El Gobierno de Johnson, avergonzado por las fotos del men¨² escolar gratuito

Una bolsa de pan de molde. Un paquete de lonchas de queso. Dos patatas. Dos zanahorias. Dos pl¨¢tanos. Tres manzanas. Una lata de jud¨ªas pintas. Un paquete de macarrones. Un tomate. Dos barritas energ¨¦ticas. Y tres sobrecitos de yogur l¨ªquido. El almuerzo escolar de un ni?o en el Reino Unido para cinco d¨ªas. O la foto de la verg¨¹enza. La public¨® en Twitter una madre que firmaba bajo la cuenta @RoadsideMum y ha acabado siendo la portada de varios peri¨®dicos. ¡°Esas im¨¢genes son escandalosas, vergonzosas y todo un insulto para las familias que han recibido esos paquetes¡±, ha dicho Boris Johnson este mi¨¦rcoles en la C¨¢mara de los Comunes. Respond¨ªa al l¨ªder de la oposici¨®n laborista, Keir Starmer, quien le hac¨ªa la pregunta m¨¢s obvia para muchos ciudadanos: ¡°?Estar¨ªa usted feliz alimentando de ese modo a sus hijos?¡±.

Durante aquellos momentos, a lo largo de la pandemia, en los que los colegios han debido permanecer cerrados, como ocurre actualmente, el Gobierno brit¨¢nico ha tenido una respuesta vacilante a la hora de garantizar el desayuno y almuerzo escolar gratuito a los alumnos m¨¢s necesitados. Lo hizo en la primera ola, pero retir¨® la medida al llegar las vacaciones de verano. Solo la intensa campa?a en redes sociales de Marcus Rashford, el futbolista de origen antillano del Manchester United, logr¨® que Downing Street rectificara.

El problema de un Gobierno confundido a menudo por la gravedad de la crisis y su propia ideolog¨ªa liberal mal entendida es que responde a las urgencias con respuestas mezcladas, y corre el riesgo de aparecer como el Sr. Scrooge de Charles Dickens. El Ministerio de Educaci¨®n ofreci¨® en su momento a las escuelas una doble alternativa: suministrar directamente a los alumnos de menos recursos paquetes semanales de comida, o redirigirlas a los servicios sociales para que obtuvieran cupones canjeables en las grandes cadenas de supermercados. Cada colegio recibir¨ªa, seg¨²n lo establecido, unos cuatro euros semanales por ni?o. Los vales, sin embargo, ser¨ªan de 17 euros por semana. El Gobierno anim¨® a los centros a que dieran prioridad a la alternativa de los paquetes, que en muchos casos se trat¨® de un servicio externalizado.

Chartwells, la empresa de catering escolar que ha acabado en el ojo del hurac¨¢n, ya ha pedido disculpas y se ha comprometido a devolver el dinero recibido. Aseguran que la foto representaba la dieta de cinco d¨ªas, y que el valor del conjunto era, sumados los alimentos, el empaquetado y la distribuci¨®n, unos 12 euros. ¡°Sentimos mucho que la cantidad haya sido tan escasa en este caso concreto. Normalmente incluimos una variedad amplia de alimentos nutritivos para los almuerzos escolares¡±, ha dicho un portavoz de la compa?¨ªa. El presidente de Compass Group, la matriz que abarca tambi¨¦n servicios de distribuci¨®n de comidas preparadas, es un conocido donante del Partido Conservador.

Las redes se han llenado de fotos de usuarios con los paquetes que hab¨ªan recibido, cada cual m¨¢s paup¨¦rrimo. Pero esta nueva crisis a la que hace frente el Gobierno de Johnson refleja algo m¨¢s que una an¨¦cdota, porque la mayor¨ªa de los productos lanzados al debate p¨²blico son, de hecho, los que se sirven a diario en los comedores escolares. La sorpresa viene cuando aparecen todos juntos y quedan delatadas su calidad y cuant¨ªa. Con los 12 euros que, seg¨²n Chartwells, vale el paquete que ha provocado la revuelta social, muchos usuarios han demostrado que podr¨ªan comprar muchos m¨¢s productos y m¨¢s nutritivos. Alguien, es la deducci¨®n general, se est¨¢ llevando un beneficio extraordinario.

En un nuevo volantazo, como los muchos realizados ya durante la crisis, el Gobierno de Johnson ha anunciado que retirar¨¢ a partir del lunes su recomendaci¨®n de dar prioridad a los paquetes de comida, para establecer a cambio una norma general de cupones canjeables para las familias.