Netanyahu deja de ser profeta del poder en Israel
El primer ministro que m¨¢s tiempo ha ocupado el cargo afronta su declive ante la presi¨®n de la oposici¨®n tras un mes de graves crisis en Jerusal¨¦n y Gaza, y entre jud¨ªos y ¨¢rabes
Un v¨ªdeo difundido viralmente en las redes sociales el viernes, poco antes del inicio del sabbat, mostraba a Benjam¨ªn Netanyahu, quien suele hacer gala de aplomo, lanzando un mensaje desesperado. ¡°Si [Naftali] Bennett se une a un Gobierno de izquierdas pondr¨¢ en peligro a Israel cuando nos encontramos acorralados ante el mar¡±, clamaba desde su residencia privada de verano de Cesarea, con un pl¨¢cido Mediterr¨¢neo a su espalda. El primer ministro que durante m¨¢s tiempo ha gobernado en el Estado jud¨ªo ¡ª15 a?os en dos fases, ininterrumpidamente desde 2009¡ª teme que un giro de Bennett, antiguo aliado de la derecha nacionalista, acabe por descabalgarle del poder.
Netanyahu, que llev¨® a su pa¨ªs hasta el pleno empleo con una econom¨ªa de tecnolog¨ªa puntera y lo consolid¨® como potencia militar regional, afronta ahora el previsible final de m¨¢s de dos a?os de tribulaciones, en los que ha tenido que someterse a cuatro elecciones sin resultados concluyentes. Ni su exitosa gesti¨®n de la pandemia ¡ªque Israel super¨® en un a?o tras una acelerada campa?a de vacunaci¨®n¡ª le ha salvado de la p¨¦rdida de popularidad.
Procesado por tres causas de soborno, fraude y abuso de confianza, Netanyahu ha sido tambi¨¦n el primer jefe de Gobierno en sentarse en el banquillo por corrupci¨®n en el ejercicio del cargo en la historia israel¨ª. Como primer ministro (incluso en funciones), la ley le blinda y no exige su dimisi¨®n hasta que se dicte sentencia firme. De ah¨ª que siga aferrado al poder y maniobre pol¨ªticamente para impedir el nacimiento de un Ejecutivo alternativo sostenido por casi toda la oposici¨®n antes del jueves, cuando expira el plazo concedido al centrista Yair Lapid para formar Gabinete tras los comicios de marzo. Forzar la convocatoria de unas quintas legislativas consecutivas es la ¨²nica opci¨®n que le resta para seguir siendo un profeta con poder en tierra de profetas.
¡°Netanyahu ya solo es el profeta incondicional de un 25% del electorado¡±, sostiene el analista pol¨ªtico Daniel Kupervaser, ¡°ya que ha sabido convencer a un amplio sector de que su imagen es mucho m¨¢s importante que la ideolog¨ªa¡±. ¡°La paradoja es que, si Netanyahu se aparta, la derecha suma el 60% de los votos¡±, destaca Kupervaser. ¡°Es dif¨ªcil de comprender¡±, a?ade, ¡°hasta qu¨¦ punto sus ambiciones personales han arrastrado al pa¨ªs al bloqueo¡±.
En plena pugna por la supervivencia pol¨ªtica, Netanyahu ha tenido que enfrentarse en el ¨²ltimo mes a algunos de los episodios m¨¢s violentos en sus tres lustros de mandatos. La conjunci¨®n durante el pasado Ramad¨¢n de las mayores protestas palestinas en Jerusal¨¦n en a?os ¡ªmezquita de Al Aqsa, Ciudad Vieja, distrito de Seij Yarrah, de donde se iba a expulsar a varias familias¡ª con un estallido de enfrentamientos sin precedentes entre jud¨ªos y ¨¢rabes (21% de la poblaci¨®n israel¨ª) condicionaron su estrategia pol¨ªtica.
¡°Ha pagado cualquier precio con tal de mantener a su lado a los partidos ultraortodoxos, que le aportan otro 12% del electorado, y a la extrema derecha, que obtiene en torno al 10% de los sufragios¡±, argumenta el analista Kupervaser. ¡°En conclusi¨®n, la oposici¨®n [de centroizquierda] no puede formar Gobierno sin el apoyo de partidos ¨¢rabes¡±, resalta la dificultad de que frag¨¹e una alternativa en medio de la violencia sectaria entre jud¨ªos y ¨¢rabes israel¨ªes en ciudades con poblaci¨®n mixta, como Lod (suburbio de Tel Aviv) o Acre (costa del norte).
Cuando sus exministros Lapid y Bennet se dispon¨ªan hace tres semanas a cerrar un in¨¦dito pacto de Gobierno ¡ªcon formaciones conservadoras escindidas de la ¨®rbita del Likud (el partido de Netanyahu), laboristas, pacifistas y ¨¢rabes¡ª, una escalada b¨¦lica con Ham¨¢s en Gaza sin precedentes en siete a?os dej¨® en suspenso la negociaci¨®n pol¨ªtica. El primer ministro confiaba en que una respuesta militar contundente en la Franja, frente al lanzamiento de cohetes sobre Jerusal¨¦n, iba a reforzar sus opciones de restablecer las alianzas con fuerzas de la derecha que le hab¨ªan dado la espalda.
