Carolina del Sur recupera la silla el¨¦ctrica y el pelot¨®n de fusilamiento para los condenados a muerte
Una nueva ley obligar¨¢ a los prisioneros a elegir entre estos dos m¨¦todos cuando no existan los f¨¢rmacos para la inyecci¨®n letal
Carolina del Sur no ha ejecutado a ninguno de los 37 hombres que esperan su turno en el corredor de la muerte desde hace una d¨¦cada. La raz¨®n es sencilla: el m¨¦todo que eligen los condenados para su muerte es la inyecci¨®n letal y los correccionales no tienen uno de los f¨¢rmacos necesarios para que el reo no sufra una muerte larga y atroz. Hasta el momento, la legislaci¨®n de ese Estado sure?o les permit¨ªa elegir entre la inyecci¨®n letal y la silla el¨¦ctrica, por lo que los presos se decantaban por la primera opci¨®n y as¨ª postergaban su d¨ªa final.
Hasta el pasado viernes, cuando el gobernador republicano, Henry McMaster, cumpli¨® con lo que prometi¨®: firmar ¡°en cuanto llegara a su escritorio¡± el proyecto de ley que una semana antes hab¨ªa aprobado la C¨¢mara -bajo control republicano (66-43)- en el que se establece que si no hay existencias de los f¨¢rmacos necesarios, el preso deber¨¢ ser ejecutado con la silla el¨¦ctrica sin m¨¢s dilaci¨®n. La normativa tambi¨¦n pas¨® el voto del Senado. Pero la ley contiene una provisi¨®n que introduce otra opci¨®n para el condenado, adem¨¢s de la silla el¨¦ctrica, morir frente a un pelot¨®n de fusilamiento. Esta ley convierte a Carolina del Sur en el cuarto Estado de la Uni¨®n en incluir el fusilamiento como alternativa, despu¨¦s de Misisipi, Oklahoma y Utah.
Para quienes se opon¨ªan a la ley, la opci¨®n del fusilamiento es un paso atr¨¢s, ya que se trata de una pr¨¢ctica que consideran ¡°medieval¡±. Los partidarios de la pena de muerte consideran, en cambio, que poder ejecutar a los condenados por sus cr¨ªmenes logra que las familias de las v¨ªctimas puedan cerrar cap¨ªtulo. ¡°Estamos un paso m¨¢s cerca de brindarles a las familias y seres queridos de las v¨ªctimas la justicia y el cierre que les debe la ley. Firmar¨¦ esta legislaci¨®n tan pronto como llegue a mi escritorio¡±, dijo el Gobernador de Carolina del Sur a trav¨¦s de un comunicado.
¡°Es 2021. Deber¨ªamos dejar atr¨¢s estas formas b¨¢rbaras de castigo que son m¨¢s medievales que modernas. Nuestro Estado ha dado un paso atr¨¢s y me averg¨¹enzo¡±, dijo el l¨ªder dem¨®crata de la C¨¢mara de Representantes, Todd Rutherford, en un comunicado despu¨¦s de que el proyecto de ley pasara la votaci¨®n en la C¨¢mara de Representantes.
La aprobaci¨®n de la nueva legislaci¨®n no implica la reactivaci¨®n inmediata de las ejecuciones en Carolina del Sur, ya que con toda seguridad la ley enfrentar¨¢ demandas que pueden retrasar varios a?os su entrada en vigor. Seg¨²n datos del DPIC, en 2021 no hay programada ninguna ejecuci¨®n en Carolina del Sur. Si no existen indultos o aplazamientos, la pr¨®xima ejecuci¨®n se llevar¨¢ a cabo el 19 de mayo en Texas, el tercer Estado con mayor n¨²mero de presos en el corredor de la muerte, 210. En primer lugar est¨¢ California, con 711, y en segundo, Florida, con 347.
El cambio de la ley de Carolina del Sur se produce cuando los Estados del pa¨ªs que siguen practicando la pena de muerte -un total de 27 sobre 50- siguen encontrando barreras para ejecutar a los condenados a la m¨¢xima pena debido a la escasez de uno de los tres medicamentos que se utilizan para acabar con la vida del sentenciado.
