La campa?a electoral alemana se muda a Par¨ªs
El socialdem¨®crata Scholz y el democristiano Laschet visitan a Macron, que puede aspirar a cubrir el vac¨ªo que dejar¨¢ la canciller Merkel tras su salida del poder
Un coche oficial, con una banderita alemana, entr¨® el lunes por la ma?ana al patio delantero del palacio del El¨ªseo, en Par¨ªs. Del veh¨ªculo no sali¨® la canciller Angela Merkel, como hab¨ªa hecho tantas veces durante los ¨²ltimos 16 a?os cada vez que visitaba a los presidentes franceses con los que coincidi¨® en el cargo.
Merkel abandonar¨¢ el cargo despu¨¦s de las elecciones legislativas del 26 de septiembre en Alemania. Quien sali¨® del coche era esta vez Olaf Scholz, vicecanciller alem¨¢n, ministro de Finanzas, candidato socialdem¨®crata y, seg¨²n los ¨²ltimos sondeos, favorito para suceder a la canciller democristiana. Eso s¨ª, Scholz no tuvo derecho, como los jefes de Estado y de Gobierno en funciones, a la acogida protocolaria por parte de Emmanuel Macron en las escalinatas: entr¨® y sali¨® solo del palacio.
Es como si, durante una semana, la campa?a electoral alemana se hubiese trasladado a Par¨ªs y los principales candidatos sintieran la necesidad de buscar la foto con el actual presidente Macron. El mi¨¦rcoles, ser¨¢ el candidato democristiano, Armin Laschet, quien visitar¨¢ a Macron. La candidata ecologista, Annalena Baerbock, tercera en liza, no prev¨¦ por ahora peregrinar al 55 de la rue du Faubourg Saint-Honor¨¦, sede de la presidencia francesa.
¡°Al marcharse Merkel, Emmanuel Macron se convierte un poco en la figura que encarna la Uni¨®n Europea, algo as¨ª como el decano de uno de los pa¨ªses fundadores, el hombre fuerte en Europa¡±, explica Marion van Renterghem, autora en Francia de dos libros sobre la canciller y coautora de un informe del laboratorio de ideas Institut Montaigne sobre la Alemania posterior a Merkel. ¡°Por otro lado¡±, a?ade, ¡°parece l¨®gico, para un pa¨ªs como Alemania, ir a ver al socio principal¡±.
La solidez del motor franco-alem¨¢n, pese a los vaivenes, explica las visitas sucesivas de esta semana. M¨¢s all¨¢ de la foto, tanto Scholz como Laschet tienen de qu¨¦ hablar con el jefe de Estado franc¨¦s: desde la recuperaci¨®n econ¨®mica a la amenaza clim¨¢tica o el tablero geopol¨ªtico tras la retirada de Estados Unidos de Afganist¨¢n este verano. La agenda de la Uni¨®n Europea de los pr¨®ximos meses la fijar¨¢n Macron y el pr¨®ximo canciller.
La peregrinaci¨®n en campa?a tampoco es nueva. Cambia la direcci¨®n del trayecto: ya no de Par¨ªs a Berl¨ªn sino de Berl¨ªn a Par¨ªs. En 2017, tanto el joven y novato Macron como el candidato de la derecha Fran?ois Fillon se desplazaron a Berl¨ªn para entrevistarse con Merkel. La foto con la canciller, l¨ªder de facto de la UE, era para los aspirantes al El¨ªseo un sello de credibilidad. Casi cinco a?os despu¨¦s, Merkel ha decidido no volver a presentarse y su marcha deja un vac¨ªo que Macron ¡ªcurtido por crisis sociales y econ¨®micas, por una pandemia y por sucesivas batallas en Bruselas¡ª puede ocupar.
La discusi¨®n, en Par¨ªs, es qui¨¦n de los tres candidatos a los que los sondeos otorgan algunas probabilidades ¡ªpor este orden: Scholz, Laschet y Baerbock¡ª es m¨¢s af¨ªn al presidente franc¨¦s. El aliado natural ser¨ªa el candidato liberal, Christian Lindner, cuyo partido comparte grupo en el Parlamento Europeo con La Rep¨²blica en marcha, el partido de Macron, pero esta formaci¨®n no figura entre las que tienen opciones de liderar una coalici¨®n de gobierno.
