Colin Powell y la pol¨ªtica exterior de Estados Unidos en la posguerra fr¨ªa
Con el fallecimiento del exjefe del Estado Mayor Conjunto desaparece una de las figuras m¨¢s relevantes de la pol¨ªtica exterior estadounidense de las ¨²ltimas d¨¦cadas
Colin Powell ha ocupado gran parte de los puestos m¨¢s importantes en materia de pol¨ªtica exterior y de defensa en Estados Unidos. Entre estos el de Jefe del Estado Mayor Conjunto, consejero de Seguridad Nacional y secretario de Estado. Powell ha tenido una carrera marcada por grandes ¨¦xitos pero tambi¨¦n por notorias decepciones. Su forma de actuar ha estado marcada por un instintivo pragmatismo que ha llevado a algunos autores a relacionarle con posiciones realistas en pol¨ªtica exterior y por la prudencia y moderaci¨®n propias de gran parte del estamento militar estadounidense.
Su popularidad ha estado marcada en ciertos sectores ideol¨®gicos por su defensa de una intervenci¨®n en Irak que estuviese respaldada por una Resoluci¨®n del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, su apoyo a la elecci¨®n de Obama, as¨ª como por su oposici¨®n al presidente Trump, dada su vinculaci¨®n a un Partido Republicano que ya no exist¨ªa.
Tras haber servido en la Administraci¨®n Reagan como consejero de Seguridad Nacional, destac¨® en su puesto como jefe del Estado Mayor Conjunto durante la Administraci¨®n de Bush padre, coincidiendo con Dick Cheney, que ocupaba el puesto de secretario de Defensa. En el marco de esta Administraci¨®n se implement¨® de manera clara la aproximaci¨®n estrat¨¦gica que se le atribuye y que tratar¨ªa de evitar un desastre como el que hab¨ªa supuesto Vietnam para la pol¨ªtica exterior estadounidense: la doctrina Powell.
Esta estrategia, resumida en la afirmaci¨®n ¡°Go in big and end it quickly¡± se fundamentaba a grandes rasgos en la necesidad de la utilizaci¨®n del mayor n¨²mero de tropas posible para cumplir con los objetivos de Estados Unidos y, a continuaci¨®n, disponer de una estrategia de salida. La valoraci¨®n de los intereses vitales en juego y el apoyo de la opini¨®n p¨²blica ser¨ªan tambi¨¦n elementos determinantes.
Esta aproximaci¨®n estrat¨¦gica se implement¨® de manera clara durante la Guerra del Golfo, cuando Saddam Hussein invade Kuwait y Estados Unidos lleva a cabo una intervenci¨®n apoyada en una gran alianza de pa¨ªses y amparada en Naciones Unidas para expulsarle. El ¨¦xito conseguido permiti¨® dar por superado el ¡°s¨ªndrome de Vietnam¡± que Estados Unidos arrastraba desde su derrota en 1975 y convirti¨® en un modelo exitoso de actuar que, sin embargo, no ahorrar¨ªa las cr¨ªticas a la Administraci¨®n por haber permitido que el presidente iraqu¨ª permaneciese en el poder durante doce a?os m¨¢s.
En el a?o 1995, Colin Powell publica sus conocidas memorias, My American Journey, e incluso se llega a hablar de ¨¦l como un posible presidenciable. De esta ¨¦poca son tambi¨¦n algunas de sus diferencias con integrantes del sector liberal intervencionista durante la Administraci¨®n de Bill Clinton, concretamente Madeleine Albright, en relaci¨®n a la utilizaci¨®n de las fuerzas armadas estadounidenses.
Cuando el presidente George W. Bush ¨CBush hijo¨C gan¨® las elecciones frente al vicepresidente Al Gore, Powell de nuevo fue propuesto para ocupar un puesto destacado en la Administraci¨®n: el de secretario de Estado. Tal y como afirm¨® el propio expresidente Bush, en su mente estaba repetir lo acontecido durante la Administraci¨®n Truman con el general Marshall en el mismo puesto.
Si bien la intenci¨®n original del presidente Bush era centrarse en la pol¨ªtica interna y desarrollar una pol¨ªtica exterior similar a la de su padre y, en todo caso, centrada en grandes potencias como Rusia y China; el 11 de septiembre y la Guerra contra el Terror lo cambiaron todo. El ascenso neoconservador dej¨® a un Colin Powell, secundado por su amigo Richard Armitage, en una posici¨®n defensiva.
De esta etapa son conocidas sus importantes divergencias en el proceso de toma de decisiones con el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, partidario de un ej¨¦rcito estadounidense m¨¢s peque?o y eficaz, impulsado por el avance tecnol¨®gico. Como resultado de estos enfrentamientos entre el secretario de Estado y el de Defensa, el vicepresidente Dick Cheney tuvo un papel m¨¢s destacado en el proceso decisorio del que le hubiese correspondido si ambos dirigentes hubiesen formado un frente com¨²n.
Si bien no puede sostenerse que este dirigente fuese necesariamente contrario a la Guerra de Irak, defendi¨® la necesidad de conseguir el apoyo del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas para la misma. Esto le llevar¨ªa a algunos de los momentos m¨¢s criticados de su carrera, como sucedi¨® con su actuaci¨®n en defensa de la existencia de armas de destrucci¨®n masiva en Irak. A la postre, la obtenci¨®n de la resoluci¨®n no necesariamente hubiese cambiado las cosas en el campo de batalla.
Si la Guerra del Golfo sigui¨® los par¨¢metros de sus planteamientos estrat¨¦gicos, la de Irak de 2003, con otro presidente Bush y con decisores similares a los que compusieron la Administraci¨®n de su padre, se convirti¨® en su ant¨ªtesis. Otra de las frases que se le atribuyen durante este periodo, ¡°You break it. You own it¡±, incidi¨® precisamente en las consecuencias que tendr¨ªa este conflicto para la pol¨ªtica exterior estadounidense. En el caso espa?ol, se le recuerda en esta etapa por su mediaci¨®n en la crisis de Perejil.
En el a?o 2005, Powell abandona la Administraci¨®n. El presidente Bush lo explica en t¨¦rminos de falta de sinton¨ªa con el resto de la Administraci¨®n. Hubiese sido interesante conocer m¨¢s detalles de primera mano sobre su desempe?o en la Administraci¨®n Bush a trav¨¦s de la publicaci¨®n de unas memorias centradas en este periodo hist¨®rico, tal y como hicieron Dick Cheney, Donald Rumsfeld, Condoleezza Rice o el propio presidente Bush frente a la relativa discreci¨®n de Powell.
Con Colin Powell se marcha otro de los grandes dirigentes que marcaron la pol¨ªtica exterior estadounidense de finales de la Guerra Fr¨ªa y de la posguerra fr¨ªa, uni¨¦ndose a los recientemente fallecidos Brent Scowcroft y Donald Rumsfeld. Su capacidad para la planificaci¨®n estrat¨¦gica, sin embargo, no siempre fue acompa?ada por su habilidad en el proceso de toma de decisiones ni por su capacidad para asumir las importantes transformaciones que Estados Unidos estaba experimentando en su pol¨ªtica dom¨¦stica e internacional.
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