Boris Johnson ¡®aparca¡¯ temporalmente el Brexit para frenar la crisis de los camioneros
El Gobierno abre la llave a la contrataci¨®n de conductores de la UE, para evitar que el desabastecimiento arruine las Navidades
El Brexit era la promesa de recuperar el control de las fronteras ¡ªtake back control, el eslogan utilizado en ingl¨¦s¡ª y preservar los trabajos y los beneficios sociales para los brit¨¢nicos. Frente al desastre pol¨ªtico de largas colas de conductores en las gasolineras o de estanter¨ªas vac¨ªas en los supermercados, el primer ministro Boris Johnson ha optado por aparcar por un tiempo la ideolog¨ªa y apostar por el pragmatismo, aunque suponga pasar algo de verg¨¹enza. Johnson ha dado su visto bueno a la concesi¨®n temporal de 5.000 visados para que los camioneros de la UE puedan trabajar en el Reino Unido. Y otros 5.500 para que la industria c¨¢rnica brit¨¢nica pueda volver a contratar a trabajadores comunitarios ¡ªprincipalmente, del este de Europa¡ª y poner a pleno rendimiento sus plantas procesadoras.
Ser¨¢ una soluci¨®n para los pr¨®ximos tres meses. Lo suficiente, calcula Downing Street, como para que las Navidades no acaben siendo un desastre, que amenace la estabilidad del Gobierno conservador. A lo largo del viernes y el s¨¢bado, miles de conductores han colapsado gasolineras por todo el pa¨ªs para hacer acopio de combustible. No ha servido para nada la llamada a la calma del Gobierno, incapaz de frenar la sensaci¨®n de p¨¢nico. Algunos medios mostraban incluso fotograf¨ªas de usuarios que llenaban bidones con gasolina despu¨¦s de haber abastecido el dep¨®sito de sus veh¨ªculos. De las m¨¢s de 8.000 estaciones de servicio repartidas por todo el Reino Unido, apenas un 1% (unas 80) han tenido que cerrar algunos de sus surtidores por falta de alg¨²n tipo de combustible. BP solo ha suspendido completamente el servicio en 20 de sus establecimientos. Pero ha sido imposible contener los nervios de miles de ciudadanos, que se han lanzado a repostar.
La causa de estos problemas de abastecimiento no est¨¢ en la escasez de gasolina. Hay de sobra. Reside m¨¢s bien en la falta de conductores de camiones para transportar el combustible a los puntos de repostaje. La industria brit¨¢nica de transporte estima en 90.000 el n¨²mero de conductores necesarios para que todo fluya sin problemas. Son cerca de 50.000 los que abandonaron su trabajo durante la pandemia, bien porque se jubilaron o porque optaron por otra profesi¨®n. Adem¨¢s, unos 20.000 conductores de la UE regresaron a sus pa¨ªses.
La nueva ley de inmigraci¨®n, aprobada inmediatamente despu¨¦s del Brexit, establece un sistema de puntos para entrar en el Reino Unido. Los ciudadanos comunitarios ya no tienen prioridad sobre los del resto del mundo. Y las cuotas temporales de excepci¨®n para contrataci¨®n ¡ªfundamentalmente para la sanidad y el sector agr¨ªcola¡ª han resultado escasas y limitadas en su alcance. Nunca se contempl¨® esa excepcionalidad para los transportistas, como el Gobierno de Johnson pretende hacer ahora. Y no todo el sector est¨¢ convencido de que la soluci¨®n de los visados temporales, reducida y tard¨ªa, sea la correcta. ¡°Creo que lo que estamos viendo tiene que ver sobre todo con el nivel salarial de los conductores¡±, ha explicado a la BBC Toby Ovens, director gerente de una de las principales empresas de transporte y log¨ªstica del Reino Unido, Broughton Transport Solutions. ¡°Los m¨¢rgenes en la industria de transporte son muy ajustados y no se dispone del dinero para elevar los salarios sin que eso no repercuta en el precio que se traspasar¨¢ a los clientes¡±, asegura Ovens.
Esa era la batalla ideol¨®gica que se hab¨ªa desatado en el seno del Gobierno de Johnson. Muchos de sus ministros, comenzando por el de Transportes, Grant Shapps, pero sobre todo la de Interior, Priti Patel ¡ªcampeona del ala dura del Partido Conservador¡ª se resist¨ªan a dar su brazo a torcer con los visados. En primer lugar, porque uno de los objetivos de la ley de inmigraci¨®n que aprob¨® Downing Street era el de forzar a la industria brit¨¢nica a formar y contratar a los nacionales, y acabar con d¨¦cadas de baja productividad y bajos salarios a base de contratar trabajadores comunitarios. Por eso, la primera respuesta del Gobierno a la crisis de los camioneros ¡ªque, en verdad, afecta a toda Europa¡ª fue la de acelerar los tr¨¢mites de examinaci¨®n para obtener la licencia de conducir veh¨ªculos pesados, y reclamar a las empresas transportistas salarios m¨¢s atractivos. No sirvi¨® de nada. Pero sobre todo, el tira y afloja, combinado con continuos titulares en la prensa de colas en las gasolineras y estanter¨ªas vac¨ªas, puso muy nervioso a Boris Johnson. Reci¨¦n regresado el viernes de su viaje a Estados Unidos, reuni¨® de urgencia a sus ministros, les sac¨® los colores y exigi¨® una soluci¨®n al problema. Todo menos llegar a las Navidades con una situaci¨®n que recordara, siquiera remotamente, al invierno del descontento de 1978, que tumb¨® a un Gobierno laborista y abri¨® las puertas a la d¨¦cada Thatcher.
La principal patronal del Reino Unido, Confederaci¨®n de la Industria Brit¨¢nica (CBI, en sus siglas en ingl¨¦s), que llevaba meses advirtiendo de las carencias de mano de obra en muchos sectores clave ¡ªprincipalmente transporte, agricultura y hosteler¨ªa¡ª, ha celebrado como una victoria la decisi¨®n de Johnson. ¡°Es una verg¨¹enza que el Gobierno haya necesitado ver colas en las gasolineras para tomar una decisi¨®n¡±, ha dicho Tony Danker, director general de CBI. ¡°B¨¢sicamente, el Gobierno pens¨® que, despu¨¦s del Brexit, tendr¨ªamos un sistema de inmigraci¨®n que dejar¨ªa entrar a los trabajadores con las habilidades que necesit¨¢ramos, no al resto. Y ahora se ha dado cuenta de que algunas de las habilidades descartadas tambi¨¦n las necesitamos, aunque sea de modo estacional¡±, ha explicado Danker a la BBC.
Las pr¨®ximas semanas demostrar¨¢n si la soluci¨®n escogida alivia la crisis del transporte, o si Johnson ha renunciado temporalmente a su principal bandera ideol¨®gica, el Brexit, sin que le haya servido para mucho.
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