Polonia arriesga su futuro con el reto a la UE
Varsovia, enfrentada a Bruselas por un fallo de su Tribunal Constitucional, es uno de los pa¨ªses m¨¢s dependientes de las ayudas europeas. El 60% de su inversi¨®n p¨²blica se cubre con fondos estructurales.
El 12 de mayo de 2014, el entonces presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, quiso venderle al primer ministro ucranio las ventajas de convertirse en un socio cercano de la Uni¨®n Europea. Encontr¨® el mejor ejemplo en otro vecino del Este, un alumno aventajado que se hab¨ªa sumado al bloque comunitario una d¨¦cada atr¨¢s: Polonia. ¡°Perm¨ªtanme recordar que Polonia y Ucrania ten¨ªan un PIB similar en 1990¡å, coment¨® en el discurso, ¡°20 a?os despu¨¦s, [en 2010] el PIB polaco es tres veces mayor, ?tres veces!¡±. Y la brecha no ha cesado de aumentar, por culpa en parte de las agresiones rusas que ha sufrido Ucrania pero, sobre todo, gracias a la imparable prosperidad que Polonia disfruta dentro de la UE. En 2020, seg¨²n los datos del Banco Mundial, el PIB polaco cuadriplica al de Ucrania, pa¨ªs estancado en el nivel econ¨®mico que su ascendente vecino ten¨ªa en 1996.
Ahora que se especula con el Polexit, despu¨¦s de que el Tribunal Constitucional polaco, con un fallo demoledor y de consecuencias imprevisibles, haya colocado desde este jueves al pa¨ªs al borde de la ruptura legal con la UE, quiz¨¢ no haya mejor ejemplo para resumir por qu¨¦ a Polonia, en realidad, no le conviene en absoluto salir del bloque comunitario.
Varsovia se juega mucho fuera de la UE. Para empezar solo tiene que mirar al otro lado del patio, al vecino ucranio, por retomar el hilo de Van Rompuy, y ver los hombrecillos verdes, anexiones y dem¨¢s tormentos. Y luego rascarse el bolsillo: pocos se atrever¨ªan a negar que la adhesi¨®n de este pa¨ªs de casi 38 millones de habitantes ha sido beneficiosa en t¨¦rminos econ¨®micos para sus ciudadanos: desde 2004, fecha de su ingreso, su PIB se ha m¨¢s que duplicado; y ha sido durante a?os ¨Cy sigue siendo¨C el principal receptor de fondos estructurales europeos, que le han supuesto una lluvia de m¨¢s de 150.000 millones de euros entre 2007 y 2020, a los que hay que sumar el desembolso de unos 70.000 millones adicionales previstos hasta 2027.
Polonia es hoy uno de los pa¨ªses m¨¢s dependientes del man¨¢ de la Uni¨®n: cerca de un 60% de la inversi¨®n p¨²blica polaca se cubre con esos fondos estructurales, seg¨²n cifras de la Comisi¨®n Europea, mientras que el Reino Unido, por poner un ejemplo, era un contribuyente neto al presupuesto europeo. La convergencia, adem¨¢s, sigue su senda. Entre 2009 y 2020 el PIB per c¨¢pita polaco se ha acercado 16 puntos a la media europea (ha pasado del 60% al 76%, en paridad de poder de compra).
El europe¨ªsmo mantiene viva su llama en el pa¨ªs: en el ¨²ltimo Eurobar¨®metro, m¨¢s polacos dicen confiar en la UE (el 55%) que en su Gobierno (el 28%), y m¨¢s del 80% votar¨ªa quedarse en la UE si se lo preguntaran en un refer¨¦ndum al estilo brit¨¢nico, seg¨²n un reciente sondeo publicado por el diario polaco Rzeczpospolita. Pero tambi¨¦n hay quien le empieza a ver las orejas al lobo: mientras que un 57% de los polacos no contemplan un Polexit, un 30% creen que se trata de un escenario factible.
En las ¨²ltimas tres d¨¦cadas ¨Ccrisis pand¨¦mica aparte¨C Polonia ha crecido a una media anual de m¨¢s del 4% sin un solo a?o en negativo, tal y como cuenta Ruchi Sharma, jefe de estrategia global de Morgan Stanley Investment Management, en un reciente art¨ªculo en Financial Times para augurar una nueva etapa polaca: con una renta por persona de unos 15.000 euros prevista para 2022, ¡°probablemente sea cuesti¨®n de tiempo¡± que el pa¨ªs sea aceptado en el club de las econom¨ªas avanzadas.
