Aborto, matrimonio igualitario y avances democr¨¢ticos: cuando la justicia gana la partida a la pol¨ªtica
La despenalizaci¨®n del aborto en Colombia es la ¨²ltima muestra del impulso de los altos tribunales a las conquistas sociales en Am¨¦rica Latina
Colombia, M¨¦xico, Argentina o Brasil. El camino de los avances democr¨¢ticos en Am¨¦rica tiene dos velocidades en las que la justicia va ganando la partida a la pol¨ªtica. La ¨²ltima muestra es la despenalizaci¨®n del aborto en Colombia hasta la semana 24, un fallo hist¨®rico de la Corte Constitucional dictado el lunes. En septiembre hab¨ªa sucedido algo parecido en M¨¦xico, donde la Suprema Corte de Justicia de la Naci¨®n anul¨® la pena de c¨¢rcel con la que se castigaba la interrupci¨®n voluntaria del embarazo en algunos Estados del pa¨ªs. En ambos casos, las sentencias dejan en evidencia a los gobiernos, de signo opuesto. Si el de Iv¨¢n Duque se opone sin matices a la medida, el de Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador se hab¨ªa negado a legislar al respecto.
En Argentina, pa¨ªs pionero en la regi¨®n en derechos reproductivos, la Corte Suprema tuvo al igual que la marea feminista un papel determinante en la nueva legislaci¨®n. Brasil tipific¨® como delito la homofobia en 2019 gracias al Tribunal Supremo. Por el contrario, en Estados Unidos, donde en las ¨²ltimas d¨¦cadas el m¨¢ximo tribunal ha sido decisivo en el afianzamiento de las conquistas sociales, el derecho al aborto vuelve a peligrar despu¨¦s de que el expresidente Donald Trump cambiara los equilibrios de la corte otorgando una s¨®lida mayor¨ªa a los jueces conservadores. Esta inversi¨®n de tendencia choca con la de algunos de los principales pa¨ªses del continente.
Colombia
Las sentencias de la Corte Constitucional de Colombia, con una reconocida historia garantista y de vanguardia, se sit¨²an a a?os luz del inmovilismo del Congreso y de los diversos Gobiernos que han dirigido el pa¨ªs. Este alto tribunal ha fallado a favor de la eutanasia en enfermos no terminales, el matrimonio homosexual, impidi¨® la reelecci¨®n presidencial indefinida y el aborto en las tres causales (violaci¨®n, malformaci¨®n del feto incompatibles con la vida fuera del ¨²tero y riesgo para la salud f¨ªsica o mental de la mujer gestante), entre otras.
Es a ese tribunal al que han tenido que dirigirse las mujeres para insistir una y otra vez en que sus derechos sexuales y reproductivos amparados por la justicia no quedaran cancelados. Desde 2006, cuando fall¨® a favor del aborto en las tres causales, la Corte ha emplazado al Congreso y a los distintos Ejecutivos a que legislaran y aterrizaran esas sentencias para proteger la vida de las mujeres. Sin embargo, las barreras que han enfrentado para acceder al derecho al aborto han dejado en evidencia el letargo, la indiferencia o el abierto rechazo de esos dos poderes.
¡°En m¨¢s de 15 a?os, el Congreso no ha podido expedir una norma referente al acceso al aborto legal en Colombia, pues no ha regulado el acceso y garant¨ªa del derecho a la Interrupci¨®n Voluntaria del Embarazo (IVE), pese a que la Corte Constitucional en tres oportunidades ha exhortado a hacerlo¡±, ha explicado el Movimiento Causa Justa. Y eso a pesar de que se presentaran 56 proyectos de ley en esta materia, asegura el colectivo.