Paso marcado por Estados Unidos
En su larga carrera ha tenido que lidiar con cuatro presidentes de EE UU. Bill Clinton le forz¨® en su primer mandato a mantener los Acuerdos de Oslo en contra de su voluntad pol¨ªtica. El tambi¨¦n dem¨®crata Barack Obama le llev¨® de nuevo a la mesa de negociaciones con los palestinos, hasta el fracaso del di¨¢logo en 2014.
La llegada al poder del republicano Donald Trump dio un vuelco a los paradigmas sobre Oriente Pr¨®ximo en favor de Israel, comenzando por el reconocimiento de Jerusal¨¦n como su capital y terminando con la salida del acuerdo nuclear con Ir¨¢n suscrito por Obama.
Con el dem¨®crata Joe Biden se produce un retorno a la soluci¨®n de los dos estados. En la reciente escalada de Gaza, Biden ha marcado el paso a Netanyahu con una presi¨®n creciente hasta imponer el alto el fuego.
Como recuerda su bi¨®grafo Anshel Pfeffer, Netanyahu ya apost¨® en su libro Un lugar entre las naciones (1993), por un Israel fuerte ante el resto del mundo para ¡°retirar de la agenda la cuesti¨®n palestina¡±. Tras un largo mes de tensi¨®n en Tierra Santa ha ocurrido exactamente lo contrario.
Pugna por el control pol¨ªtico
Benjam¨ªn Netanyahu, de 71 a?os, fue en 1996 el jefe de Gobierno m¨¢s joven de Israel y el primero nacido tras la creaci¨®n del Estado. Como subrayaba el maestro de periodistas Miguel ?ngel Bastenier hace m¨¢s de dos d¨¦cadas en EL PA?S, a Netanyahu ¡°lo ¨²nico que le interesa es el poder¡±. Lo alcanz¨® tras el asesinato del primer ministro Isaac Rabin, pero tres a?os despu¨¦s otro laborista, Ehud Barak, le derrot¨® en las urnas. Desde entonces suele achacar a la prensa, y a un ¡°Estado profundo¡± que considera infestado de izquierdistas, el fracaso de su primer proyecto pol¨ªtico conservador. Tuvo que esperar una d¨¦cada antes de regresar a la residencia oficial del primer ministro en Jerusal¨¦n, la misma que ahora se resiste a abandonar.
Heredero del sionismo revisionista (de derechas) que qued¨® relegado en la era fundacional de Israel (de ideolog¨ªa socialista), en su ¨²ltima larga d¨¦cada como mandatario ha contribuido a afianzar el vuelco conservador del pa¨ªs, iniciado tras la guerra de Yom Kipur (1973), que despert¨® al Estado jud¨ªo de su letargo de la arrolladora victoria sobre los pa¨ªses ¨¢rabes en la guerra de los Seis D¨ªas (1967). En ambas particip¨® Netanyahu como joven soldado.
Como oficial de comandos fue herido durante el rescate de los pasajeros de un avi¨®n secuestrado en el aeropuerto de Tel Aviv en 1972. Hace seis a?os recordaba los hechos en un acto en Jerusal¨¦n junto con dos figuras de la pol¨ªtica israel¨ª ¡ªel expresidente Sim¨®n Peres, fallecido en 2016, y el ex primer ministro Ehud Barak, retirado ya de la escena pol¨ªtica¡ª, que participaron en la operaci¨®n.
Desde el poder ha ordenado tres campa?as b¨¦licas en la franja de Gaza ¡ª2012, 2014 y la que acaba de concluir la semana pasada¡ª, pero prefiere librar contiendas m¨¢s discretas, como la que le enfrenta a Ir¨¢n, con acciones encubiertas y ciberataques, y a sus milicias sat¨¦lites en Siria.
Nieto de un rabino e hijo de un historiador conservador, Netanyahu se desenvuelve igual en hebreo coloquial, con la chutzpah (osad¨ªa) de la calle israel¨ª, que en ingl¨¦s de la costa este de EE UU, donde se educ¨®, en los salones diplom¨¢ticos.
En los a?os ochenta se convirti¨® en figura clave de las embajadas de su pa¨ªs en Washington y Naciones Unidas. Como maestro de la hasbar¨¢ (diplomacia p¨²blica) emergi¨® ante el mundo en la Conferencia de Madrid, en 1991. Diputado a partir de 1988, ministro en sucesivas carteras ¡ªde Exteriores a Defensa pasando por Finanzas¡ª, el jefe del Gobierno hebreo ha recorrido casi todo el escalaf¨®n del poder en Israel.
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