sino muchos otros asuntos¡±, afirm¨®. Los equipos negociadores de la UE, liderados por el franc¨¦s Michel Barnier, deben atar dos grandes bloques: el econ¨®mico, que incluye acuerdos de libre comercio, pesca o energ¨ªa, y el de seguridad, que va desde la cooperaci¨®n policial hasta la acci¨®n exterior.
Cecilia Malmstr?m, excomisaria de Comercio y profesora de la Universidad de Gotemburgo, comparte la inquietud de Von der Leyen. ¡°Ser¨¢ muy duro lograr un acuerdo integral para finales de este a?o, pero supongo que ambas partes lo har¨¢n lo mejor que puedan. Va a depender mucho de la visi¨®n que tenga el Reino Unido sobre los est¨¢ndares de la Uni¨®n Europea. Espero que al final acabe en una relaci¨®n estrecha entre ambos. Somos vecinos, amigos y aliados y tenemos mucho en com¨²n¡±, afirma la excomisaria.
Bruselas quiere un acuerdo de asociaci¨®n que prevea mecanismos de resoluci¨®n de conflictos y contenga todos los pactos sectoriales. Y ha empezado ya a calentar para salir al campo. Durante el mes de enero, m¨¢s de 200 diplom¨¢ticos de la UE han participado en multitud de reuniones y seminarios. Tambi¨¦n ha empezado a prepararse la maquinaria negociadora de la Comisi¨®n. Al otro lado de la mesa, Barnier volver¨¢ a verse las caras con David Frost, que liderar¨¢ a un equipo de unas 40 personas. El franc¨¦s, por ahora, ha empezado una gira por las capitales para recoger las directrices que completen el mandato formal de los Veintisiete.
La intenci¨®n de la Comisi¨®n pasa por abrir el m¨¢ximo de carpetas cuanto antes y ver cu¨¢les pueden vincularse entre s¨ª. Ya est¨¢ claro que el acuerdo comercial se ligar¨¢ a un pacto pesquero en el que est¨¢n implicados ocho pa¨ªses, entre ellos Espa?a, cuyos buques faenan en aguas brit¨¢nicas. No habr¨¢ una cosa sin la otra. Pero fuentes diplom¨¢ticas se?alan que el Reino Unido quiere seguir una estrategia similar, que pasar¨ªa por no cerrar el cap¨ªtulo de seguridad ¡ªen el que ambas partes comparten m¨¢s intereses¡ª si antes no hay avances en el acuerdo sobre mercanc¨ªas.
Para los brit¨¢nicos, es clave irse con un tratado comercial que fije aranceles cero. El Gobierno de Johnson cree que la UE es la primera interesada en ese pacto por el super¨¢vit comercial en sus relaciones con Londres. En cualquier caso, el peso de la UE en la econom¨ªa brit¨¢nica sigue siendo colosal: supone el 53% de todas sus importaciones y el 45% de sus exportaciones.
Johnson ha amagado con dar prioridad al pacto con Estados Unidos, pero Bruselas considera poco cre¨ªble esa opci¨®n. ¡°La de EE?UU ser¨¢ una negociaci¨®n muy dura, en particular con sectores como la agricultura y los productos farmac¨¦uticos. Adem¨¢s, dada la estructura del comercio brit¨¢nico, el acuerdo con la UE es m¨¢s necesario y debe llegar primero¡±, sostiene Jeremy Shapiro, director de investigaci¨®n del European Council on Foreign Relations.
A la Comisi¨®n Europea le preocupa el tiempo, pero cree que sus equipos pueden asumir una negociaci¨®n compleja en tiempo r¨¦cord. Sin embargo, le inquieta la actitud con la que el Reino Unido pueda ir a la mesa de negociaci¨®n. En el caso de que Johnson se decante por importar al Reino Unido el modelo de Singapur de zonas francas portuarias, la colisi¨®n no tardar¨¢ en llegar. Bruselas quiere relaciones estrechas, pero siempre que haya igualdad de condiciones en materia fiscal, laboral, medioambiental o de ayudas de Estado.
¡°La posici¨®n respecto al acuerdo comercial va a mostrar el tono con el que llegan los brit¨¢nicos y aclarar¨¢ si hay intenciones de divergir de las reglamentaciones europeas¡±, se?ala la investigadora en el Institut Jacques Delors Elvire Fabry, quien teme el ¡°efecto t¨®xico¡± que una quiebra en la confianza en el terreno comercial pueda tener sobre otros asuntos clave como la seguridad.
Ni Par¨ªs ni Berl¨ªn quieren un rival de 66,5 millones de habitantes y semejante m¨²sculo financiero y econ¨®mico a 34 kil¨®metros de la costa de la UE. ¡°Esta semana tenemos el Brexit pol¨ªtico. El 31 de diciembre tendremos el econ¨®mico. Que no haya aranceles o cuotas solo ser¨¢ posible en un escenario de igualdad de condiciones¡±, sostiene el diputado de Renew Pascal Canfin, cercano al presidente franc¨¦s, Emmanuel Macron. Tambi¨¦n la canciller alemana, Angela Merkel, ha dejado atr¨¢s su posici¨®n m¨¢s conciliadora para advertir de la amenaza que supondr¨¢ un ¡°competidor a las puertas de Europa¡±.
Asomarse al precipicio
Bruselas da por hechos los desencuentros. Y descuenta que habr¨¢ dos momentos incluso dram¨¢ticos. El primero se producir¨¢ con casi total seguridad, seg¨²n fuentes comunitarias, en junio. Entonces se cumplir¨¢n tres meses de negociaciones y se podr¨¢n constatar las primeras discrepancias tanto en la conferencia de alto nivel que deber¨¢ celebrarse como en el Consejo Europeo. Ese mes se cumple tambi¨¦n el plazo para que Johnson pida la pr¨®rroga para ampliar el periodo de transici¨®n. De momento, la Comisi¨®n trabaja con la hip¨®tesis de que no lo har¨¢.
El segundo momento de tensi¨®n llegar¨¢ en octubre. Ambas partes ya sentir¨¢n la presi¨®n de asomarse al precipicio y no se descarta que Johnson cambie de opini¨®n y pida una pr¨®rroga. Y eso, seg¨²n fuentes consultadas, requerir¨ªa cambios en el acuerdo de retirada. Elvire Fabry, del Institut Jacques Delors, cree, no obstante, que la negativa de Johnson a una pr¨®rroga podr¨ªa ser un tiro en el pie. Si los Veintisiete siguen unidos, Fabry prev¨¦ que Johnson no tendr¨¢ m¨¢s remedio que acabar aceptando sus demandas a rega?adientes al verse acorralado.
¡°Michel Barnier construye la negociaci¨®n mediante los principios legales de la UE, no los pol¨ªticos. Y los Veintisiete quieren una relaci¨®n cercana con el Reino Unido, pero su prioridad es preservar el mercado ¨²nico y su ecosistema reglamentario¡±, se?ala. Una tras otra, esas inc¨®gnitas se ir¨¢n despejando en breve. En un periodo de solo 11 meses que decidir¨¢n si Europa puede dejar por fin atr¨¢s la palabra Brexit.
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