El problema no es nuevo y se arrastra ya desde hace m¨¢s de una d¨¦cada, cuando en el oto?o de 2010 los centros penitenciarios se quedaron sin pentotal s¨®dico, el anest¨¦sico que se usaba en las penas capitales para dormir al reo antes de inyectarle en vena las otras dos sustancias que acaban con su vida. Entonces, Hospira, el ¨²nico laboratorio farmac¨¦utico que fabricaba el pentotal s¨®dico en EE UU, anunci¨® que ten¨ªa problemas para cumplir con la demanda.
Oficialmente aleg¨® problemas log¨ªsticos y de dificultad para lograr ciertos ingredientes, pero detr¨¢s estaba el deseo de la compa?¨ªa de no querer verse asociada por m¨¢s tiempo con la pena de muerte. Casi a rengl¨®n seguido, en Italia ¨Cpa¨ªs donde se fabricaba uno de los ingredientes usados por Hospira- se vivi¨® una gran presi¨®n medi¨¢tica para que no se vendiera a EE UU m¨¢s anestesia destinada a los corredores de la muerte.
En 2012, un reo de Texas se convert¨ªa en el primer recluso en ser ejecutado por inyecci¨®n letal compuesta por una sola sustancia, pentobarbital, ante la imposibilidad de proveerse de dos de las drogas que formaban parte del combinado, bromuro de pancuronio y tiopentato de sodio. La pol¨¦mica estaba servida, ya que el pentobarbital es un barbit¨²rico que se suele utilizar para sacrificar a los animales.
Seg¨²n el DPIC (Centro de Informaci¨®n sobre la Pena de Muerte, siglas en ingl¨¦s), desde que el Tribunal Supremo restaur¨® la pena de muerte en EE UU tras un par¨®n de cuatro a?os, se ha ejecutado a 1.532 personas. Tan solo tres han sido por fusilamiento y todas ellas en Utah. La ¨²ltima vez fue en 2010. Ronnie Lee Gardner, 49 a?os, eleg¨ªa de forma voluntaria ser fusilado tras pasar 25 a?os en el corredor de la muerte en lugar de someterse a una inyecci¨®n letal porque lo cre¨ªa ¡°m¨¢s humano¡±. Utah fue el primer Estado en optar por el fusilamiento tras comenzar la escasez de anestesia en la b¨²squeda desesperada ¨Ce imposible- de lograr un m¨¦todo de ejecuci¨®n humano en el que el condenado no tuviera una lenta y larga agon¨ªa debido a la falta de ese barbit¨²rico a la hora de aplicar la inyecci¨®n letal.
El pelot¨®n de fusilamiento en Utah tiene una macabra puesta en escena. Al condenado se le ata a una silla con la cabeza cubierta con una capucha y se le cuelga una diana del pecho. Cinco agentes del Departamento de Prisiones ejercen de verdugos y los cinco van armados, pero uno de ellos dispara balas de fogueo. La sala de ejecuciones es una habitaci¨®n de seis metros por siete, cuyos cristales son antibalas y opacos, para proteger ¡°f¨ªsica y emocionalmente¡± a los testigos, seg¨²n inform¨® la oficina de prisiones de Utah. De momento, en Carolina del Sur no hay establecido un procedimiento para fusilar a los condenados a muerte, ya que nunca se ha utilizado este m¨¦todo.
La adopci¨®n por parte de Estados Unidos de la inyecci¨®n letal fue el resultado de m¨¢s de un siglo en la b¨²squeda de una forma ¡®humana¡¯ de acabar con la vida de los condenados a muerte, que comenz¨® con la horca y el pelot¨®n de fusilamiento. A estos m¨¦todos le siguieron la electrocuci¨®n (la primera silla el¨¦ctrica lleg¨® en 1890) y la c¨¢mara de gas (1921). En un macabro acto de evoluci¨®n y despu¨¦s de que un forense de Oklahoma considerase que se estaba matando ¡°animales con m¨¢s humanidad con la que se estaba matando a personas¡±, naci¨® en 1977 la inyecci¨®n letal, el c¨®ctel de tres medicamentos que pone fin a la vida de un preso condenado a la pena capital.
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