Su interrelaci¨®n con el resto de la UE es una madeja casi imposible de desenredar, tal y como ha demostrado el Brexit. Ya no se trata solo del libre movimiento de personas en el espacio Schengen; los 122.000 polacos que cruzan a diario a Alemania para ganarse el pan forman el mayor contingente de trabajadores transfronterizos del bloque comunitario. El comercio con el resto de socios comunitarios supone el 80% de sus exportaciones y el 69% de sus importaciones. Alemania, con un 28%, es el principal destino de sus mercanc¨ªas y tambi¨¦n el primer pa¨ªs del que las importa, un 21% del total frente al 8% de China y el 7% de Rusia.
Todo esto, de un plumazo, lo ha puesto en jaque el m¨¢ximo int¨¦rprete de su Constituci¨®n. La pirueta jur¨ªdica de este jueves coloca al pa¨ªs en un camino en el que, si uno mira al fondo, asoma el cartel de salida. ¡°No es ni mucho menos un Polexit¡±, asevera Daniel Sarmiento, profesor de Derecho de la UE y antiguo letrado del TJUE, el ¨®rgano en el que Varsovia ha encontrado una de sus m¨²ltiples n¨¦mesis. ¡°Pero s¨ª es el comienzo de la descomposici¨®n de las normas de la Uni¨®n¡±.
La salida de un Estado miembro, esa que us¨® el ¨²nico socio que ha abandonado el club, est¨¢ prevista en el art¨ªculo 50 del Tratado de la Uni¨®n. Su texto menciona la forma en que uno deja el hogar comunitario: ¡°Los Tratados dejar¨¢n de aplicarse¡±, dice sencillamente, que es m¨¢s o menos el camino que ha emprendido Polonia con el fallo, argumenta Sarmiento: ¡°En estos momentos, ya hay puntos del ordenamiento jur¨ªdico europeo que no se aplican. Y eso va a ir a m¨¢s¡±, aventura. ¡°No es un Polexit, pero te est¨¢s acercando paso a paso hacia una situaci¨®n con un efecto parecido¡±.
El jurista pone ejemplos concretos de lo que podr¨ªa pasar: si el resto de pa¨ªses empiezan a dudar de que en Polonia se aplican las normas comunitarias, quiz¨¢ dejen de ejecutar las ¨®rdenes europeas de arresto dictadas por Varsovia. Una duda leg¨ªtima que ya se han planteado algunos, como Pa¨ªses Bajos, que elev¨® una cuesti¨®n prejudicial al TJUE para saber si pod¨ªa dejar de extraditar a sospechosos o condenados a Polonia al considerar que los tribunales de ese pa¨ªs ya no son independientes. La respuesta del tribunal europeo lleg¨® el pasado diciembre: de momento no se puede denegar euro¨®rdenes de forma generalizada porque a¨²n quedan jueces en el pa¨ªs que ofrecen garant¨ªas.
A Bruselas tambi¨¦n le preocupa el golpe a la seguridad jur¨ªdica para los 450 millones de europeos y el interdependiente sector empresarial. ¡°Los ciudadanos de la UE as¨ª como las compa?¨ªas que hacen negocios en Polonia necesitan la certidumbre legal de que las normas de la UE, incluidas las sentencias del Tribunal de Justicia, se aplican totalmente en Polonia¡±, reafirm¨® el viernes la presidenta de la Comisi¨®n Europea, Ursula von der Leyen, a trav¨¦s de un comunicado. ¡°El derecho de la UE tiene primac¨ªa sobre el derecho nacional¡±, subray¨® la presidenta con claridad. ¡°Esto es lo que todos los Estados miembros de la UE han firmado como miembros de la Uni¨®n Europea. Utilizaremos todos los poderes que tenemos en virtud de los Tratados para garantizarlo¡±. Von der Leyen a?adi¨® que hab¨ªa puesto a los servicios del Ejecutivo comunitario a trabajar a toda m¨¢quina en el an¨¢lisis de la sentencia polaca para decidir los pr¨®ximos pasos.
Bruselas tiene abierta en estos momentos una caja que contiene una amplia gama de herramientas para atornillar y apretar las tuercas al d¨ªscolo vecino del Este; todas ellas con capacidad de darle una buena dentellada a las arcas polacas, un argumento convincente para doblegar al Gobierno de Mateusz Morawiecki, de la formaci¨®n ultraconservadora Ley y Justicia (PiS), con el objetivo de que frene el giro iliberal y su deriva hacia el abismo.