Van Renterghem, quien estos a?os ha estudiado con lupa la relaci¨®n entre los dirigentes franc¨¦s y alemana, sostiene que, de todos los presidentes con los Merkel ha trabajado ¡ªJacques Chirac, Nicolas Sarkozy y Fran?ois Hollande, adem¨¢s de Macron¡ª, este es de quien se ha sentido m¨¢s pr¨®xima. Laschet, candidato en el partido de la canciller, ser¨ªa un signo de continuidad. Pero lo mismo puede decirse de Scholz. Es un socialdem¨®crata moderado, miembro de la familia pol¨ªtica de la que proced¨ªa Macron, quien fue ministro con el socialista Hollande. Y, junto a su hom¨®logo franc¨¦s, el conservador Bruno Le Maire fue decisivo para aprobar el a?o pasado el plan de recuperaci¨®n de la UE, el ¨²ltimo ejemplo del motor franco-alem¨¢n cuando funciona. Incluso Baerbock podr¨ªa sintonizar con Macron: en los ecologistas alemanes hay algo del europe¨ªsmo y el centrismo de la campa?a del actual presidente en 2017.
¡°En Alemania, los tres candidatos son m¨¢s o menos centristas y todos muy europe¨ªstas¡±, opina Van Renterghem. Por eso, el resultado de la elecci¨®n alemana no deber¨ªa de suponer un cambio brusco en la relaci¨®n bilateral. ¡°Lo verdaderamente decisivo ser¨¢ la elecci¨®n francesa¡±, a?ade. En las presidenciales del pr¨®ximo abril, Macron tendr¨¢ como principal rival a la ultraderechista Marine Le Pen, seg¨²n todos los sondeos. El riesgo de inestabilidad viene de Francia.
A la espera de la defensa europea
La relaci¨®n con Berl¨ªn ha condicionado toda la presidencia de Macron. Uno de los argumentos para impulsar las reformas econ¨®micas en Francia, al inicio de su mandato en 2017, era la necesidad de ser cre¨ªble ante Berl¨ªn: si Macron quer¨ªa que Merkel apoyase sus planes para profundizar en la uni¨®n econ¨®mica, necesitaba demostrar que los franceses eran capaces de reformarse como hab¨ªa hecho Alemania una d¨¦cada antes.
La flexibilizaci¨®n del mercado laboral, los cambios en los ferrocarriles p¨²blicos o la reforma de las pensiones, ahora en suspenso, no se explican sin la voluntad de demostrar que este no era un pa¨ªs irreformable y era la condici¨®n previa, seg¨²n Macron, para restaurar la influencia francesa en Europa. Pero fue necesaria la pandemia que en 2020 paraliz¨® el mundo para que Berl¨ªn se aviniese a renunciar a algunos tab¨²es y aceptar un gasto com¨²n masivo en la UE y una mutualizaci¨®n de la deuda. Una cierta visi¨®n francesa (y mediterr¨¢nea) se hab¨ªa acabado imponiendo, aunque fuese en circunstancias dram¨¢ticas. La inc¨®gnita es si el dogma ha muerto para siempre o si, con el pr¨®ximo Gobierno alem¨¢n, regresar¨¢.
El otro frente europeo clave para Macron es el militar y geoestrat¨¦gico. Par¨ªs espera ahora que la espantada de Estados Unidos en Afganist¨¢n, y el consenso en que esta crisis ha demostrado que Europa no puede fiarlo todo al paraguas estadounidense, sirva para romper otro tab¨² alem¨¢n: las reticencias en Berl¨ªn a una defensa europea aut¨®noma de la OTAN. Macron lleva desde que lleg¨® al poder abogando por la llamada autonom¨ªa estrat¨¦gica. Pero, como con todos los saltos adelante en la UE, Francia podr¨¢ hacer poco sin Alemania. La discusi¨®n quedar¨¢ para el o la pr¨®xima canciller.
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