Por eso, en el hist¨®rico fallo que despenaliz¨® el aborto en Colombia hasta la semana 24 de gestaci¨®n, el alto tribunal volvi¨® a hacer un llamado a la clase pol¨ªtica. Enfatiz¨® que el Congreso y el Gobierno colombiano deben cumplir la sentencia de forma ¡°inmediata¡± e implementar las medidas legislativas y administrativas necesarias ¡°en el menor tiempo posible¡±. El Ejecutivo de Iv¨¢n Duque no solo tendr¨¢ que divulgar las opciones que tiene la mujer para abortar y eliminar cualquier obst¨¢culo; sino tambi¨¦n desarrollar programas de educaci¨®n sexual y prevenci¨®n, acompa?ar a las madres gestantes con medidas que incluyan opciones de adopci¨®n y tambi¨¦n garantizar los derechos ¡°de los nacidos en circunstancias de gestantes que desearon abortar¡±.
M¨¦xico
La Suprema Corte de Justicia de la Naci¨®n resolvi¨® en septiembre a favor del derecho al aborto con un fallo que en la pr¨¢ctica anul¨® las penas de c¨¢rcel que todav¨ªa se aplicaban en algunos Estados de M¨¦xico, donde solo cuatro de los 32 territorios de la federaci¨®n cuentan con una ley de plazos. El m¨¢ximo ¨®rgano judicial del pa¨ªs estableci¨® que ya no se podr¨ªa procesar ¡°a mujer alguna que aborte en los supuestos considerados por este tribunal¡±, explic¨® su presidente, Arturo Zald¨ªvar. Este magistrado ha defendido durante su carrera sentencias sobre el matrimonio igualitario, el acoso escolar o los excesos de la prisi¨®n preventiva. A pesar de la buena sinton¨ªa con el proyecto del presidente Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador, las resoluciones de Zald¨ªvar se sit¨²an a menudo un paso por delante del discurso de la llamada Cuarta Transformaci¨®n.
Las mujeres mexicanas deben la despenalizaci¨®n del aborto al alto tribunal y no a sus responsables pol¨ªticos. No ocurri¨® con el PRI, por supuesto tampoco con el derechista PAN, y ni siquiera ahora con Morena, un movimiento que al ganar las elecciones en 2018 proclam¨® una ruptura casi total con el pasado. Pero hab¨ªa excepciones y la interrupci¨®n voluntaria del embarazo era una de ellas. L¨®pez Obrador evit¨® tomar partido ante la decisi¨®n de la Suprema Corte, aunque asegur¨® que la respetar¨ªa. Su argumento, el mismo que utiliz¨® para no legislar al respecto, es que se trata de un tema que despierta sentimientos encontrados. No quer¨ªa, dijo, ¡°provocar enfrentamientos¡±.
Otra de la sentencias recientes del tribunal abre la puerta al uso recreativo de marihuana con una resoluci¨®n que revierte la prohibici¨®n de sembrar, recolectar, transportar y distribuir esta sustancia entre consumidores particulares a la espera de que el Congreso legisle en esa materia.
Argentina
Argentina fue pionera en el continente en despenalizar el aborto en algunos supuestos: el C¨®digo Penal de 1921 lo contemplaba en casos de riesgo para la vida de la gestante y en embarazos fruto de una violaci¨®n a ¡°una mujer idiota o demente¡±. Sin embargo, la ley fue incumplida de forma sistem¨¢tica durante d¨¦cadas y los intentos de agrupaciones feministas para ampliar los supuestos chocaron una y otra vez contra la negativa del Parlamento. Con la v¨ªa legal cerrada, las mujeres con embarazos no deseados recurr¨ªan a la clandestinidad.
El primer gran quiebre se dio en 2012, cuando la Corte Suprema determin¨®, en el conocido como caso FAL, que toda mujer violada pod¨ªa acceder a la interrupci¨®n legal del embarazo sin pasar por un proceso judicial y exhort¨® las provincias a aprobar protocolos que facilitasen esa pr¨¢ctica. Algunas cumplieron y otras no, pero a partir de ese fallo y con la irrupci¨®n de la marea feminista en 2015, se intensific¨® la presi¨®n sobre la clase pol¨ªtica. En 2018, el Parlamento acept¨® por primera vez debatir un proyecto de ley de despenalizaci¨®n del aborto que fue aprobado por la C¨¢mara de Diputados, pero rechazado por el Senado. Dos a?os despu¨¦s, la iniciativa volvi¨® a tratarse en el Congreso y el 30 de diciembre de 2020 se convirti¨® en ley.