A principios septiembre, la Comisi¨®n solicit¨® a la justicia europea que impusiera una multa al pa¨ªs para obligarlo a acatar las medidas cautelares exigidas en julio para frenar el funcionamiento de la sala disciplinaria del Tribunal Supremo, un organismo que Bruselas considera que vulnera la independencia judicial; esta misma semana, solo un d¨ªa antes de la sentencia del Constitucional polaco, el TJUE rechaz¨® un recurso planteado por Polonia sobre este caso ¡ªy, de paso, le record¨® entre los argumentos ¡°el principio de primac¨ªa del Derecho de la Uni¨®n¡±¨C.
Aunque fuentes del TJUE no aventuran un plazo para estas sanciones, es una de las primeras manos que podr¨ªan jugarse. En un asunto judicial de 2017, el ¨²nico precedente del que se tiene constancia en los despachos de Bruselas sobre medidas cautelares, el TJUE exigi¨® una multa de al menos 100.000 euros al d¨ªa por incumplimiento. El protagonista en aquella batalla tambi¨¦n era Polonia, que se negaba a cuidar un bosque primigenio. Y la presi¨®n funcion¨®: tras el anuncio de las multas, el Ejecutivo polaco tard¨® un d¨ªa en enderezar su conducta.
Este es solo uno de los frentes. La larga batalla jur¨ªdica entre la Comisi¨®n y Polonia a cuenta del Estado de derecho, la independencia judicial y la jerarqu¨ªa normativa en la UE comienza a parecerse a un yacimiento arqueol¨®gico: el cruce de sentencias del TJUE, recursos y procedimientos de infracci¨®n se superponen unos a otros formando estratos de un embrollo laber¨ªntico y en buena medida interconectado que llegan hasta el mism¨ªsimo fallo del pasado jueves.
Es previsible, adem¨¢s, que la Comisi¨®n abra un nuevo procedimiento de infracci¨®n como respuesta al ¨²ltimo disparo desde el otro lado de la trinchera. Simult¨¢neamente, tambi¨¦n en septiembre, Bruselas inici¨® otro procedimiento para exigir a Varsovia que cumpla otra sentencia europea que declar¨® ilegal el r¨¦gimen disciplinario de la magistratura polaca, exponiendo al Gobierno de Varsovia, nuevamente, ante sanciones potencialmente millonarias. Una capa m¨¢s en el yacimiento.
El arma m¨¢s poderosa de la Comisi¨®n, quiz¨¢ la carta infalible en el tapete, son los multimillonarios fondos de recuperaci¨®n. Polonia es, junto a Hungr¨ªa, uno de los pocos pa¨ªses cuyo plan de recuperaci¨®n a¨²n no ha recibido el visto bueno de Bruselas. Y en la capital europea no piensan soltar el dinero ¡ª36.000 millones de euros entre subvenciones y pr¨¦stamos¡ª hasta que no haya un compromiso firme, con hitos concretos, de reforma del sistema judicial.
La Comisi¨®n tambi¨¦n pretende lanzar antes de final de octubre el llamado mecanismo de condicionalidad, una herramienta creada en 2020 para asegurarse de que los fondos de recuperaci¨®n no acaban en manos de quienes incumplen el Estado de derecho. Polonia y Hungr¨ªa, hermanos de sangre en la batalla euroesc¨¦ptica, recurrieron la herramienta ante el TJUE, por lo que su aplicaci¨®n est¨¢ a la espera de un pronunciamiento del tribunal europeo. La vista sobre este asunto se celebra a partir del lunes en Luxemburgo y promete ser un encuentro caluroso entre viejos antagonistas.
¡°Polonia dif¨ªcilmente puede sobrevivir sin los fondos¡±, concluye el jurista Miguel Poiares, ex abogado general del TJUE y exministro de Portugal. Las herramientas europeas, dice, ¡°van a poner una inmensa presi¨®n sobre Polonia¡±, por lo que Poiares prev¨¦ dos posibles escenarios. O bien Varsovia toma definitivamente la puerta de salida o bien ¡°ir¨®nicamente¡± sucede justo lo contrario: ¡°Van a tener que cambiar la Constituci¨®n polaca y acabar¨¢ siendo una confirmaci¨®n de la primac¨ªa del derecho de la UE¡±.
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