Brasil
Tambi¨¦n en Brasil los tribunales van por delante de los Gobiernos y los legisladores a la hora de ampliar derechos sociales o castigar nuevas formas de discriminaci¨®n. El ejemplo m¨¢s reciente es la homofobia, que el Tribunal Supremo tipific¨® como delito en junio de 2019, seis meses despu¨¦s de que el ultraconservador Jair Bolsonaro alcanzara el poder. Fueron los jueces los que en 2013 legalizaron el matrimonio homosexual. Y en 2012 ampliaron el derecho al aborto al sumar la anencefalia (feto sin cerebro) a los dos supuestos vigentes desde 1940, la violaci¨®n y el riesgo para la vida de la madre. La izquierdista Dilma Rousseff se declar¨®, en su primera campa?a electoral, personalmente contra el aborto y defendi¨® mantener la legislaci¨®n entonces vigente. Cumpli¨® su palabra.
Ninguna de las iniciativas mencionadas habr¨ªa salido adelante en el Congreso, donde afines a las Iglesias evang¨¦licas ampl¨ªan esca?os en cada elecci¨®n. Entre los parlamentarios hay m¨¢s miembros de la bancada de la Biblia (un 20%) que mujeres (un 15%). Que los altos tribunales se hayan convertido en la vanguardia para reconocer nuevos derechos es el nuevo terreno de esta batalla en Brasil, como en EEUU. Bolsonaro ha cumplido su promesa de nombrar un juez ¡°terriblemente evang¨¦lico¡± para la m¨¢xima corte, el primer togado abiertamente religioso que llega hasta all¨ª. Quien gane las elecciones presidenciales del pr¨®ximo octubre nombrar¨¢ a los sustitutos de dos m¨¢s de los once magistrados del Supremo. Es un pulso a largo plazo, pero crucial.
Estados Unidos
El derecho al aborto en Estados Unidos est¨¢ en peligro medio siglo despu¨¦s de quedar garantizado bajo la Constituci¨®n. Donald Trump logr¨® colocar tres jueces para el Tribunal Supremo, dando una s¨®lida mayor¨ªa a los conservadores frente a los progresistas (seis a tres).
Entre junio y julio, este nuevo alto tribunal se pronunciar¨¢ sobre una ley de Misisipi que proh¨ªbe la interrupci¨®n del embarazo despu¨¦s de la decimoquinta semana de gestaci¨®n, la que entra en conflicto con el derecho constitucional que garantiza la sentencia sobre Roe contra Wade de 1973 de poder abortar hasta que exista viabilidad para el feto, es decir, ¡°sea potencialmente capaz de vivir fuera del ¨²tero materno, sin ayuda artificial¡±, lo que normalmente sucede sobre la semana 24 de embarazo.
Si se deroga la sentencia de Roe contra Wade, existen 12 Estados con leyes a punto para prohibir inmediatamente todos los abortos y enjuiciar a quienes ayudan a las mujeres a llevarlos a cabo. La ofensiva de los territorios conservadores para poner cortapisas al acceso al aborto atraviesa su momento m¨¢s ¨¢lgido en las ¨²ltimas d¨¦cadas. En 2021 se promulgaron cerca de un centenar de leyes estatales que restringen la interrupci¨®n del embarazo, m¨¢s que en cualquier a?o desde que se decidi¨® el caso Roe contra Wade, seg¨²n c¨¢lculos del Instituto Guttmacher, organizaci¨®n internacional que aboga por la libertad reproductiva.
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